Hombres y mujeres de Iglesia

Galo Bilbao, un referente


Hace tiempo que entré en contacto con la Iglesia del País Vasco y más en concreto con la de Bilbao. Aunque la expresión “la iglesia del…” se puede entender mal. No estoy diciendo que haya conectado con los estamentos eclesiásticos de esas diócesis en el sentido de jerarquía y obispado directamente. Mi conexión ha sido desde otras líneas eclesiales, a partir del trabajo de compartir camino y tarea con laicos cristianos de los movimientos de acción católica, en concreto desde la Juventud Estudiante Católica y profesionales cristianos, y con espacios como la pastoral universitaria y profesional. Todo esto me ha facilitado en las dos últimas décadas entrar en conexión con laicos cristianos de una altura admirable y con una configuración propia del Concilio Vaticano II en lo que entiende que es la Iglesia y su misión en el mundo. Confieso que han sido de alguna manera levadura y grano de mostaza para lo que hemos ido diseñando y queriendo en nuestros propios espacios eclesiales diocesanos y de pastoral específica con movimientos laicales. Han sido un grupo con el que hemos podido compartir siempre camino y tareas. Con la gracia de que ahora miro a mi alrededor en los espacios universitarios, empresariales, educativos, sociales, políticos, compromiso social de n nuestra tierra extremeña y pacense, y me encuentro conlaicos que he visto crecer y que tienen un perfil de cristianos en el mundo, hecho con los matices del mismo concilio, y que saben estar en la Iglesia de un modo que admiro y me interpela, a la vez que me ayudan en esta tarea de saber vivir el ministerio en el hoy, buscando caminos de evangelización creativos y creadores para poder crear lo que creemos. Siento que hay un hilo y conexión de vida y de planteamientos evangelizadores que nos unen a las iglesias a través de un laicado adulto y comprometido.

Esta reflexión, muchas veces presente en mi interior, se hace viva en este día en el que estamos con los preparativos para el retiro –en tiempo cuaresmal- que vamos a celebrar este fin de semana en Brovales, en unas casas rurales, cercanos a Jerez de los Caballeros (Badajoz). Allí nos juntaremos cuarenta personas –universitarios y profesionales- para encontrarnos con el evangelio y seguir en este camino hacia la pascua de una nueva creación y humanidad en Cristo Resucitado. El grupo de profesionales vamos a estar acompañados por Galo Bilbao, un laico de la diócesis bilbaína que ahora está encargado del servicio de la delegación diocesana para la transmisión de la fe. Una responsabilidad del más alto grado en manos de un cristiano de a pie, que no tiene como horizonte en su vida la vida eclesiástica pero que está disponible cada vez que la Iglesia se lo pide con seriedad y responsabilidad. En él veo reflejada esa línea de cristiano auspiciado por el Concilio Vaticano II, que ha sido cuidada en su iglesia diocesana y que ha dado como resultado un plantel de laicos que me parecen referentes para este momento eclesial.Conocemos a Galo de caminos comunes en el acompañamiento a jóvenes, en la pastoral universitaria, en el movimiento de profesionales cristianos, así como en la preocupación por la ética en la sociedad y en el mundo profesional, comprometido por la paz y la justicia –especialmente desde las necesidades de su entorno vital-. De este modo es un hombre con una formación completa tanto en el orden teológico como filosófico, lo que le lleva ser un verdadero profesional en la universidad con una docencia e investigación que viene transversalizada por su preocupación por lo humano en el orden del Reino. Desde su preocupación siempre ha vivido comprometido en los espacios propios de la Iglesia y de la sociedad, buscando ese puente que necesita el evangelio para hacerse fundamento de esperanza y dotar de sentido la existencia personal y comunitaria. Por ello ha recibido compromisos en el interior de su comunidad diocesana y en la conexión con la sociedad y sus problemas, especialmente en la relación con las victimas y los victimarios de la violencia.
Actualmente tiene la responsabilidad de coordinar todo lo que se refiere a la evangelización como transmisión de la fe en la Iglesia y en el mundo, en su Diócesis, con un programa pastoral diocesano que orienta e ilumina los pasos que han de ser nuevos y creativos en este momento cultural y social.Todo esto lo hace desde su familia, compartiendo camino con su esposa y sus dos hijos jóvenes, que le sirven de interpelación y contraste de realidad continua. Le caracteriza su disponibilidad total y continúa, de la que va a hacer uso una vez más para compartir vida y camino con nosotros. Llegará mañana desde Bilbao, para estar el fin de semana en nuestra realidad comunitaria de profesionales, y nos iluminará con claves que vienen de su saber y su sentir, humano y eclesial. Para nosotros será un lujo volver a comulgar con él desde la luz y la esperanza de lo que creemos y soñamos. En este caso para alimentarnos con las Bienaventuranzas y ver los caminos en nuestro ser ciudadanos y profesionales cristianos en medio del mundo para ser dichosos y poder entrar en la dicha que propone el Evangelio.

Os cuento en qué nos va a acompañar este cristiano de a pie y de calle en la vida, en el mundo y en la Iglesia. El lema que nos preside: «El Gozo del Evangelio: un tesoro escondido en la profesión» Oraremos desde nuestra situación profesional para mirar al mundo con la óptica de las bienaventuranzas, y responderemos con hondura a las llamadas que el Padre nos hace hoy ante esta realidad doliente. Tenemos que trabajar todo lo referente a la vocación, la profesión, desde la vivencia de la inseguridad, de la incertidumbre, para ser capaces desde ahí, de ser y vivir las bienaventuranzas. Es decir: cómo ser hoy testigo de las bienaventuranzas en un momento de incertidumbre, y donde las seguridades están más presentes que nunca? ¿Cómo ser bienaventurado… en medio de la situación actual, desde el trabajo, la profesión, la sociedad… y ser luz en medio del mundo, apóstol de transformación de la realidad? ¿A qué aferrarse, y cómo, para descentrarnos y vivir las bienaventuranzas en nuestro modo de ser mundo?

Vemos miedo alrededor, en personas que estamos con capacidad de cambiar la sociedad, y ese miedo, que se traduce en inmovilismo, es el que hace que quienes no tienen voz estén siendo ahora la mayoría de quienes están siendo bienaventuranza… ¿Dónde nuestra roca más allá de nuestra fragilidad? ¿Qué necesitamos para construir sobre roca? ¿Cómo vivimos las bienaventuranzas? ¿Cómo vivimos auténticamente hoy? Se trata de profundizar en la clave de la espiritualidad profesional en tiempos de crisis.

Esto lo haremos del 21 al 23 de marzo de 2014 en Brovales (Badajoz)