Cuestión de confianza…

foto-extremenos.jpgsostenibilidad_m2.jpgsostenibilidad_m2.jpgFaltan días para que Maricruz, miembro de profesionales cristianos de Badajoz, vuele dirección Ruanda para estar dos años en un campo de refugiados del alto comisionado de Naciones Unidas… su proceso de vida hasta llegar aquí ha sido pará mí una verdadera revelación de cómo Dios va trabajando el corazón de las personas hasta ganar su confianza..

Transcribo su testimonio que hemos estado reflexionando hace días con jóvenes universitarios que la conocen como animadora  del movimiento de Juventud Estudiante Católica:

“Imagino que a estas alturas todos vosotros sabéis que me voy de voluntaria a Ruanda, pues bien, en todo esto tiene mucho que ver la JEC y cómo me ha ido acompañando para confiar.Eeeeeeeeeeeh, calma, que el confiar no te lleva a Ruanda, ni a ningún otro sitio exótico. Confiar te lleva a ser feliz.Vayamos paso por paso.

Voy a compartir mi experiencia al respecto. Que sí, que ahora sí que voy a empezar por el principio de la película.

Nací en el seno de una familia formada por mis padres, mi hermano y yo. Para ser justa no puedo dejar de hablar de mis tres tías sin las cuales no concibo ser la persona que soy.Desde pequeña mi familia, el colegio y la parroquia me alimentaron con valores como la solidaridad, la austeridad, la sencillez, la responsabilidad y la confianza. Sí, la confianza en el Padre que quiere lo mejor para todos nosotros.Pero claro, una cosa es lo que te digan y otra lo que vayas viviendo. Mi sentido de la responsabilidad me lleva a la autoexigencia y a intentar controlar mi vida. Toparme con la JEC me abre nuevos horizontes, la posibilidad de caminar con otros. Acompañar a chavales es para mí todo un revulsivo que me impulsa a experimentar la debilidad como posibilidad, a disfrutar de los pequeños pasos, a compartir el día a día y descubrir los tesoros que nos ofrece.

En este caminar surgen experiencias en el sur. Un verano en El Salvador y dos en Perú. Bajando al Sur (BAS) es el espacio para compartir con Gema, Jofe, Jesús, Angelines, Sonia, Alejandro, Blanca, Pepe… esa opción por los pobres que a lo largo de años y de muchas reuniones ha ido sedimentándose en todos ellos. Yo me siento fuertemente interpelada por su vivencia. Son mucho más jóvenes que yo (bueno, Pepe no, ¿eh?) y son todo un revulsivo para mi vida hecha y acomodada.¿Vida hecha? jajajajaja. Nada de eso, la vida es un ser vivo y si es debidamente alimentada y tiene luz, aire y agua florece en cualquier momento.Sonia sabía de mi inquietud por el Sur y como quien no quiere la cosa me propuso hacer el VOLPA, curso de formación de voluntariado internacional. Y yo me embarqué confiada –pensé: “Sonia no me puede proponer nada malo”- y así de octubre a mayo ha sido un continuo ir y venir los fines de semana a Madrid.

 No voy con una idea predeterminada, sino que voy totalmente abierta. A lo largo del proceso experimento cómo las cosas se van trabajando internamente, yo me fío, no intento controlar, me sorprendo a mí misma dejándome hacer y disfrutando de ello. Tan confiada estoy que cuando me dicen: “eres idónea, te proponemos un proyecto en África…” me quedo sin palabras porque toma cuerpo una opción –el Sur- que yo no me he dicho ni a mí misma. Mi sentimiento es de felicidad porque lo vivo como un regalo inesperado e inmerecido, ¿qué he hecho yo?, me he dejado llevar y el Padre me ha mimado como sólo él sabe hacerlo a través de muchas personas, hechos, momentos, lugares y circunstancias.Me proponen África y yo lo acojo y me abro a la propuesta aun cuando meses antes había dicho que yo no quería África, no sé por qué lo dije, sí sé que lo dije. Cuando me hablan de este proyecto la fruta –yo- está madura, ha ido madurando desde la experiencia de confianza, de ser conducida y de estar en las mejores manos. A pesar de mis rebotes, de mis negaciones y de mis rebeldías el Padre siempre se me muestra con la mano extendida y con una invitación: “si quieres…”Hace dos años, recién llegadas Bene y yo a Perú acompañamos a Lolo que decía misa en Limabamba y en la homilía preguntó: “¿qué es lo que buscamos en la vida?”, “ser feliz” pensé yo inmediatamente. Esto es lo que me gustaría compartir con vosotros, mi felicidad. Confiar, dejarme guiar y dejarme modelar me lleva a ser feliz. Con esto es con lo que me quedo del camino recorrido y esto es lo que quiero llevarme en el equipaje para esta nueva experiencia. Es una felicidad ilusionada, no ilusa. El vértigo está presente, pero también lo está la confianza, sé que el Padre quiere lo mejor para cada uno de nosotros. Claro que esta relación de confianza hay que alimentarla, para mí es fundamental orar desde la vida, hacer lectura creyente de lo que voy viviendo, compartirlo y ser acompañada.Gracias por aguantar el rollete. Un besazo, Mary Cruz.”

One Response to “Cuestión de confianza…”

  1. todo lo puede hacer el conocer a JESUS .
    animo y muchas fuerzas