Palabra, corazón y manos

DIÁLOGO INTERRELGIOSO: PALABRA, CORAZÓN Y MANOS

Monseñor Ayuso: ¿obispo de la curia o un apóstol para el diálogo?

En algún momento el Papa Francisco avisó de que no tenía sentido hacer obispos curiales, carrera eclesiástica. Recientemente consagró obispo a Miguel Angel Ayuso, un comboniano sevillano, que es actualmente Secretario del Pontifico Consejo Interreligioso y Viceprefecto de la comisión para las relaciones religiosas con los musulmanes. ¿Era una contradicción del papa? Creo que no.

Durante el verano tengo la suerte de pasar unos días en el seno de la casa de los franciscanos en el santuario de la Virgen de Regla. Me siento afortunado porque allí se pueden disfrutar de cosas que no tienen precio: el descanso, la luz, el mar, el silencio, el agua, los paseos… y la gente. Entre ellos un señor callado, discreto, anónimo que decían que era un monseñor de Roma.  Pero que este año lo he descubierto de un modo nuevo, al encontrarlo con la misma sencillez pero con el anillo de plata que le delata como nuevo obispo de la Iglesia católica. Eso ha dado pie a más conversación y encuentro personal.

Un apoyo y ánimo para mi trabajo en el campo del diálogo

Recuerdo cuando don Celso, arzobispo de Mérida-Badajoz, me hizo el encargo de animar la cuestión del ecumenismo y del diálogo interreligioso. Aunque había tenido contactos con este tema a nivel docente, no había realizado labor pastoral directa de calle con el mismo, ahora surgía un nuevo reto. Al buscar  información en las redes me encontré con que Miguel Ángel Ayuso, ese señor discreto de Regla que traía regalos de Roma y Jerusalén a los más desvalidos de la residencia, el tal monseñor, era una pieza clave en el dicasterio  romano dedicado al diálogo interreligioso, y especialmente en lo que se refiere a la comunidad islámica mundial. Preparado de desde el ámbito comboniano, ha estado más de veinte años entre Egipto y Sudán, ha ocupado cargos docentes sobre el mundo árabe e islámico, conocedor de lenguas, viajero incansabe… y hace unos años lo recabó Roma para trabajar, junto al Cardenal Turán, en esta labor tan urgente de la relación interreligiosa, por su conocimiento y experiencia tanto teológica, como pastoral, vivencial y dedicación de vida y alma a la causa.

Este año lo volvía a encontrar en la casa de espiritualidad de Regla, equipado con su anillo como indicación de su nueva situación ministerial. Toda la casa vivía el acontecimiento como algo propio y gozaban de esta cercanía del obispo, que seguía viviendo en la normalidad y humildad de todos los años, incluso más cercano y cariñoso, o al menos más expresivo.

Una bella conferencia sobre la misericordia y el diálogo entre las religiones

Ayer nos regaló una conferencia en el marco del claustro franciscano, al que acudieron feligreses de Chipiona, especialmente muchas personas de las que veranean en esta playa tan familiar y humanizadora, que tiene como centro el santuario de la Virgen. La comunidad franciscana, con motivo del año de la misericordia van organizando actividades de tipo espiritual y formativo acerca de esta actitud fundamental cristiana que hemos de traducir en obras. El obispo Ayuso intervino disertando sobre la “misericordia y el diálogo interreligioso”, desarrolló claves fundamentales de dicha actitud en el encuentro con otras religiones, aplicándolo a la relación personal en ámbitos culturales donde la realidad actual nos llama a convivir y a cuidar la casa común.

Claves sencillas y fundamentales

Las ideas fundamentales, partiendo de los últimos pontificados papales y subrayando el del Papa Francisco, que nos hizo llegar fueron sencillas como su persona, a la vez que de una gran profundidad y radicalidad. Expuso:

-El diálogo interreligioso es una condición urgente para la paz en el mundo, por eso es una necesidad y condición fundamental para los cristianos. Aunque no es sencillo, hemos de llegar al diálogo de la “amistad”, como el papa propone.

– La  apertura y el verdadero diálogo viene desde una identidad con una profunda formación en nuestro ser cristiano  y una buena  información de las otras religiones.

– El diálogo de la amistad  es un compromiso: Saliendo de nosotros mismos con la palabra, escuchando la palabra del otro, haciendo que las palabras se encuentren y se unan, para que puedan encontrarse los corazones, y ha de acabar con un buen apretón de manos: Palabra, corazón y manos. Así de sencillo lo expone el papa Francisco.

– El diálogo no es algo teórico es un reto para vivirlo a pie de calle,  en todas las iglesias locales y parroquiales, sólo así se evitarán los simplismos que acaban que en fundamentalismos. La comunidad internacional a través de la ley ha de acabar con el terror que nos invade, y nosotros hemos de aprovechar este momento: para conocernos, amarnos, ayudarnos y defendernos de esta plaga de terrorismo que ataca al mundo y a la humanidad. Todos los que tenemos sentimientos religiosos hemos de unirnos en la lucha para la dignidad humana y el cuidado de la casa común de la creación.

– Es también momento de orar, de conversión, para hacer la paz nuestra tarea, pedirlo desde nuestros corazones religiosos.

– Concluyendo: La cuestión del diálogo hoy tiene una importancia fundamental, el papa nos dice que el diálogo interreligoso no es otra cosa que hacernos compañeros de viaje, en nuestro peregrinar terreno, hacia la verdad. Saber ir con todos los hombres de buena voluntad que tienen sentimientos religiosos auténticos, fuera de todo descarte y exclusión indiferente,  divisoria y violenta, buscando la verdad y el reino del paraíso prometido y esperado desde la fe.

Un ministerio sencillo para dialogar a pie descalzo

De este modo Monseñor Ayuso, traía a pie de calle y de playa los discursos y el trabajo elaborado y cuidado a nivel mundial del Vaticano en su trabajo por el verdadero diálogo entre las religiones, ni que decir tiene que no es un obispo para la curia, sino que se ha elegido un apóstol para la Iglesia del diálogo que quiere caminar por la amistad, el papa cuenta con él para esta labor tan esencial hoy. Subrayo esas claves del Papa para el diálogo, que seguro que van a ser las de este obispo para su misión apostólica: Palabra, corazón y manos.

José Moreno Losada, desde el Santuario de Regla en Chipiona.

 

One Response to “Palabra, corazón y manos”

  1. Me encanta mucho este post. Es muy instructivo a la hora de animarnos a conocer mejor otras religiones.

    El diálogo interreligioso y ecuménico nos sirve a todos, sea cual sea su credo, a abrirnos a las diferencias, a ser más tolerantes, a aprender de los otros y a cultivarnos la mente porque cada religión también tiene su bagaje cultural de sabiduría y conocimiento. Sabiduría y conocimientos muy enriquecedores para todos.

    Para hacer posible dicho encuentro tenemos que esforzarnos por quitarnos de la cabeza los prejuicios e ideas preconcebidas que podamos tener de las personas que profesan una religión distinta a la propia.

    Para ello la formación y la educación son esenciales. También es necesario informarse bien sobre las otras religiones porque nos facilita el encuentro entre religiones al derribarse los prejuicios que tengamos sobre las mismas.

    El fanatismo religioso siempre estuvo presente en todas las religiones a lo largo de la Historia. Todo eso lo sé como historiador y graduado en Historia que soy. Un ejemplo claro al respecto es la Inquisición, que generó en España y buena parte de Europa un clima de terror e intolerancia hacia aquellos que no profesaban la fe católica romana.

    Como historiador he aprendido que todos los acontecimientos que marcaron la historia de la humanidad, sean buenos o trágicos, nos pueden dar valiosas lecciones de vida a aplicar en nuestra vida para avanzar por un futuro mejor y en paz.

    Aplicando éso al diálogo interreligioso la conclusión es que todo fanatismo religioso, como la Inquisición o el antisemitismo, sólo trae dolor, sufrimiento, desolación y muerte.

    De tragedias del pasado como el Holocausto nazi, las cruzadas, las expulsiones de judíos y moriscos de España… debemos sacar la lección de que estas tragedias nunca se vuelvan a repetir. Para ello la clave es el diálogo interreligioso, la comprensión, la tolerancia y el entendimiento entre gentes de distintas culturas y credos.