El gran teatro de la vida

El recordado y gran artista, Charles Chaplin, nos dejó un pensamientochaplin que se me antoja glosar, no sólo por lo que dice, sino también por lo bien que lo dice; por su acierto y profundidad. Dijo: ”La vida es una obra de teatro que no permite ensayos… Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de la vida… antes que el telón baje, y la obra se termine sin aplauso.

Nuestro gran Calderón, algún siglo antes, nos dejó la obra titulada: “El gran teatro del mundo”; Chaplin habla de la vida como teatro. Y me gusta esta comparación. Pero la vida no tiene la posibilidad que se da en el teatro, de ensayar, una y otra vez, las distintas escenas, hasta que salen bien. No importa equivocarse en los ensayos, con tal de que al final salga perfecto. La vida no da esa oportunidad, no hay ensayo. Lo que se hace, esté bien o mal, queda reflejado en el diario de cada día. Y tampoco se puede arrancar la hoja. Por eso es importante vivir conforme a las normas de dicho teatro, vivir intensamente cada momento de la vida” (cantar, reír bailar, llorar…). Y todo ello, “antes de que baje el telón, y la obra termine sin aplausos”.

Y no se trata de buscar y procurarse el aplauso humano, se trata de que nuestros actos (sin buscarlo) consigan que los demás aplaudan nuestra vida con entusiasmo, al caer el telón.

Yo que, en mi juventud, he trabajado mucho en teatro (y que posiblemente sea una de mis vocaciones frustradas) sé lo pesado, y a veces aburrido, que supone tanto ensayo. Pero también sé que, al fin, se recoge el fruto en la definitiva representación, y que el aplauso final compensa todo el esfuerzo previo.

Sería magnífico por una parte, que en la vida real se pudiese, también, repetir lo defectuoso, a modo de ensayo, para evitar la caída de telón, sin aplauso. ¡Cuántos ensayos necesitaríamos algunas veces! Pero merecerían la pena, como en el teatro, aunque resultasen aburridos o pesados.

Pero, recapacitando, pienso que la vida está bien  hecha, para no relajarnos; para mantener la tensión del trabajo bien hecho a la primera. O mal hecho, para tener el privilegio de ser perdonados.

Al igual que el “gran teatro el mundo”(Calderón), el ”gran teatro de la vida” (Chaplin), tiene como director de escena a Dios. Él dirige la representación, y todo está bien dispuesto para hacer una obra de arte. Pero, a veces, los actores estropeamos el plan del Director, porque somos indolentes o soberbios, y no queremos seguir sus enseñanzas. Nos creemos más artistas que Él,  llenos de experiencia…y libres de normas. Pero la experiencia nos devuelve a la realidad, a la constatación del fracaso. Y ojalá que la bajada del telón no nos sorprenda, privándonos del “aplauso”.

                                                                                                                Félix González

5 Responses to “El gran teatro de la vida”

  1. Me ha gustado tu reflexión y merece la pena leer el poema de Chaplin completo. Ahí lo pongo para el que no lo conozca

    “El teatro de la Vida” (Poema de Charles Chaplin)

    La vida es una obra de teatro que no permite ensayos…
    Por eso, canta, ríe, baila, llora
    y vive intensamente cada momento de tu vida…
    …antes que el telón baje
    y la obra termine sin aplausos.

    ¡Hey, hey, sonríe!
    más no te escondas detrás
    de esa sonrisa…
    Muestra aquello que eres, sin miedo.
    Existen personas que sueñan
    con tu sonrisa, así como yo.

    ¡Vive! ¡Intenta!
    La vida no pasa de una tentativa.

    ¡Ama!
    Ama por encima de todo,
    ama a todo y a todos.
    No cierres los ojos a la suciedad del mundo,
    no ignores el hambre!

    Olvida la bomba,
    pero antes haz algo para combatirla,
    aunque no te sientas capaz.

    ¡Busca!
    Busca lo que hay de bueno en todo y todos.
    No hagas de los defectos una distancia,
    y si, una aproximación.

    ¡Acepta!
    La vida, las personas,
    haz de ellas tu razón de vivir.

    ¡Entiende!
    Entiende a las personas que piensan diferente a ti,
    no las repruebes.

    ¡Eh! Mira…
    Mira a tu espalda, cuantos amigos…
    ¿Ya hiciste a alguien feliz hoy?
    ¿O hiciste sufrir a alguien con tu egoísmo?

    ¡Eh! No corras…
    ¿Para que tanta prisa?
    Corre apenas dentro tuyo.

    ¡Sueña!
    Pero no perjudiques a nadie y
    no transformes tu sueño en fuga.

    ¡Cree! ¡Espera!
    Siempre habrá una salida,
    siempre brillará una estrella.

    ¡Llora! ¡Lucha!
    Haz aquello que te gusta,
    siente lo que hay dentro de ti.

    Oye…
    Escucha lo que las otras personas
    tienen que decir,
    es importante.

    Sube…
    Haz de los obstáculos escalones
    para aquello que quieres alcanzar.
    Mas no te olvides de aquellos
    que no consiguieron subir
    en la escalera de la vida.

    ¡Descubre!
    Descubre aquello que es bueno dentro tuyo.
    Procura por encima de todo ser gente,
    yo también voy a intentar.

    ¡Hey! Tú…
    ahora ve en paz.
    Yo preciso decirte que… TE ADORO,
    simplemente porque existes.

  2. Ana: me parece muy oportuno el que hayas dado a conocer todo el poema de Charles Chaplin. Es hermoso, y vale la pena leerlo y repensarlo. Gracias, porque tu aportación completa mi articulito. Un abrazo

  3. ¡Vaya si me han gustado el artículo y el poema!
    Gracias a los dos.
    Pensando un poco sobre que la vida “no permite ensayos”…Yo siento, que todo lo anterior vivido y sufrido, conforma el ‘personaje’ que entra en acción en la única escena en la que éste aparece: ’la escena del presente’.
    Darán lo mismo los fracasos, los vacíos, los logros o los proyectos; sólo tenemos el momento personal en el que, sí, libremente, aún cubiertos por todo el ropaje del ‘personaje’, pasamos a hacer, pensar, callar, denunciar o desear… y, es en ese momento singular, donde toda acción, pensamiento, silencio, denuncia o deseo, convierten nuestra ‘actuación en estelar’; aunque aparentemente sea el anodino momento presente.
    ¿Dónde los aplausos? Aquí, ahora, en la consciencia,…y en la conciencia.

  4. ¡Claro, Susana, los aplausos en la consciencia y en la conciencia de cada uno! Todos sabemos cuándo merecemos aplauso y cuándo pitos. Lo trágico sería que no tuviésemos la conciencia bien amueblada, y no supiésemos cuándo merecemos o no aplausos o pitos. Lo importante es que el Director del teatro nos dé su aprobación, aunque la función no esté a gusto de todos. Un abrazo.

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