El Dios de mi vida (5)

Plaza“Salamanca que enhechiza la voluntad …”

El Dios sabio, universal y humilde

“Estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra esperanza a todo el que os pida explicaciones” (1 Pe 3,15)

  Recuerdo la conversación con D. Antonio Montero diciéndome que habían pensado que fuera a estudiar a Salamanca; aquel día sentí cierto respeto por aquella decisión; las calificaciones del Seminario eran buenas, pero yo no me sentía intelectual ni erudito; un provinciano tenía que salir y probarse en el medio universitario; la verdad es  que ahora, tras estos seis  lustros, he de decir que el barniz que me dieron ha  dado muy buen resultado. Fui para cuatro o cinco años , incluido el sueño de la tesis doctoral, y a los dos estaba de vuelta con una licenciatura por estrenar pero sobre todo con una vida “que yo tampoco la cambiaría por un mejor expediente- como dice Maria José-  o por haber estudiado en otro lugar”.

pontificia¿ Qué aspecto de Dios me sedujo en la experiencia de Salamanca? No sabría decir si el Dios sabio, universal y humilde o el Dios abierto y arriesgado, quizá los dos. Me moví entre personas ricas y profundas, con un saber y una sencillez alarmante: Ruíz de la Peña, mi padre en teología, Olegario, Ricardo Blázquez, Teilechea, Trevijano, Adolfo González… y así más y más. Descubrí compañeros y personas, como Pedro Belderrain, apasionantes, lúcidas, críticas, comprometidas… aprendí a leer teología con cierta profundidad, a pensar dicha teología, a contrastar y  optar, a manifestarme en la lucha por una nueva ley universitaria (LRU) para que fuera  verdaderamente humanista… La vida comenzó a ser otra historia con ese bagaje y esa comunión y comunicación.

Desde ahí exclamo: ¡ Viva la Iglesia plural, pensante, lúcida, abierta y crítica, entregada en su amor por el mundo¡ ¡Viva la teología experimentada y abierta, compañera del hombre que alienta y enriquece alimentando y criticando, incluso denunciando a favor de los débiles, pero nunca condenando porque la verdad lo único que puede producir es libertad, alegría y esperanza!

torresConsidero una gracia del Señor la posibilidad de ejercer la docencia teológica en nuestro querido Seminario y un signo de su confianza el haber podido trabajar en la coordinación del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de nuestra provincia eclesiástica, desde ahí considero que estoy llamado a servir para que el Pueblo de Dios bien formado avance por caminos de protagonismo y de libertad en la construcción del Reino de Dios en medio del mundo, desde una Iglesia llena de vida. Han sido decenas de laicos bien preparados los que hemos acompañado en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas, que hoy cuentan con su diplomatura o licenciatura  y están ejerciendo responsabilidades docentes y de correponsabilidad pastoral diocesana e inserción en la sociedad, dando razón de su esperanza a todo el que se la pide.

One Response to “El Dios de mi vida (5)”

  1. “…, pero nunca condenando porque la verdad lo único que puede producir es libertad, alegría y esperanza.”
    Me quedo con esta frase.