Cara y cruz en la valla

Cara y cruz en la valla de Melilla

En la mañana la prensa nos daba cuenta del éxito de los quinientos inmigrantes que lo habían conseguido en la valla de Melilla, pero poco decía del fracaso de los quinientos que no lograron. Hablaba del mayor asalto organizado a la valla, pero no se hablaba del mayor fracaso, la otra cara de la moneda.
Así lo pienso en la tarde, cuando de vuelta a casa donde está mi atardecer materno, siento la necesidad de pararme para contemplar el misterio del sol que una vez más, acariciando la tierra, con la ternura del brillo y la suavidad confirmada, se marcha esperanzando a otra parte del mundo. El sol que pasa de una valla a la otra del mundo, para ser él mismo en el mismo mundo, aunque en la otra cara. Él se va para seguir en la humanidad, igualando y dignificando a toda la naturaleza y sus criaturas, creyendo en un horizonte que lo será de luz. Y lo cree consumiéndose, como lo creen los que han saltado la valla queriendo amanecer con nosotros para poder salir de la oscuridad de ellos… y como lo creen, aún más, los que no han podido como el sol ir a la noche con la libertad de inaugurar el día en otro lugar. Aquellos que han quedado agarrados a la valla y vencidos por ella, como un muro que se levanta para negarles lo que realmente son, humanos y divinos. Será por eso, que hoy el sol parecía no querer irse. Me he agarrado a la valla, y aunque respiraba el calor de la despedida del fuego solar, he sentido mucho frío, dolor, temor… y una voz que no está grabada y viene de todos los tiempos, hoy en los labios del sol:

¿Dónde se habrá quedado tu hermano…el del otro lado…el que no se ve… el que no ha pasado y se ha quedado sin el sol que se ha ido a buscarlo?

 

 

 

One Response to “Cara y cruz en la valla”

  1. Es
    triste que vivamos en las sociedades capitalistas pensando que el valor y la dignidada de las personas dependen de la riqueza que poseen.Como los pobres no tienen dinero, ellos son vistos como personas de ´´menos valor o menor dignidad“ y, por consiguiente, sus problemas no son importantes.Con esto, ¡las luchas y programas politicos-sociales en contra de la exclusiòn social no suelen entrar en las prioridades reales de los gobiernos¡.
    Ante un mundo que clasifica a los seres humanos con el criterio de la riqueza, es misiòn del cristianismo testimoniar que DIos no hace distinciòn entre las personas.
    Gracias Pepe por esta reflexiòn que nos haces en tu blog.Nos haces descubrir que Dios reconoce la dignidad humana pues Dios ama a todas las personas gratuitamente, sin poner precondiciones