¿Un nuevo obispo en Plasencia?

Alegría para Jaén

Acaban de designar a nuestro amigo y hermano Amadeo, obispo de Plasencia durante más de una década, para la diócesis de Jaén. Felicidades a él por esta confianza que depositan en su persona para ir a una nueva comunidad diocesana y felicidades a la feligresía jiennense que lo acoge con alegría y esperanza, mi amigo Juan Rubio lo ha hecho de un modo público en el diario de Jaén. Su carta de presentación ante el pueblo cristiano y la ciudadanía de esa tierra, no tiene desperdicio en lo que se refiere a actitudes de pastor. Deseamos que Dios se las conceda, como, según los placentinos -con sus trozos salmantinos incorporados-, lo ha hecho hasta ahora. Le deseamos lo mejor a él, como hermano y padre de esta Iglesia extremeña, y a los hermanos de aquella iglesia.

Un nuevo obispo para la provincia eclesiástica de Extremadura

Ahora toca esperar un nuevo pastor para esta iglesia placentina y, aunque nadie me ha dado vela en este entierro, yo me apunto a la resurrección y al sentir eclesial y humano de la provincia eclesiástica y del pueblo extremeño para pensar en voz alta y compartirlo de buena fe. Dado que el papa nos habla de la escuchoterapia, que conlleva también ternuraterapia, etc… pienso yo, que no estaría de más – seguro que lo intentan desde la conferencia episcopal, la nunciatura y el propio vaticano-, manifestar sentimientos, deseos, ilusiones, esperanzas, para que puedan tenerlas en cuenta para la designación del nuevo pastor.

Ni que decir tiene que deseamos un pastor como los describe el Papa cada vez que se dirige a los obispos en cualquier lugar del mundo. Y que lo más importante no es de dónde sea, sino cómo sea y quiera ser, que las dos cosas son fundamentales. En alguna ocasión ya he mostrado que nos alegramos del modo y forma como el arzobispo de Mérida-Badajoz, riojano y romano por misión canónica durante décadas, se ha integrado en nuestra diócesis y va dando sus pasos de acompañamiento y animación de la comunidad diocesana, en la que ahora mismo estamos en proceso de escucha y de opciones desde las realidades básicas de las parroquias, movimientos y asociaciones, incluidos los sacerdotes y religiosos, de cara un futuro proyecto pastoral compartido. Claramente esto es lo fundamental.

Con vosotros cristianos, para vosotros pastor

Pero también, sería bueno y un detalle pastoral, que junto a este arzobispo y el obispo de Cáceres, nacido en nuestra tierra, formado en Toledo y trabajo ministerial en Valladolid, formara parte de esta provincia eclesiástica como pastor, alguno formado en estas iglesias de nuestra provincia eclesiástica, que ministerialmente se han mezclado a fondo con la pastoral de estas diócesis, que trabajan con ilusión y esperanza, pastores y párrocos consolidados que creen en la posibilidad de hacer una iglesia en salida y compasiva, con predilección por los más pequeños y heridos de nuestro pueblo, en nuestra región de Extremadura. Creo que los hay en las tres diócesis, que son queridos por sus presbiterios diocesanos y muy considerados, que trabajan siendo referentes de compromiso y cercanía, tanto para los sacerdotes como para los laicos cristianos. Que tienen una formación muy cuidada y equilibrada, a la vez que radical y comprometida, sin buscar ser obispos. Que siempre se muestran disponibles. Pienso en mi interior y me vienen bastantes, aunque hasta sentiría cierto dolor por alguno de ellos que si lo eligieran, imagino que perdería su cercanía que hasta ahora me enriquece de un modo extraordinario.

Aciertos y deseo

Creo que sería bueno, porque eso aportaría un adelanto grande con respecto a la conexión  del pastor con la historia, el momento y la situación que Extremadura está viviendo en estos momentos tanto a nivel económico, social, político, cultural, rural, como eclesial y pastoral. Considero que en las ocasiones en que se ha hecho de esta manera hemos sido enriquecidos, tanto en la elección de Amadeo para Plasencia, como cuando Ciriaco estuvo en Coria-Cáceres. Este elemento humano, histórico, social, pastoral específico, sabemos que no es estructural, ni tiene que ser exclusivo ni excluyente, pero sí sería un detalle de escucha y de ternura, que nos ayudaría a reconocernos validados y valorados por la Iglesia Universal al elegir un presbítero bueno de nuestras propias diócesis extremeñas. Sabemos que no lo debemos ni podemos exigir, pero sí podemos decir que nos alegraría contar con una cercanía, que no hubiera que crearla porque ya existiera, con la tierra, la provincia eclesiástica y el pueblo extremeño. Ah, y si te lo proponen – pienso en sacerdotes hermanos y amigos extremeños activos, y en alguno en especial- no dudes en aceptarlo, será un honor tenerte como pastor, sabiendo que hueles a oveja desde hace mucho tiempo en nuestra tierra y en nuestro pueblo. Abrazo a la Iglesia de Plasencia y los mejores deseos desde esta de Mérida-Badajoz.

José Moreno Losada.