El Dios de mi vida (9)

matrimonioDios   es matrimonio  y familia.

“Cuando oréis, decid: Padre nuestro”  

 

            Hace más de veinte años que alguien me pidió acompañar un grupo de matrimonios del movimiento de Equipos de Nuestra Señora, ni que decir tiene que ha sido una gracia enriquecedora de mi ministerio. Conocer por dentro el vivir y el sentir de matrimonios enamorados con un proyecto permanente de futuro y esperanza, adentrarme en los sentimientos, alegrías, sufrimientos, esfuerzos… de la complejidad de una familia, con los hijos, los abuelos… Sentir el deseo de hacer comunidad, ejercer la acogida y la caridad mutua, acompañarnos en el caminar ciudadano y profesional. Todo en la búsqueda del Espíritu. 

 pareja últimaHoy  puedo decir que ha merecido la pena conocer y dejarme sorprender y seducir por este Dios enamorado que se encarna en el amor apasionante de las parejas y en la ternura materna y  paterna de los humanos. A mi me ha ayudado efectiva y afectivamente, me ha equilibrado humanamente,  me ha dado familias, amigos, casas…. Y no puedo menos que agradecerlo, todos los pasos y los caminos  andados con ellos están hoy en el altar, sin quedar a nadie atrás: desde Pedro Herrera y Celia que me llamaron, pasando por todos los matrimonios conocidos, hasta las últimas parejas que hemos caminado juntos y que también quiero entrañablemente.

Hace unos días recibía una llamada de una chica – os muestro su fotografía- que había sido alumna en la facultad de educación, vive en León con su pareja,  ya han crecido en su relación  y quieren casarse en Octubre; deseaba que les acompañara  yo en la preparación y celebración del sacramento del matrimonio y yo encantado; ya estamos dando los primeros pasos para que sea una celebración viva, compartida y  participada. Así da gusto. Dios sigue enamorándose y dando vida en cada pareja que se arriesga y construyen con ganas su futuro de matrimonio y de familia, y yo disfruto con ellos.

 ¡Bendito sea Dios por habernos creado a su imagen con capacidad de enamoramiento y apasionamiento entre nosotros mismos!

One Response to “El Dios de mi vida (9)”

  1. Sí, evidentemente, las parejas te han enseñado a quitar lastre.
    Sin lastre la Palabra se hará más incisiva y esto es lo perentorio.
    La pareja, es una pequeña comunidad que se relaciona con Dios. Pero la vida interior y la escucha de Dios se realizan en cada individuo, porque es ahí donde la exigencia es mayor y los miembros no tienen la posibilidad de debilitarse o de eximirse mutuamente para no defraudarse.