PROCLADE
Fotos y vida: frutos del Espíritu
Muchos me preguntan sobre las últimas fotos que he subido al facebook y utilizado tras el domingo pasado. Pues aquí os sirvo la respuesta vital a las mismas, las fotos y la vida.
Pascua es referente de luz, color, vida, alegría, fiesta, encuentro, comida, apertura, gracia, esperanza, ilusión, novedad, fuerza, paz, gratuidad, apertura… Tiempo de Aleluya imparable y fecundo. Así fue el Domingo pasado. Tras la celebración de la eucaristía en la que sentimos el amor de Dios y el tesoro que Jesús había puesto en nuestras manos de amar como el nos amó, me puse en camino para la finca “Borrachinas”. Allí había sido invitado por mi amigo Evaristo y Elena, padres de tres hijos, familia cristiana y comprometida, tocados por el espíritu de Claret; formna parte de una comunidad laica claretiana en la que comparten vida, fe y compromiso con el mundo, especialmente con los más pobres. Lo hacen a pie de obra, desde la realidad y en conexión con aquellos que están en el barro a fondo. 
En esta ocasión con un misionero claretiano que está por tierras pobres argentinas. La finca recién adquirida por uno de los miembros de la comunidad, se abría de par en par, con la riqueza de la primavera y de la pascua florida, siendo bendecida por Carlos , en comunidad, y siendo nosotros bendecidos por su belleza y su bondad. Fue un día de gozo para mí; allí encontré personas queridas y conocidas, a la vez que familiarizé con otros desconocidos abriendo el cerco de lo humano y lo cristiano en mi persona. Fue un Domingo de novedad y luz, como corresponde a un domingo pascual, y me ilusionó como esta comunidad está centrada en Cristo y en las obras de misericordia que se asientan en sus sentimientos. 
Los niños, en cantidad, fueron el grito de la vida imparable, junto a la gallina y su polluelo; la alegría fue desbordante. A Elena Muñoz, cómplice de mi blog, le pedí que nos contara la experiencia del día, y ella fiel como siempre nos sirve su relato como un regalo de Pascua, obrado por el Espíritu:
“Como cada año, Proclade – como comunidad laical claretiana y su oenegé- celebró la tradicional convivencia en el campo. Siempre esta jornada tiene un carácter muy enriquecedor para quien asiste, tanto por la gente que acude como por lo que se vive, se escucha y se recapacita. Solemos estar un número considerable de personas, relacionadas tanto directa como indirectamente con el proyecto Proclade Bética, pero que siempre tenemos ese querer hacer que “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo pequeñas cosas, pueden cambiar el mundo”. 
Cada año nos acompaña un misionero claretiano que nos cuenta su experiencia, su testimonio, al servicio de los más necesitados y nos hace ver que realmente existe otro mundo, que no sale en la televisión, que no se conoce realmente y que es necesario conocer porque se trata de personas. Este año nos acompañó el padre Carlos Halcón, misionero claretiano, natural de Badajoz que lleva unos 42 años trabajando por los más pobres en la misión de Humahuaca (Argentina). Nos habló de la tarea que allí se realiza, de la labor de los misioneros, que a través de Proclade, la oenegé de los claretianos, se aprenden técnicas de cultivo, se hacen caminos, instalaciones de agua, escuelas infantiles,…se dignifica a la gente que vive en una zona árida y fría, abandonada por los poderes públicos, y es tan necesario este esfuerzo. 
Todos pudimos estar disfrutando de sus palabras y de su humilde presencia, de cómo pelea ante una realidad tan pobre y necesitada y de su acompañamiento a esas personas. Tras pasar un buen día de convivencia en un ambiente bucólico y con personas pertenecientes a Proclade, otras que experimentaron la vivencia de conocer la realidad de Humahuaca, otros invitados para conocer lo que se hace desde Proclade, otros procedentes del movimiento de Seglares claretianos,…al final terminamos con la celebración de una Eucaristía misionera. Todo un lujo que, tanto mayores como niños, podemos disfrutar cada año del espíritu claretiano , como una gran familia, la familia claretiana.”
Gracias Pepe por dedicarnos un artículo tan bonito en tu blog. Fue un lujo, además de un placer contar con tu compañía en ese día de convivencia. Te invitamos porque sabemos que estás en plena sintonía con lo que pensamos y sentimos. Nuestra vocación cristiana la desarrollamos y vivimos, entre otras cosas, con la labor que realizamos como voluntarios de la ONG-D Proclade, en ese intento de querer ‘ser para los demás’ del que tú tanto hablas en tus artículos y en ese ‘optar por los pobres’ que nos lleva al servicio que predicas. Espero que este sea el primer encuentro de muchos…en los que compartamos nuestra fe y nuestra vida.
Gracias también a Elena Muñoz por expresar tan bien la esencia de esos encuentros que cada año realizamos con la intención de reavivar nuestro espíritu misionero y seguir ilusionándonos y convenciéndonos de que otro mundo es posible.
Un fuerte abrazo para los dos.