El cura de los obreros…

En este año de reflexión sobre el ministerio sacerdotal, en el que más de un obispo se empeña en defender la “verticalidad” de la Iglesia fundada en el “derecho divino” , a mí me parece mucho mejor  contemplar las figuras de sacerdotes que son un ejemplo para mí… y que cuando  yo sea mayor del todo me gustaría parecerme a Jesús  Martín, del que os hablo en este post.

foto jesúsEL CURA DE LOS OBREROS

Suelo ir a una peluquería  del barrio en el que vivo y el barbero, Paco, siempre habla de lo que sabe que interesa a sus clientes. A mí me habla del barrio, de la parroquia de los sacerdotes, porque sabe donde me muevo. Recuerdo que un día me   comentaba el homenaje que el barrio, en el que viven gente pobre y muy sencilla, había organizado a un sacerdote que se había significado en su labor social y había muerto, yo le comenté que ese año Don Jesús Martín, el cura de la “UVA”   cumplía sus cincuenta años  de sacerdocio, pero él me contestó que a don Jesús no se lo hacían porque era uno más del barrio. Me callé y muchas veces me sirve de oración en mi vida sacerdotal esta afirmación.

Es cierto, Jesús Martín es uno más del barrio, ahora acaba de cumplir ochenta y siete años y vive en una residencia para sacerdotes, pero todos los días se pone en marcha en el bus urbano y se dirige a su  barrio con su gente,  y allí sigue celebrando la Eucaristía con Andrés, el nuevo párroco. Los conoce a todos, se sabe el nombre de los que conducen autobuses, de las mujeres que salen a diario a realizar limpieza en el centro de la ciudad, te dice el nombre y el número de todos los que están en la cárcel y que son de su parroquia,  la cantidad de analfabetos, de parados… a los niños, que él mismo ha bautizado, les da caramelos y continuamente va cargado con la edición del TÚ, hoja mensual de la HOAC, que en ocasiones él lee a los que no saben hacerlo. Ha celebrado la vida, la muerte y los sufrimientos de todos ellos y ha deseado transmitir la fe y la esperanza, le ha entregado la Palabra de vida en las catequesis y grupos de vida y les ha perdonado en nombre del Padre. Sufre cuando oye decir a sus compañeros, y en los ámbitos eclesiales y sociales, que el mundo obrero ya ha desaparecido que es algo del pasado, y da detalles de todo lo que está viendo y viviendo cada día entre su gente  para manifestar que hay una clase que sufre diariamente en el mundo del trabajo, con empleos precarios y con ausencia de este derecho tan fundamental en la vida.

Vivió su infancia en el país vasco, pudo ser un bandido, dice él, pero se dejó tocar por el Dios de la vida y siempre ha estado al lado de los obreros y ha buscado anunciarles y vivir con ellos el Evangelio. Comenzó en su tierra, en el país vasco, trabajando en los barrios con los emigrantes, y al ver que muchos eran de Andalucía, Galicia, y Extremadura, pensó que los que se habían quedado en sus tierras, en los barrios más marginales, seguro que eran más pobres y necesitaban más del ánimo y de la palabra de la vida y por eso peregrinó diez años a  Sevilla, diez en el Ferrol, y por último en la ciudad de Badajoz, donde ya ha permanecido con nosotros,  en esta parroquia pobre y humilde de un barrio marginal de la ciudad. Un  consiliario apóstol de la HOAC, un sacerdote de cuerpo entero entregado con radicalidad allí donde la Iglesia lo ha llamado a trabajar por el reino entre los últimos; lo que más le satisface y le alimenta actualmente  es hacer la voluntad del Padre, sin importarle mucho los resultados, y siempre se despide con su “hasta mañana en el altar”, es para todos nosotros un verdadero signo de esperanza que no se rinde con ninguna dificultad y que considera que el momento es oportuno para arar y sembrar en el corazón de la gente.

Hace unos días en la cafetería de la facultad  las señoras de la limpieza me hablaban  de una celebración litúrgica de un familiar de una de ellas en la que habíamos estado, ellas comentaban que D. Jesús, era un sacerdote mayor que ya se confundía bastante y no se le entendía, en ese momento el camarero, joven de ese barrio y ya padre de una niña, dijo con tono firme y decidido que ese hombre, que él conocía desde su más tierna infancia, era el mejor cura y de las mejores personas que él había conocido en su vida  y en su barrio, aunque él no frecuentara la iglesia. Lo decía ahora que Jesús, está mayor y cansado, débil y limitado, aunque no desilusionado ni mucho menos desesperanzado. En ese momento me acordé de cómo fue un centurión pagano, el que cuando Jesús estaba muriendo en la cruz supo exclamar con sencillez que aquel hombre era realmente justo y bueno; confesión de fe que se ha transmitido en toda la historia. Yo me quedo con las frases del barbero y del camarero para meditar en mi interior y no olvidar nunca: “que no le hacen homenaje porque es uno más del barrio” “y que esa persona es buena de verdad”. Ojalá yo y mis compañeros curas alcanzáramos estas cotas de santidad tan sencillas y tan profundas en nuestras vidas.

 

 

 

15 Responses to “El cura de los obreros…”

  1. Y digo yo: ¿por qué en los congresos sacerdotales fashion emeritensis, en vez de traer a los Messis y Ronaldos de la pontificia salmanticensis, no invitan a estos ejemplares (de ejemplo y de categoría) de “regional preferente” para subir la autoestima de tanto cura bueno, bueno y requetebueno que hay por los campos…de Dios? A lo mejor es que faltan buenos entrenadores para colocar en los equipos del Reino a los que recomendó el apostol Santiago: “¿no fué Dios quien escogió a los que son pobres a los ojos del mundo para que fueran ricos de fe y herederos del Reino que él prometió a los que lo aman?”. Gracias Jesús, y a tantos Jesús que, con la sabiduría del evangelio, nos enseñáis, en el bendito año sacerdotal, a jugar y a dar juego en el campo de los pobres. Uno del gremio

  2. Sin duda, Jesús es uno de estos cristianos que transmiten que es verdad que Aquél resucitó tras ser aplastado por el Poder. Lo transmite porque vive fiel a esa creencia, como demuestran sus actos y opción. Otros transmitimos más bien poquito y todavía somos tan cortos que nos preguntamos por qué. un abrazo

  3. Agradezco el artículo de Pepe y me declaro en plena comunión con él. Ese Jesús huele a su tocayo el de Nazaret. El sí es un “cura de Ars” cercano a nuestra realidad. En Jesús, el de la U.V.A., la esperanza toca techo. Viva Jesús y el mundo obrero al que ha dado luz y vida.

  4. “A don Jesús no le hacían ningún homenaje porque era uno más del barrio”. UNO MAS DEL BARRRIO. No se puede decir más con menos palabras. Y es un testimonio que da que pensar ahora que a los clérigos les ha dado por celebrar cualquier acontecimiento (bodas de plata y oro, inauguraciones, congresos, bendiciones de templos, etc) con los mismos fastos con que critican las celebraciones fastuosas de comuniones, bodas o bautizos. ¿Será verdad eso de que en la segunda etapa de la vida se termina por hacer exactamente aquello que se criticó en la primera? A los hechos me remito.

  5. Comparto con Pepe todo lo que dice de Jesús. Para mi, que me toca vivir la fe y la vida con los más pobres en Colorines y Gurugú, es un ejemplo de entrega y servicio.
    Tengo la suerte de pasar algunos ratos con él y compartir algunas inquietudes pastorales y me impresiona su coherencia. Suelo decir que Jesús me da mucho respeto y es precisamente por ello, porque ha gastado su vida por los últimos de la sociedad, como Jesús.
    Le doy gracias a Dios por el testimonio de este cura obrero.

  6. Nos llama la atención la humildad, la esperanza, la entrega y la cercanía de este sacerdote con las personas de su barrio. En este tiempo en que se cuestiona la figura de los sacerdotes nos alegra el testimonio de este cura obrero.

  7. Lo que más me llama la atención de Don Jesús Martín es su actitud esperanzadora , el conocimiento de los otros como ministerio, su humildad, su misión de construir una comunidad y sobre todo, la preferencia por los más pobres, celebrando la vida con ellos y transmitiendo el Evangelio.

  8. Lo que mas me impresiona de este Sacerdote es su dedicacion a los mas pobres, de como con su Carisma, ayuda a los mas necesitados, de como con su edad no abandona la mision que Dios le ha encomendado. Es un sacerdote espectacular, humilde, caritativo, misionero…
    Para mi en especial este sacerdote es ejemplar, ayudando a los mas necesitados, no con ayuda económica, sino como he dicho antes, con Carisma y dedicación al ministerio sacerdotal.

  9. Me pare muy interesante este artículo. Lo que me llamó la atención es que D. Jesús ha transmitido la fe y la esperanza a las personas que más lo necesitaba. Dejar su ciudad e ir a otras ciudades para ayudar a los démás y estar hay cuando esas personas lo han necesitado, tanto en la buena como en lo malo dice muchísimo de ese sacerdote. Me fascina su humildad, su entrega por las personas,él cómo transmite la fe y lo consideran como uno más, la verdad es que es una persona como ejemplo a seguir.

    Me alegra muchísimo que existan personas así porque de esta forma el mundo irá mucho mejor.

  10. Me ha parecido muy interesante ya que este sacerdote es una persona que ha entregado toda su vida por los demás llendo a los lugares donde más lo necesitaban. Tiene una actitud muy esperanzadora y muestra mucha humildad por los que más lo necesitan. La verdad, es bonito poder leer testimonios así.

  11. En nuestra sociedad ,necesitamos más personas como este sacerdote para que todos nos sintamos queridos y importantes sobre todo los más necesitados. Para formar un mundo más justo y solidario . Intentemos ser como Jesús Martín.

  12. Personalmente, creo, que en nuestra sociedad, todos deberíamos ser como este sacerdote, que día a día nos está dando ejemplo de como ayudar, y de como dar la vida por los demás.
    En mi opinión, cada persona no necesitaría ser religioso para que hicieramos cosas unos por otros, para ello tan sólo debemos de aprender de la humildad que transmite este señor.

  13. Me ha parecido muy interesante, ojala todo el mundo tuviéramos la misma manera de ser que Jesús, de esta forma viviríamos en un mundo más junsto

  14. Es digno de reconocer la humildad y la bondad de Don Jesús.
    Todo el mundo, tanto como favorecidos como desfavorecidos, necesitaríamos un señor como Jesús para que nos enseñara como hay que tratar a la sociedad sea del rango que sea y no discsriminar a nadie.
    Me he quedado impresionada con lo que este hombre hace día a día a pesar de su edad.
    Ojalá todos fuésemos como él, o sino con un poquito de su bondad cada uno, seguro que el mundo con este simple cambio iría a mejor y con diferencia.

  15. A cuantos nos gustaría llegar a la edad de Don Jesús en esas condiciones tan prósperas y con tal fuerza y ganas por ayudar a los demás. Creo que es un modelo a seguir en una sociedad en la que por desgracia prima el egoismo y la falta de interés por los demás. Don Jesús nos está dando a todos una lección de humildad, comenzando por estar al servicio de los demás.