Igualdad y humildad
Lc 14,1.7-14
Dios es Padre. Nos quiere. De ahí viene todo. Ese amor envuelve el mundo. Nos lo explicó Jesús con su propia vida. Su amor nos sustenta. En Él radica nuestra dignidad. A partir de esta premisa, no es un poco cuestión de risa andar por la vida aspirando a primeros puestos. ¿Gastando energía, pisando a gente, para lograr ser los primeros?
Primeros ya lo somos. Hemos sido los primeros al ser amados. No hay uno, dos, ni tres en el podium… ¿Puede el amor distinguir o valorar a unos más que a otros? Además, el Corazón de Dios siempre se va del lado del último…
Aprovechemos el banquete de la vida para amar. De carreras, puestos y otros asuntos, que se ocupen otros. No es lo de Dios. No es lo nuestro.
Dibu: Patxi V. FANO
Texto: Fernando Cordero ss.cc.
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