Felicitado y felicitante

En mi 56 cumpleaños

Me resisto, pero al final me vence el deseo. Hoy es mi cumpleaños-ya son 56-  y hace varios días que  vengo recibiendo felicitaciones cariñosas y alegres, desbordándose en esta jornada. Cada vez que recibo un toque, una llamada, un correo… siento interiormente un agradecimiento inmenso, por eso no puedo no escribir, aunque la cuaresma me llame a estar  más en silencio. Me permitiré romper lo ordinario del ayuno y dejaré que hoy sea solemnidad por todos los que estáis tocando a mi puerta con deseo de felicidad para mí. Vosotros me dais la solemnidad en una gratuidad total e insospechada.

Hoy recuerdo la plegaria eucarística cuando nos dirigimos al Padre  confesando que no podemos ofrecerle otra cosa que el gran tesoro que El mismo nos ha concedido, la entrega perfecta y sacrificial de su hijo Jesucristo. Al sentir en mi cumpleaños, lo que es diario en la vida, vuestro deseo de que sea feliz y vuestra felicitación por mi persona y mi vida –os lanzáis hasta la alabanza y el agradecimiento por mi persona en vuestro cariño desbordante-, me doy cuenta que todo lo que tengo y que puedo dar u ofrecer, no es nada más que lo que estoy recibiendo de cada uno de vosotros en cada relación y en cada momento. Estoy en  una etapa de mi vida donde cada vez estoy más convencido que lo que más me interpela y me anima a transformarme –convertirme en clave cuaresmal- es la grandeza y la bondad de la gente que me rodeáis. Veo en vosotros una revelación de la imagen seductora de Dios que me envuelve y continuamente me está invitando a pasar de la ética a la mística, de la obligación a la contemplación. Vcampa9oy siendo consciente de cómo Dios me ha ido enriqueciendo, en mi pobreza, con todas las personas que ha puesto en mi camino. Especialmente reconozco que el ministerio ha sido una fuente que,  dentro de mí, ha ido naciendo y saltando según me iba encontrando con todos vosotros; fuente que hoy es imparable y me lanza a la vida eterna con un deseo profundo de amor que hambreo en mi debilidad, pero de un modo esperanzado.

Según recibo la felicitación de cada uno de vosotros  me adentro  en el contexto, relación, afecto, lugares, momentos… y me siento vivo y agradecido, lleno de gracia y gratuidad, musito en mi interior con una inspiración y expiración profunda que me hace sentir la  trascendencia de lo absoluto manifestada en la encarnación de la historia de mi propia vida hecha a retazos y trozos de vuestras vidas. corazónde genteEn vosotros he ido comulgando lo que soy y lo que amo, en vosotros se me ha dado el Padre y  como El quiero quereros, porque  en vuestro querer Él me ha querido eternamente. Por eso no dudéis que hoy cuando llegue el momento de la celebración eucarística, en la doxología final de la plegaría, haré una inspiración y expiración – con todo el amor de los 56 años- y en el “por Cristo, con él y en él” estarán todas vuestra felicitaciones, todos los trozos de vida que el Señor me ha dado en vosotros y con los que yo voy pudiendo construir mi proyecto de vida y mi historia. Soy débil y pequeño, defectuoso, pero no hay duda de que estoy sobrepasado por la gracia y que, a través de vosotros, Dios está consiguiendo que sea hasta “gracioso”. Todo un milagro de exageración y de ternura, donde Dios siempre me manifiesta que está usando conmigo una medida remecida y rebosante. No se puede dar más que lo que él me está dando con todos vosotros, sin excluir a ninguno de los que he encontrado y estoy encontrando en mi camino vital.

BaileAh y permitidme un beso sonoro y exclamativo –desde esa inspiración y expiración profunda aludida- que no pretende ser excluyente sino incluyente a mil por cien: ¡VIVA LA MADRE QUE ME PARIÓ¡

2 Responses to “Felicitado y felicitante”

  1. Cuando uno cumple años puede pararse para hacer un alto en el camino y contemplar los rostros que pueblan el escenario de su vida.
    Si uno encuentra los que ya estaban, quizá con el semblante un poco más arrugado y envejecido, pero también con la tez de la confianza y la ternura sincera, puede sentirse verdaderamente afortunado.
    Si, además, encuentra nuevas caras apasionadas que han aparecido en la última jornada y ya se sienten viajeros inquebrantables, puede uno sentirse inmensamente vivo, agradecido y con la satisfacción de estar dedicando su vida al cultivo fecundo del único tesoro verdadero.
    Hay compañeros que siempre alumbran nuevas rutas y despiertan la emoción del viaje en cada paso , con la gratuidad de la presencia siempre dispuesta y compartida.

    ¡Felicidades, padre!

  2. ¡ZORIONAK! que se dice por estas tierras. Disfrura del día, del año, de la vida y sigue creando gozo y alegría en tu entorno.
    Un abrazo