El ecumenismo del Espíritu: la fraternidad universal

En el octavario reciente de  la oración por la unidad de los cristianos pudimos contar en nuestra diócesis de Badajoz con el testimonio vivo de Isabel Lara, hermanita de Foucauld que nos pudo hablar del ecumenismo en el proceso de su vida creyente tanto en su dimensión contemplativa de la Palabra, como litúrgica y , sobre todo, en el encuentro con los más pobres. El ecumenismo oculto de Nazaret. Nos puede iluminar en lo que es la esencia del verdadero ecumenismo en el quehacer del Espíritu.

HE VISTO LA ESTRELLA DE LA FRATERNIDAD CRISTIANA”

(Testimonio  ecuménico de Isabel Lara, Hermanita de Foucauld)

luz

Tuve la suerte de Joven, de que me hablaran de la estrella y me indicaaon su resplandor. Yo me puse en camino tras ese resplandor, sin saber bien a donde me llevaría, pero guiada por la certeza de que esta estrella se encontraba, aunque no exclusivamente,  entre los pobres y  en lo más profundo de mi, que solo la alcanzaría  a través de  la oración…..Entrando en las hermanitas de Carlos de Foucauld, me  señalaron que el esplendor de  la estrella también se encontraba entre aquellos que no conocen a Cristo, porque las “semillas del Verbo” están  en todo lugar .

En Mauritania

De esta forma me encontré en la república islámica de Mauritania. Allí, no está tolerado ningún otro  culto que el del Islam. La única Iglesia del país, estaba al interior de la Embajada del Vaticano de  Nouakchott,  capital del país. Pero  bajo el manto diplomático de la embajada también se reunían los protestantes en salas habilitadas para ello.  Era necesario de acoger al hermano que como nosotros confiesa “Jesús es el Señor”. Todos éramos extranjeros, un puñado de Europeos y Americanos en un país que nos toleraba, solo en la medida en  que  contribuíamos  al bien del país . Había también un grupo más numeroso de subsaharianos, mano de obra barata que tenían la vida dura, por ser inmigrantes, negros y sobre todo y cristianos.

Nosotras, las hermanitas, vivíamos en pleno desierto, pero íbamos siempre a celebrar Navidad y Pascua a Noucchot.  Tengo el recuerdo de que nos juntábamos al final de nuestras respectivas celebraciones para festejar juntos, compartiendo: refresco, comida y espectáculos. A mí eso me parecía ya increíble como paso de encuentro y de solidaridad entre cristianos ¿Se iba más lejos? No lo se. nosotros vivíamos lejos y allí no había otros cristianos.

En Mali

foucauld

En el Mali, la situación cambió. Los cristianos del país, son apenas el 2,5%, entre católicos y protestantes, con libertad de culto. Vivíamos en un pueblo y uno de nuestros vecinos más próximo era un joven matrimonio protestante, responsable de su comunidad. El contacto era de extrema simpatía, respeto mutuo, y las atenciones de buenos vecinos: servicios, celebraciones de los grandes o pequeño acontecimiento de la vida. Había también de una sana rivalidad en el testimonio de Jesús. En su pequeña comunidad estaba prohibido el alcohol, en la nuestra, también pequeña, había más de un borracho, y eso me humillaba porque estábamos en medio de musulmanes.  Solo recuerdo de rezar públicamente con ellos,  el Padre Nuestro,  en los momentos de los funerales, por el contrario,  hablamos  fácilmente de nuestra fe en Jesús, en el momento de nos visitas mutas.

En Francia

En medio de esos años de África, hice un paréntesis en Francia, donde entre otras cosas, viví una

formación al acompañamiento espiritual con los Jesuitas. Seis meses internos en un centro Espiritual con otras 10 personas, religiosos/as,  de diferentes espiritualidades y continentes. Mi sorpresa fue de descubrir una pastora de la Iglesia Calvinista, formándose con religiosos católicos.  De mi sorpresa inicial, (y yo no era la única sorprendida) a la normalidad, pues era una diversidad más, en un grupo tan diverso. Allí comprendí que si nosotros los católicos habíamos sufrido durante siglos  de una falta de acceso directo  a la Biblia,  ellos habían sufrido de haber cortado con las tradiciones espirituales anteriores a la reforma. Ella venía con la sed de quien busca la fuente.

En Suiza

comunidad

Seis años más tarde vuelvo a Francia, para vivir el servicio de responsable de mi congregación. En este momento dado, siento la necesidad de pararme y mirar a la luz de Dios, ciertos  aspectos  concretos de mi vida. Espontáneamente  pienso  en  la comunidad Ecuménica de las hermanas de Granchmps  en Suiza. Durante 14 años, iré regularmente diez días para vivir mis retiros espirituales allí, haciéndome acompañar por una de ellas: la bella y sobria liturgia que tienen, la discreción, su capacidad de escucha, de abordar la Palabra me son de una gran ayuda. Este monasterio Suizo está formado de religiosas venidas de diferentes Iglesias reformadas de Europas o de Africana  y una o dos católica. Su vocación: la Unidad entre las Iglesias, y a la reconciliación. Por esta razón trabajan mucho   la acogida de la diversidad, la no violencia, la ecología, y el equilibrio humano- espiritual a través de la “evangelización en profundidad” que consiste en dejar que el evangelio penetre en nuestras heridas humanas mas profundas.

 Esta  comunidad comienza en los años 1930. Un grupo de mujeres  protestantes que comienzan con  retiros espirituales, y que terminan formando una comunidad religiosa, emitiendo votos, es todo lo contrario a la cultura de sus diferentes Iglesias.   Se estaban volviendo católicas, les decían. Ellas tendrán que afrontar el desconcierto y la crítica en Iglesias Reformadas, y la mirada sospechosa de la católica. Cuando más tarde el hermano Roger, comienza en Taize, ellos van a tener muchos contactos estrechos, pues están en la misma línea. Juntos van a elaborar una regla de vida y una estructura litúrgica, especialmente en la Eucaristía, a partir de los elementos de antes de la rupturas de las Iglesias. Siguen colaborando juntos, pero mientras Taize acoge multitud de Jóvenes, ellas continúan en una acogida más discreta y personalizada.

En Argelia

 En los años  65/70 comenzaron en una pequeña comunidad cerca de la nuestra,  en Argelia. A falta  de culto protestante, iban a la Parroquia o a nuestra comunidad a celebrar. El obispo les había concedido la hospitalidad Eucarística,   pero solo comulgaban los días de fiesta. El resto de los días, no lo hacían para no acostumbrarse y olvidar que esa falta de unidad, estaba aún presente, Velar en la oración, y  trabajar en ello.

En la eucaristía los jueves y los domingos, he visto desfilar toda una serie de pastores de las diferentes iglesias reformadas, y de sacerdotes católicos. Pero todos celebran bajo  la liturgia. Que de hecho, de  no estar atentos, no se  ves la diferencia. La hospitalidad Eucarística esta ofrecida a todos los cristianos, pero te piden personalmente discernir. Siempre me impactó la fórmula que el celebrante recitaba antes de comenzar a repartir la Eucaristía, extraídas de la primera carta a los corintios 10, 16:

16El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión de la sangre de Cristo?

Y el pan que partimos, ¿no es comunión del cuerpo de Cristo?

17Porque el pan es uno, nosotros, siendo muchos formamos un solo cuerpo,

 pues todos comemos del mismo pan.”

Pude hacer relaciones con Pastores protestantes, cercanos a esa comunidad, e invitar en varias ocasiones a uno de ellos, Pierre Yves Brand, a dar los retiros espirituales de la congregación. Ninguna de mis hermanas de congregación se extrañaba de ello.  De hecho este pastor ayuda en la sesiones de formación para los maestros de novicios Cistercienses  (Los trapenses) y de varias órdenes de Benedictinos en Francia. Todo eso con una absoluta normalidad. En Francia, como responsable, participaba en un grupo de congregaciones, con una espiritualidad contemplativa – no monásticas. Las diaconisas de Paris, equivalente a las religiosas hospitalarias en los medios protestantes, se reunían con nosotros.

En España

españa

Volviendo a España, me doy cuenta de que esa riqueza de La pluralidad de Iglesias no la tenemos a causa de la historia. Yo lo noto mucho, en relación a la Palabra de Dios. Allí donde las iglesias reformadas tradicionales han vivido al lado de las iglesias católica, la lectura y el estudio de la Palabra de Dios es mucho mayor y de mas riquezas. Las instituciones van siempre muy lentamente, yo diría que es casi intrínseco a ellas. Por esta razón  es desde la base que debemos aprender a vivir este trabajo de reconciliación,   tejiendo relaciones de normalidad en nuestras vidas cotidianas y aprendiendo a  acoger  las riquezas de los otros.