¿Por amor de Dios…?

La verdad es que no sé si me lo contaron, lo leí o lo imaginé. Cualquiera de las tres posibilidades justificaría el breve comentario que sigue. La anécdota es la siguiente:

El lugar, un hospital; los protagonistas, un enfermo bastante delicado, y una religiosa que comparte con otras Hermanas la atención a los enfermos. Dicha religiosa se afana por atender al enfermo con el máximo cariño y delicadeza. Y surge la pregunta del enfermo: “Hermana, por qué y por quién hace usted todo esto?” La respuesta es inmediata: “Lo hago por amor de Dios”.

¿“Amor de Dios”, “amor a Dios”? El enfermo no sabe encajar la respuesta; casi diría que le desilusiona. Sin mostrar enfado, pero sí decepción, responde: “Entonces, hermana, no tengo nada que agradecerle a usted, ya que no lo hace por mí, sino por Dios. Seguramente que ese mismo Dios se lo agradecerá”. La religiosa se quedó un tanto perpleja, pero no dijo nada. Yo sí que tengo algo que decir.

Tenemos que tener claro que las cosas que hacemos por los demás, las hacemos por ellos mismos, porque son personas, porque tienen dignidad y derechos, porque son hijos queridos por Dios, porque son nuestros hermanos. Otra cosa es saber reconocer que si somos capaces de hacer algo bueno por los demás, es porque Dios nos da esa capacidad, y tenemos que agradecérselo.

De tal manera se ha extendido esta motivación de hacer las cosas a favor de otros, que los mismos pobres muchas veces (ya no tanto) suelen pedir de esta forma:”una limosnita por amor de Dios”. Deberían cambiar el estribillo diciendo algo parecido a esto:”si me quieres, dame una limosnita”. El pobre, el necesitado, tiene derecho a ser querido, y en consecuencia tiene derecho a que le ayudes, si está en tus posibilidades, porque es tu propia carne, forma parte del mismo Cuerpo, cuya cabeza es Cristo. Las palabras del profeta Isaías nos alertan: “Así dice el Señor: «Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que ves desnudo, y no te cierres a tu propia carne” (Isaías, 58).

No creo que Jesús se compadeciera de los desvalidos, y curase a los enfermos, “por amor a su Padre”, sino por amor a aquellas personas que le necesitaban. Todo ser humano merece respeto, y amor por sí mismos. Y todo lo que hagamos en su favor, debemos hacerlo por ellos mismos. La lección del enfermo de la anécdota arriba contada, nos debe servir de reflexión.

                                                                                                      Félix González

One Response to “¿Por amor de Dios…?”

  1. I am convinced that your website is convinced that weblog is very new. Probably I am going to bookmark your site. There are certainly impressive stories. Passion for sharing your website with us.

Discussion area - Dejar un comentario






He leído y acepto las condiciones generales y la política de privacidad


Información básica sobre protección de datos
Responsable: REVISTA REINADO SOCIAL 21RS (más info)
Finalidad: • Gestión de la adquisición del producto, suscripción o donativo, así como la tramitación de los mismos.
• Envío de comunicaciones relacionadas con el proceso de compra, las suscripciones o los donativos.
• Envío de comunicaciones y ofertas comerciales, por diferentes medios, incluidos los medios electrónicos (email, SMS, entre otros). (más info)
Legitimación: Ejecución de una compra online, suscripción o donativo. (más info)
Destinatarios: No se cederán datos a terceros, salvo obligación legal. (más info)
Derechos: Acceso, rectificación, supresión, cancelación, y oposición. En determinados casos derecho a la limitación del tratamiento de sus datos. (más info)
Información adicional: Puede consultar toda la información completa sobre protección de datos a través del siguiente enlace (más info)
Los enlaces de (más info)