Cuando se pierde el sentido de lo justo…
(El tal Barrabás era un bandido. Jn. 18, 40)
Elegir entre dos cosas parecidas, resulta, a veces, difícil. Cuando la diferencia entre una y otra es grande, la elección se hace más fácil.
¿A quién queréis que os suelte?, dice Pilatos, ¿a Jesús o a Barrabás? El tal Barrabás, dice San Juan, era un bandido.
En circunstancias normales, todo el mundo hubiera deseado que Barrabás siguiera en la cárcel, y que Jesús quedase libre. Al fin y al cabo, ¿qué mal había hecho este Jesús? Pero era tan grande el odio acumulado entre los fariseos, los sacerdotes y los escribas, que no se les ofrecía ninguna duda. Preferían que Barrabás estuviese libre, aunque fuese un peligro, pero no se metía con ellos, ni había miedo a que les ridiculizase ante las muchedumbres.
Pero Jesús, era un peligro directo para ellos. Él enseñaba de distinta forma, él trataba de dar sentido a las leyes y normas, sin priorizar la letra sobre el espíritu de lo ordenado; él les hacía sombra, y podía llegar a apartar a la gente, de ellos. Y eso sí que era peligroso, y no podía consentirse. ¿A quién iban a querer soltar? No había duda.
Y para hacer más fuerza ante Pilatos, que parecía que se inclinaba a favor de Jesús, achuchan a la multitud. Y le acusarán de estar revolucionando al pueblo. Y eso, Pilatos no podía consentirlo, porque él estaba para guardar el orden, en nombre de Roma. Y si esos alborotos llegaban a oídos del Cesar, podría ocurrir que le costase el puesto. Era preferible lavarse las manos.
Y salió Barrabás. Había triunfado el mal, mientras la bondad era ajusticiada. Sin embargo, nunca más se supo de Barrabás; mientras que de Jesús, se sigue hablando todavía.
Cuando se pierde el sentido de lo justo, la mentira se alía con la injusticia, y surge el despropósito.
Félix González
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