ENCUENTRO DE LUJO

papelEn este año sacerdotal no es fácil encontrarse con espacios como estos, y yo lo he disfrutado. Organizado por el consejo de la Acción Católica hemos tratado sacerdotes y seminaristas de distintas diócesis de España, junto a obispos y laicos, de escuchar la realidad actual y ver las interpelaciones que desde ella, tanto en la iglesia como en la sociedad, nos llegan al ministerio pastoral de los presbíteros.  En el comunicado final podréis ver su riqueza. ¡Lo importante que es oír la realidad y mirar al mundo con el deseo de amarlo y que tenga vida en abundancia¡

 

XVI ENCUENTRO GENERAL DE APOSTOLADO SEGLAR  “SACERDOCIO Y ACCIÓN CATÓLICA”

 “LA IGLESIA, COMUNIDAD EVANGELIZADORA”

“Presbíteros y Laicos, corresponsales”

 asambleaMANIFIESTO  FINAL

 Convocados por el Consejo General de la Acción Católica Española, desde el seno de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, nos hemos reunido los días 6 y 7 de Abril   en los Negrales (Madrid) junto a la sepultura de san Pedro  Poveda, sacerdotes, seminaristas  de  distintas diócesis españolas, y laicos  de las comisiones permanentes  de los movimientos de acción católica, presididos por D. Atilano Rodríguez, obispo consiliario general de la A. C. E. El tema central de las jornadas  ha sido la reflexión sobre la Iglesia como comunidad evangelizadora y, en concreto, la corresponsabilidad de los presbíteros y los laicos en la iglesia y en el  mundo.

 Iluminados por el magisterio de Monseñor Raúl Berzosa, obispo auxiliar de Oviedo, hemos profundizado en   la importancia de un nuevo modo de ser y hacer iglesia en el mundo actual, que necesita  de la identidad cristiana, de la comunión y  de la misión atendiendo a los cambios culturales, sociales,  políticos y económicos. Las claves fundamentales nos han sido servidas por las experiencias de laicos adultos militantes que día a día viven en medio del mundo con la espiritualidad  de la encarnación  y el deseo de  ser servidores del reino en medio de la sociedad. Desde la militancia son testigos de primera mano de que la sociedad no  corresponde ya al modelo de cristiandad,  sino que vivimos una sociedad secularizada y en gran medida pagana, que está organizada desde valores que priorizan el valor de lo económico, de lo inmediato, la placentero, el éxito, lo individual y  lo superficial, frente a la generosidad, el largo plazo, la entrega y el sacrificio, el riesgo y la  pérdida a favor de otros, lo profundo. Hemos reconocido que en este momento no tiene sentido una Iglesia con  una actitud defensiva, condenatoria, doctrinaria, y mucho menos una identidad que venga dada por la separación dentro de la iglesia entre presbíteros y  laicos, necesitamos una Iglesia dialogante, entregada, de comunión, cercana y compasiva, con un laicado adulto y maduro, bien formado, entregado en la acción y místico en la misma, que desde la verdadera experiencia de Dios sean levadura , sal y grano de mostaza en la historia. Este laicado nos reclama  a los presbíteros vivir  nuestro propio ser y hacer con una ministerialidad que venga marcada por una notas  constitutivas que en el momento actual han de ser  prioritarias. Nos piden que seamos:

militantes– Hermanos, acompañantes cercanos, fraternos, en condiciones de “igualdad”, desde el profundo respeto a cada uno de los bautizados y a la acción  del Espíritu en sus vidas. Que animemos el protagonismo laical y el sentido comunitario de la fe  y la iglesia, pasando de la clave de colaboración a la de “corresponsabilidad“, nos piden que  desarrollemos nuestra capacidad de trabajar en equipo, en procesos y proyectos a largo plazo planteados desde la fecundidad más que desde la eficacia.

– Animadores que sostengamos y orientemos  en la vivencia y la celebración de la fe, en el acompañamiento de la espiritualidad y en el discernimiento evangélico del compromiso evangelizador  que fundamenta los proyectos personales de vida.

– Que acompañemos desde la experiencia de saber ser acompañados  y de dejarnos interpelar por las vidas y acontecimientos de las personas que acompañamos  y del mundo en el que vivimos y del que formamos parte,

– Necesitan que seamos  sacerdotes verdaderamente “seculares” que miremos al mundo sin rencor y sin miedos, ensuciándonos las manos en el compromiso por la justicia y la dignidad de todos, especialmente para los últimos, con actitud de sembrar gratuitamente.

– Que sepamos vivir la fraternidad y  la afectividad centrada en la comunidad y en relaciones que nos realicen por encima de los lazos de la sangre.

– Que sirvamos a la comunión eclesial, que  ayudemos a desarrollar la dimensión diocesana y la comunión con el episcopado.

–  Que seamos expertos en la palabra de Dios que  ayudemos a saber leer creyentemente  los acontecimientos de sus vidas y de la historia en la que estamos insertos y somos todos protagonistas.

–  Que tengamos una actitud abierta y plural que  animemos a la comunión en la misión  y estemos

 abiertos a nuevos planteamientos y compromisos..

 

nosotrosAnte la interpelación fraterna de los laicos militantes y la iluminación magisterial de nuestros pastores,  sentimos y manifestamos el deseo de comprometernos  antes los retos actuales y de futuro que tiene planteada nuestra iglesia  en el mundo actual, aspiramos a vivir:

                – Desde la fidelidad a la eclesiología del Concilio Vaticano II: Iglesia en el mundo, fraterna y coloquial, expresada  en realidades eclesiales de pueblo de Dios que manifiesten  la dignidad y la igualdad de hijos de Dios que nos concede nuestra condición bautismal. El trabajo en equipo como signo y manifestación de la comunión y la  dignidad compartida.

                – Optando por las personas concretas y los valores fundamentales de justicia y dignidad, con una opción por acompañar a todos y  por animar a la acción concreta y local  con visión global y universal, desde la experiencia de Cristo y su invitación a la vivencia de las bienaventuranzas.

                –  Siendo sacerdotes compasivos  y dignos de fe en los sentimientos de Cristo: Iglesia buena samaritana con los crucificados de la historia actual. De la exclusión a la inclusión, priorización de la comunidad por los débiles. La aspiración de la mundialización de los derechos humanos que viene por el compromiso personal y comunitario. Opción por pequeñas experiencias de luz y sal de comunión y fraternidad. Aceptar el reto de las minorías significativas.

                –  Desde la apuesta por la conexión fe – vida: lectura creyente de la vida y la historia. Sirviendo la palabra elaborada y amasada con la vida y la historia de los que acompañamos y una liturgia del misterio celebrado desde la vida y los acontecimientos de las personas y las comunidades, presidida desde la caridad pastoral del ministerio, acompañando proyectos y procesos  con la espiritualidad de la levadura y del grano de mostaza.

                – Servidores de la esperanza y de la utopía del reino,    que ayudemos  a ver las posibilidades de este momento y las  grietas en las durezas de la realidad que nos permiten adentrarnos en la historia con la compasión  y la ternura,  aprovechando todos signos del espíritu de Cristo Resucitado que ya está actuando y es imparable  en el mundo en el que vivimos y al que estamos llamados a amar para que se salve y tenga vida en abundancia.

                 Desde la reflexión y la experiencia vivida  en los movimientos, y desde ellos en la Iglesia y en el mundo, creemos que la Acción Católica al día de hoy está respondiendo  al deseo de ser iglesia en el corazón del mundo, posibilitando la vivencia de la identidad y de la comunión y de la misión tanto en el laicado como en el presbiterado, en verdadera corresponsabilidad. En el deseo de llegar a la realidad en sus entrañas  y en sus ambientes desde una iglesia  fraterna y corresponsable, entendemos que hemos de ofrecer estos instrumentos para servir a la iglesia y al mundo como entendemos que el Padre quiere que lo hagamos. Aceptamos el reto que supone seguir adelante y estar dispuestos a revisarnos y dejarnos configurar  en la novedad que requiera la realidad para estar vigilantes y poder responder a los signos de los tiempos que cada día están cambiando y ofreciendo nuevos caminos y posibilidades de evangelizar.

One Response to “ENCUENTRO DE LUJO”

  1. Hacía mucho tiempo que de este encuentro no salía un manifiesto tan bueno… me alegra que la AC tome estos rumbos de valentía y decisión.