Corazones en red

A la primavera le está costando dar la cara. Hoy, cuando escribo estas líneas, es el primer día de verdadera primavera. Se diría que la naturaleza anda revuelta y desorientada. ¿Será que también a ella la está afectando la crisis que padecemos  los humanos?

Lo cierto es que “el tiempo” está bastante loco. Y nos quejamos del frío impropio de la estación, de la lluvia inoportuna que no deseábamos, del viento…

Pero la naturaleza tiene leyes fijas y constantes, que no se suelen alterar sin alguna causa externa. Y las causas, o los causantes, somos los humanos, que no sólo tenemos la capacidad de provocar una crisis económica a niveles casi universales, sino que, además, logramos crear, también, una crisis en la naturaleza. Somos tan inconscientes, que tiramos piedras contra nuestro propio tejado; y unas veces será la contaminación atmosférica, otras veces la destrucción del medio ambiente, otras veces el poco cuidado, la suciedad… Y todos nos damos cuenta de ello, y todos lo sufrimos, y todos cooperamos en mayor o menor medida… pero nadie pone remedio. Ni remedios grandes (destinados a los gobiernos y las grandes empresas) ni remedios más caseros y cercanos a nuestra vida diaria (reciclajes, etc).

Nuestro gran escritor, Cela, tiene una novelita titulada: ”Culpemos a la Primavera”.  Me sirve el título, para afirmar lo que no debemos hacer, es decir, culpar a la naturaleza, que es sabia y obediente a sus normas y leyes.

Entonemos los hombres el “mea culpa”, y ojalá llegásemos al propósito de la enmienda. Pero para esto hay que prescindir de muchos intereses creados, de los gobiernos, de las empresas, de los poderosos.

Se promueven reuniones a nivel internacional, se celebran conferencias para estudiar cómo eliminar la contaminación. Todos están de acuerdo en que hay que tomar medidas, pero los que más contaminan son los menos dispuestos a evitarlo.

Algún día, nuestros descendientes, nos acusarán de haber asesinado el planeta tierra, y haber puesto en peligro otros lugares del espacio.

                                                                                    Félix González

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