Corazones en red

  “El hombre es un lobo para el hombre”. Esta famosa frase del inglés Hobbes, ha sido repetida hasta la saciedad. Y hasta diría, que ha tenido buena aceptación en algunas mentalidades, y no poca razón en muchos casos. Pero en honor a la verdad, creo que no siempre y en todos los casos se puede sostener tan terrible y destructora frase. La imagen del lobo, en general, es más bien negativa  en la mayoría de las personas, especialmente si son gente del campo o pastores. Y aunque el llorado Félix Rodríguez de la Fuente, se presentase a sí mismo como “el amigo de los lobos”; y parece que tenía una cierta afinidad con ellos, por la manea de tratarlos y por el comportamiento mutuo, sin embargo, todo ello no ha servido para cambiar la opinión que mucha gente tiene de un animal sanguinario y temible. Otra cosa sería si hablásemos del famoso lobo de Gubio, tan sumiso y obediente al mandato de San Francisco. Pero dejemos al lobo que actúe como la naturaleza y los instintos le marcan. Vamos al hombre, que tiene inteligencia y libertad para actuar, no como le marcan los instintos, sino como le exige la razón.

   Si el hombre se deja llevar por sus instintos (egoísmo, violencia. Injusticia, envidia…), si se deja dominar por los sentimientos más bajos que anidan en su interior, se convierte voluntariamente en ese “lobo para el hombre”, y entonces, Hobbes tendría razón. Pero, aunque haya quien actúa así, están los otros que tratan de superar ese comportamiento animal, agresivo y destructor.

Yo quiero pensar que hay hombres que se convierten en lobos para la sociedad, sin que se les pueda suponer toda la responsabilidad, ni toda la culpabilidad. Vivimos en una sociedad individualista, que no conoce a los propios vecinos con los que coincide en la escalera o en el ascensor; un ambiente social donde el más fuerte siempre tiene la razón; unas relaciones interpersonales llenas de agresividad, de prevención y desconfianza; unas ciudades donde mucha gente vive sola como “el lobo estepario”. Y todo eso deshumaniza, animaliza y rompe esa armonía que somos llamados a vivir en sociedad.

Por eso, todo lo que pongamos de comprensión, misericordia, compasión y servicio a los demás, será la gran aportación para llegar a hacer posible el contexto donde se haga falsa la afirmación del famoso filósofo, autor de Leviatan, el más famoso de sus libros:”el hombre es un lobo para el hombre”.

                                                                                                          Félix González L.

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