La muerte y la vida, el Misterio.

Reflexión ante la muerte 

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Alfonso Bazaga nos recordaba en el cumpleaños de su hijo Alfonso, la reflexión viva que permanece en él, ante la donación de órganos que realizaron para dar vida a otros, cuando a él ya no le quedaba respiro, aunque parecía dormido y le hubiera gustado el milagro de su revivir. La vida se escapó en un instante entre las manos de Miriam, su esposa, y sus dos bellas y amadas hijas Miriam y Alba. En ese instante trágico sólo quedaba ser fiel a la vida, aunque se estuviera perdiendo a nuestros ojos, y hacer fecunda su muerte, por un amor que es más fuerte que ella. Y todo con la esperanza que él mismo mantenía de que el amor nos habla de resurrección y de esperanza.

Hoy es Mamen -tras leer esta carta en el hoy- , del equipo de limpieza de la facultad, la que me para, desde su duelo y su enfado con lo sagrado, porque el corazoncito que ya latía en el seno de su hija, ese corazón tan querido y tan esperado, ha dejado de latir, el hijo esperado ya sólo es un sueño pasado. Habrá que seguir amando y luchando para poder alumbrar la vida de este joven matrimonio.

Dos situaciones muy distintas, pero ambas en las orillas del misterio de la vida y de la muerte. La cuestión del sentido sigue viva y presente en el corazón de lo humano y de toda la creación. El deseo de la vida está traspasado por la fuerza del amor. Vivir es amar, por eso la muerte no puede ser nuestro horizonte, el amor la inquieta y desea transformarla.

Pronto rezaremos en el día de los difuntos, no deja de ser un signo cristiano, creyente, de que el amor es más fuerte que la muerte. Me uno a Alfonso y a Mamen rezando y esperando la vida sobre la muerte.

José Moreno Losada.