“Creo en la Iglesia”

“Creo en la Iglesia”

(Ante la toma de posesión de Don Celso)

Esta mañana me levanto con el espíritu inquieto, el centro del día estará ocupado por la celebración eucarística en la que estaremos casi todo el presbiterio de Mérida-Badajoz, con Don Santiago –nuestro arzobispo- y muchos obispos y sacerdotes que vendrán de otros lugares  para acompañar  a Don Celso Morga en su llegada pastoral a nuestra Iglesia diocesana. Salgo a desayunar, leer la prensa, y me saluda una familia con dos niños que me han preguntado enseguida de qué equipo de futbol era yo y me han relatado todos los goles que ellos consiguen entrar en las porterías de los equipos contrarios. Me han llenado de alegría con su viveza infantil en sus pocos años. Después vuelvo pensativo –esto de los partidos en la Iglesia-  a casa y comento con otro amigo encontradizo –el fiel cristiano Paco Colón-,  que hace su caminata para prevenir el proceso diabético de su cuerpo, la conversación que traigo conmigo mismo esta mañana acerca de la Iglesia.

Me situaba ante el día de hoy, ante la llegada del nuevo arzobispo con el sabor dolorido del momento que vive nuestra Iglesia local a partir de las tensiones que se han provocado en los últimos días con noticias de la economía diocesana y las decisiones que ha ido tomando nuestro pastor Don Santiago – en lo económico y en lo pastoral, que está muy unido- a lo largo de esta década en la que ha dirigido esta comunidad eclesial. Eso me hace pensar en mi postura y sentir ante la Iglesia, tanto la diocesana como la universal y doméstica. Y al hacerlo me reafirmo sin dudarlo en la afirmación del credo: “creo en la Iglesia”. Sé que en el credo hay graduación de verdades de fe, que no es lo mismo decir creo en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu que en la Iglesia. La institución eclesial no es tanto objeto directo de fe, como contenido divino, cuanto del lugar desde el que creo y en el que vivo mi fe en el Dios de la vida y sin la cual no hubiera llegado a ser la persona que soy, ni tener la esperanza que tengo, ni el amor y la entrega a la que aspiro en medio de mis pecados y debilidades.

Me reafirmo en mi afecto y amor a la Iglesia, y puedo hacerlo desde los pastores que he conocido tanto desde Don Antonio Montero, como del actual Don Santiago, y don Celso el que llega –que hoy estarán juntos-. Ninguna de las posibles debilidades que en ellos se de, pone en cuestión la realidad fundamental que es la comunidad eclesial como lugar en el que se gesta mi fe. Todas sus atenciones y desvelos lo son para agradecer al Padre el cuidado que nos tiene. Puedo estar en disconformidad con sus planteamientos y deseo mostrar con claridad mis pensamientos –sabiendo que yo soy tan o más pecador que ellos- pero el ser de la Iglesia forma parte de mi ser y desde ahí lo vivo, tanto en lo bueno –que es con mucho lo más- como en lo defectuoso que tenemos que sufrir unos de otros. Sé que no debo caer en la tentación de confundir la Iglesia identificándola con uno de ellos, ni conmigo mismo y mis opciones.

callePero hoy siento que creo en la Iglesia desde el fondo de ella, desde sus entrañas enraizadas en el Padre. Y ahí veo la Iglesia de mi origen, la de mis padres  y abuelos, sencillos y callados en el sufrimiento y fuertes en la lucha por nosotros y en el sentido de la vida ganado día a día en medio de esfuerzos  garantizados en la confianza en el Señor. Ahí esta la iglesia de mi pueblo, su gente, sus devociones, sus catequesis, sus rezos, sus fiestas, sus alegrías, sus dolores. La que me llevó al seminario siendo un niño, creyendo en mí, confiando en mí, cuando solo era un chaval juguetón como los que me solicitaban hoy mi afición futbolística. Creo en la  Iglesia desde esa vivencia de Seminario, de compañeros, de formadores, de profesores, de actividades veraniegas…tanto y tantos han conformado mi existencia y  mi personalidad que  no sería la persona que soy sin toda esa vida eclesial regalada.2013-06-08 20.07.50Creo en la Iglesia desde mi sacerdocio, a veces tibio, vivido en Cheles, Olivenza, San Jorge, Salamanca, Seminario, Universidad, Parroquia de Guadalupe… hilos, hilvanes de una historia impagable de vivencias con el pueblo, la gente. Y en concreto desde unos cristianos que me han llevado en volandas, para que vuele más y para que corrijas mejor mis defectos, aceptándolos y entendiendo que no hay mayor  perfección que la compasión integral para nosotros mismos y para los demás.

Creo en la Iglesia que nos pide e interpela para que miremos juntos el momento actual, y que ahora nos recuerda constantemente –más desde el Papa Francisco- que volvamos a Jesús y miremos con ojos de justicia y caridad a los hermanos, especialmente a los que sufren y viven en el dolor y la pobreza.

Por eso hoy voy con ganas y con fuerzas a esta celebración, con el deseo de regenerarme eclesialmente, de ver en positivo esta realidad del Espíritu que nos pide renovación interna y profunda a nuestra iglesia diocesana. Voy con el deseo de ser nuevo, de convertirme, de volver al amor primero, de recuperar el rostro genuino de esta Iglesia que debe ser continuidad de la encarnación del Hijo para que todo hombre se pueda encontrar con el evangelio de Jesucristo. Hoy pediré por mis obispos, Santiago y Celso, pero sobre todo pediré que el Señor me saque de mis tibiezas eclesiales, de mis amores e inquietudes olvidadas o gastadas, de mis incoherencias y dobleces, de mis dudas institucionales, que me lleve a una fidelidad renovada y creativa. Oraré para que este momento eclesial no sea para destruir sino para convertirnos y construir la Iglesia de la fe, la que ilumina y  transforma con un corazón lleno de los sentimientos de Cristo, sin ahogarse en la institucionalización que paraliza.

Quiero hacerlo con el lema de la Juventud Estudiante Católica para estos años: “creamos lo que creemos”, yo quiero crear lo que creo, la Iglesia en la que creo. Deseo ser Iglesia desde la vida y con los hermanos, a favor del mundo, para que todos nos salvemos y nadie –ni jerarquía ni pueblo- sea condenado.

José Moreno Losada. Sacerdote Badajoz.

One Response to ““Creo en la Iglesia””

  1. Me ha gustado, Pepe. Muchas gracias.