Los jóvenes ven… ( trascendencia y religión)

“Dime  en quién crees  y cómo le hablas… y te diré dónde está tu corazón”

–          Dios Ya no está de moda, pero nos hace falta… pero se :

  • Ríen
  • Nos descalifican
  • No lo entienden
  • Pasan
  • Lo rechazan

–          Pero se busca el sentido de la vida y se sufre cuando no se tiene. Hoy se necesitan muchos apoyos para encontrarse consigo mismo y en profundidad.

–          Muchos han tenido experiencias positivas en el seno de las comunidades cristianas, pero se rechaza su institucionalización, su culto lejano que se siente vacío, su moral no de encuentro.

–          Se siente una institución lejana en el tiempo que permanece de un modo no actualizado y que no responde al hombre de hoy.

–          Se mantienen formas religiosas externas, sin razones profundas, los jóvenes quieren romper.

–          Queda el encuentro, el gozo, el espectáculo como convocatoria pero no siempre acompañado de proceso.

–          Todavía mucho de tradición y sacramento con significación  social.

–          Los jóvenes nos sentimos lejos de dimensiones de la iglesia mas jerarquizadas e institucionalizadas

SIN EMBARGO:

–          Los hombre de hoy buscan y los jóvenes necesitan sentido y razones para vivir.

–          Valoran a aquellos que con coherencia y radicalidad se comprometen y arriesgan.

–          Buscan más una religión de sinceridad y encuentro desde la vida que ritual y segura.

 

EN LA JEC:

–          Otra iglesia es posible, vivimos la experiencia de llegar a conectar, aunque nos cuesta, la fe y la vida.

–          Miramos la iglesia desde el evangelio, y  vamos encontrando razones para creer en el grupo de revisión de vida, en la comunidad más amplia, en el aula, entre los jóvenes, en la carrera,  en el compromiso, en el encuentro con los más pobres.

–          Dios y la construcción del  persona se hacen experiencia única, y acabamos creyendo por lo que vivimos, y descubriendo la verdad del evangelio en la vida.

–          Notamos y sentimos lo que es el protagonismo laical y  la preocupación por la persona como elemento central de la fe.

–          Nos sentimos llamados a caminar con otros.

–          Nos reconocemos testigos de Jesús en el medio estudiantil y señales eclesiales desde nuestro servicio.

–          Orar es  leer la vida desde los sentimientos de Cristo, a  la luz del evangelio; celebrar es llevar al altar los pasos y acontecimientos de la vida, así como las personas que nos rodean.

–          El compromiso nace de la seducción de querer vivir con los sentimientos de Cristo.

–          Y todo como un proceso.