Salvados y refugiados

¿Quién salva a quién…quién condena a quién?SALVADOS Y REFUGIADOS

Son las nueve y media de la noche…noche de Domingo. Un fin de semana lleno de vida y recuerdos entrañables desde el jueves con un desayuno acompañado de personas que hacía más de cuarenta años que no veía, un encuentro con  sacerdotes y obispo de acción católica también profundo, un viernes lleno palabra de vida con sacerdotes en el estudio evangelio, programando, un sábado en la boda de una ahijada de bautismo del primer pueblo en el que estuve de sacerdote, y este Domingo que  se ha presentado en la parroquia el proyecto de Cáritas para este curso dedicado a ayudar a un campo de refugiados. Allí en la eucaristía se nos ha invitado a ver el programa de salvados en la sexta… y ahora me encuentro cumpliendo ese deber y expresando sentimientos que me produce este reportaje.

Me doy cuenta de que:

-En el mar muere muchísima gente y no por monstruos marinos, sino por indiferencia y egoísmo de una sociedad deshumanizada y salvaje.

– A Oscar, voluntario, se le cayó el velo en Lesbos, dándose cuenta de que nadie estaba allí donde la gente se muere a chorros. Europa no quiere, hace tres años que Italia retiró su proyecto de Mare Nostrum, la razón fue que Europa no quiso saber nada de esos gastos. Sólo van  a defender fronteras, las nuestras. Sólo están ellos, voluntarios con dinero  de gente altruista,  en un barco de denuncia a la muerte  porque quiere guardar la vida de los que se ahogan.

– Hay gente que desayunaba a cuerpo de rey y se dio cuenta que alrededor de su yate se moría la gente, y acabó dando su yate para que pasara de la riqueza  y el lujo al servicio de los más pobres del mundo, a los que se están ahogando. Era apostar por una causa, no por un grupo de personas. Del lujo al salvamento, es igual pero no es lo mismo… enfermería, chalecos salvavidas, literas, sacos para cadáveres… ciento setenta mil euros la reforma para acondicionarlo para los pobres y poder salvarlos. Todo un reto de vida frente a la muerte, persona a persona, donativo a donativo.

– Con el yate se llega a doce millas de Libia, hay seis o siete barcos más de ongs en la misma zona. Vienen con gasolina para treinta millas, cuando se les acaba quedan en medio del mar a la deriva. Llaman a Roma, a un centro de control, con un celular especial que le dan los mismos los organizadores de los viajes, les interesa por el negocio que no mueran.

-Los encuentran agotados, amontonados, deseosos de salvación, angustiados, gritando, rezando, agradeciendo, abandonados, hambrientos, sedientos…niños, algunos de pecho, , mujeres, jóvenes, adultos. Arrojados como animales en medio del mar, a su suerte, en la búsqueda de la vida por caminos de muerte.

– Desde Libia se puede ver la salud del mundo, analizando sus heces… un millón de personas quieren pasar por ahí, desde muchas partes del mundo. Un peregrinaje por un desierto de indignidad, un sufrimiento de detención, soledad, dolor, hambre, mafias, esclavitud, muerte, sin equipaje, descalzos. Embarcaciones sin adecuación, conductores inexpertos pagados en especies de viaje, sin comida para el camino, sin agua. Pero él podía haber sido yo, ese niño podía ser tu hijo, yo no estoy de esta parte por ninguna razón de peso.

– Los voluntarios se escandalizan de la indiferencia de Europa, de España… la lejanía. Noticia de un día y de lejos, no cambia nada. Todo sigue igual y siguen muriendo, sufriendo, rompiéndose. El papa habla  y los sentimientos católicos se revuelven, pero no dura más de una semana.

¡Qué pena¡ El mar es infinito y su sufrimiento igual. El mar es infinito, buscarlos es como buscar una aguja en un pajar. Pero se les encuentra: ¡Bienvenidos a Europa¡ pero desconfían, no quieren parar. No os preocupéis os vamos  a salvar a todos, vienen barcos a ayudarnos. En menos de una hora llegan, salvarán tres lanchas llenas de seres humanos.  Una de madera con cuatrocientos, en total más de ochocientas personas, inefable. Todo un discurso de salvación: “encontramos nuestra salvación en Europa”. Ellos bailan y cantan al unísono cantos de acción de gracias. Les gritan: asseyez-vous¡  Sus reflexiones son directas: venimos de la miseria. “Ha sido el infierno para nosotros…no tengo nada ni a nadie, solo talento, tengo cabeza.Europa es la tierra prometida, espero ser libre, vivir”.

– Me pregunto: ¿nos encontrarán miserables, muy miserables?