Resurrección…¿razonable?
EL CRUCIFICADO HA RESUCITADO
No es fácil. El viernes hablaba conmigo Alberto – de quien escribí varios post-, hay cosas que él no entiende, como perdonar a alguien que te ha hecho daño y más si no te pide primero perdón. Tampoco entiende lo de integrar el dolor y la contradicción en la vida, y me refiere que su hermano, le comentaba el otro día que no entendía cómo la religión cristiana tenía por símbolo a un crucificado, con una cruz que es instrumento de tortura; él mismo, que es creyente, se debate con el sentido del dolor y no le parece razonable. Esta conversación la tenía conmigo después de haber participado en los oficios del Viernes Santo y haber abrazado la cruz. Me doy cuenta de que Alberto había tomado conciencia de lo que estábamos celebrando, y que la verdad proclamada le chocaba; la cruz que salva ¿cómo puede salvar una cruz? El sábado en la vigilia Pascual faltaba Alberto, cuando estábamos proclamando que el crucificado ha resucitado y vive para siempre. Otra afirmación que se las trae, y que la cantábamos a pleno pulmón con un velón y unas pobres velillas encendidas en él, en medio de la oscuridad: LUZ DE CRISTO¡ DEMOS GRACIAS A DIOS¡ !Qué fuerza simbólica tan grande el de una sencilla vela encendida en medio de la oscuridad¡
Álvaro, otro joven universitario, sí estaba en esta celebración y llevaba su pequeña vela. Y dentro, en su interior, todo un caudal de vida, profundidad, reflexión, evangelio, oración, experiencia, compromiso, estudio, sensibilidad, formación… Hace poco estuvimos todo un fin de semana de retiro espiritual, al hilo de la cuaresma, orando desde la iniciación cristiana: bautizados -muertos- en los sentimientos de Cristo, perdonados y reconciliados, alimentados con su humanidad glorificada en el pan de la eucaristía, y tocados por el Espíritu para confesarlo abiertamente construyendo un mundo de hermanos en el hoy, y en el día a día. Él anda en sus luchas, con su camino de vida, transversalizada por el piano y lo que exige su preparación musical, pero tocado por el Espíritu que interpela hasta el sentido del piano y de toda esa lucha. Hoy cuando estoy preparándome para viajar mañana a los Negrales (Madrid) a un encuentro de formación de sacerdotes, arreglando todo el tema de clases y compromisos para poder asistir; cuando nadie se anima a participar, o lo tienen muy difícil para liberarse , y el que estaba decidido enferma, te entran dudillas de lo que traes entre manos, y sientes así como un airecillo de desánimo, y tengo que echar mano de la predicación de esa vigilia para animarme: “el crucificado ha resucitado: pasión, compasión y alegría”. Pero lo que me da fuerzas es recibir un enlace del maravilloso blog que tiene Álvaro: “Vivencias y Cadencias”; en él leo su último post y se me recargan las pilas inmediatamente. Álvaro va entendiendo en su vida, de una manera madura, lo que es estar bautizado en Cristo, reconciliarse consigo mismo y con la realidad, plenificarse y ser auténtico, y se está dando cuenta que el camino es estrecho porque todo se basa en que ” el crucificado -el fracasado- ha resucitado y vive para siempre”. Especialmente me alimento, en estos momentos, con estos dos últimos párrafos que cierran la reflexión sobre “las mieles del fracaso”, y renuevo mi ilusión en los sentimientos y en la lectura creyente de este joven:
Para leer directamente el post: http://devivenciasycadencias.blogspot.com.es/2013/04/las-mieles-del-fracaso.html
http://devivenciasycadencias.blogspot.com.es/2013/04/las-mieles-del-fracaso.html
Decía Churchill: “A menudo tuve que comerme mis propias palabras… y aprendí que son una dieta equilibrada”.
Cuanta sabiduría en una mente tan joven…Bendito sea Dios…
Gracias por tus palabras, Pepe (no sólo las que escribes).
Un abrazo.