Corazones en red

Lo dice el Evangelio: “Jesús ya no andaba públicamente con los judíos, sino que se retiró a la región vecina del desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con sus discípulos”.(Jn.11)

¿Cuál era el motivo por que Jesús se tiene que esconder? También lo dice el evangelio:”Caifás, que e sumo sacerdote aquel año, dijo: Conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera”. Y se refería a Jesús. Además: “Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba (Jesús) les avisara para prenderlo”.

La cosa no estaba para bromas, ni para jugarse alegremente la vida. Cuando hubiese que darla, Jesús la daría. Nadie se la iba a arrebatar, porque el mismo la entregaría”. Dice el evangelio que se retiró con sus discípulos a la ciudad de Efraín, en desierto.

No es cobardía… ¡toda su vida había dado la cara! Pero en ese momento creyó prudente no exponerse a los ánimos demasiado exacerbados, ni era, tampoco, prudente exponer a los discípulos a la persecución. ¡Ya les llegaría la hora!

Los sacerdotes estaban convencidos de que Jesús, podía ser un gran obstáculo para sus propios intereses de seguir dominando a las gentes sencillas, con sus normas y mentiras. Y ellos mismos lo reconoce: “¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él”. Y aquel día decidieron darle muerte.

Había que deshacerse de él, antes de que las cosas fuesen a más.  ¿No sería bueno, y serviría de escarmiento para otros posibles Mesías, el aprovechar las fiestas de Pascua, que congregaba tantísima gente en Jerusalén?

Y Jesús subió a celebrar la Pascua, y se convirtió en el verdadero “cordero pascual”, sacrificado. Se cumplían las palabras del Sumo sacerdote, en el Sanedrín: “Conviene que un hombre muera por el pueblo”. Por todo el pueblo, por toda la humanidad.

Félix González

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