Apunte de resurrección (12)

IMG_2902La iniciación de Manuel

Hemos estado este fin de semana alrededor de setenta personas en Madrid, eran casi todos profesionales de distintos ramos, llegados de grupos de revisión de vida de diócesis distintas: Madrid, Badajoz, Palencia, Mallorca, Valencia, Zamora, Las palmas, Zaragoza… El tema central era lo colectivo  en los ámbitos profesionales y la vivencia de nuestro ser cristianos en un mundo laico, la preocupación por una laicidad inclusiva. Nos ayudó en este tema Rafael Díaz de SAlazar, que tiene escrito un libro interesantísimo sobre el tema: “La españa laica”. Ha sido un encuentro de verdadera resurrección que nos ha animado en lo profundo.  Pero quiero tomar como signo del encuentro la participación por primera vez de Manuel Monteagudo, un joven universitario que terminada su carrera está  asomándose al mundo empresarial  y que ha buscado grupo de vida, tras un año de iniciación se ha asomado a este encuentro estatal, y así nos  cuenta su proceso:

Impresiones acerca del encuentro nacional del movimiento Profesionales Cristianos en Madrid 2011

gevora Había tenido una infancia y una juventud de alta ocupación estudiantil, como cualquier otra persona universitaria. Mi actual identidad cristiana se había forjado como resultado de una trayectoria que tenía sus orígenes en el seno de una familia cristiana practicante, mis padres. Tengo que reconocer y agradecer al mismo tiempo a mis progenitores que me obligaran a asistir a la celebración dominical de la misa con una disciplina tan estricta como la que exige la ley a los menores para ir a la escuela. Yo asistía no con todo mi entusiasmo a tales celebraciones al igual que a las reuniones de catequesis semanales.

De esta manera fui creciendo y compatibilizando mi formación académica con la cristiana, en la que cada vez me sentía menos obligado en la medida que iba experimentando la presencia de Jesús y el Evangelio. Así se fue formando mi ser cristiano en términos generales, acompañado siempre de las experiencias y las vivencias cristianas de mis padres. Cada año que pasaba después del año en que la gente recibe el sacramento de la Comunión yo veía como aumentaba en número de bajas entre mis compañeros de los grupos de catequesis a un ritmo exponencial. Pronto me quedé solo de compañía coetánea y ya en mi etapa universitaria me incorporé al grupo adulto de mis padres. Así llegué hasta el final de mi carrera universitaria, surgiéndome una profunda inquietud por darle sentido a mi aportación práctica y real a la comunidad cristiana y a la sociedad en general. Ante las exiguas posibilidades de encontrar este sentido en mi pueblo, decidí dar el salto, no con poca resistencia, a buscarlo fuera de él. Es así como a través del párroco local me puse en contacto con otros grupos de jóvenes cristianos y descubriendo lo que se estaba haciendo en otros sitios. Ninguno de ellos me acababan de convencer plenamente, pero a medida que pasaba de uno a otro iba encontrando más mi sitio, dando pasos de gigante. Con la misma velocidad me iba dando cuenta que a la salida de la universidad lo que yo necesitaba no eran grupos de entretenimiento juvenil sino que mi vocación era más la de desempeñar mi labor cristiana en el ámbito profesional. Tardé poco en dar con el movimiento de Profesionales Cristianos.

IMG_2918Tras un año de reuniones semanales llegó el momento de asistir en Madrid al encuentro nacional de grupos del movimiento, procedentes de distintas provincias del país.

Por una parte me recordó aquella convivencia a los tiempos en que yo iba a los campamentos; en el sentido de que hacía tiempo que no revivía el compartir con personas de diferentes edades, diferentes lugares de procedencia y diferentes ramas profesionales aquellos momentos de comida y formación conjunta, con la inquietud cristiana como denominador común subyacente. La verdad es que siempre me había parecido demasiado difícil que personas tan ocupadas dedicaran aquel tiempo a reunirse, lo cual me hacía valorar más al movimiento y me reforzaba en mi identificación como miembro del movimiento el saber de la existencia de otros semejantes a mí en diferentes lugares físicos pero dentro de una misma organización, de una misma estructura.

Me impresionó el alto grado de convergencia, la homogeneidad en el enfoque cristiano de cada uno de los asistentes. Me impresionó el grado de formación cultural, profesional, y el grado de implicación social, desde un punto de vista cristiano.

Me recordó todo aquello al concepto de comunidad cristiana que yo había vivido en la parroquia de mi pueblo, tras un breve período de adaptación, me empecé a sentir como en casa.

One Response to “Apunte de resurrección (12)”

  1. Seré breve: gracias por estos momentos de lectura gratificante y vivificante.