“EL CIELO” (1)
LA ASCENSIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO “A LOS CIELOS”
En estos días de novena junto a María, situados en pleno tiempo pascual, cando estábamos tan cerca de la festividad de la Ascensión, me he permitido la licencia de hablar del cielo, es algo que falta en nuestras predicaciones… ¿ Por qué? Al hilo de la expresión “María, puerta del cielo” he querido profundizar con la gente sencilla del pueblo, las cosas que por ser profesor de escatología cristiana explico a los sesudos seminaristas y laicos inquietos por las ciencias religiosas. Aquí os lo sirvo en dos porciones para no cansaros.
EL DIOS DEL CIELO
– “y oí el ruido de muchedumbre inmensa y como el ruido de grandes aguas y como el fragor de fuertes truenos. Y decían: “!Aleluya¡ Porque ha establecido su reinado el Señor, nuestro Dios todopoderoso. Alegrémonos y regocijémonos y démosle la gloria, porque han llegado las bodas del cordero, y su Esposa se ha engalanado, y se le ha concedido vestirse de lino deslumbrante de blancura – el lino son las buenas acciones de los santos. (Ap 19,6-8)
INTRODUCCIÓN:
– La necesidad de cielo: el mundo del dolor y la muerte. No hay que ir muy lejos para comprobar que el mundo necesita felicidad, cielo. Las situaciones infernales avanzan, ayer oía en una conferencia profética cómo hemos desarrollado el consumo pero no la felicidad, incluso el ponente invitaba a consumir menos para ser más feliz. El mundo nos muestra dolor. Nosotros mismos sentimos el deseo de la vida y la felicidad y todos sentimos la alegría de los que nos salvan y la tristeza de los que nos condenan. Todos podemos preguntarnos acerca de:¿Quiénes son mi infierno? Y ¿Quiénes son mi cielo? Es curioso como en nuestra cultura actual se ha olvidado este tema del cielo, incluso en las predicaciones de las iglesias. Será que lo deformamos tanto en épocas pasadas este concepto, que ahora nos da vergüenza utilizarlo, pasa como con la palabra amor, o más todavía, con la de caridad. El otro día hablaba un técnico de cáritas y pedía perdón por utilizar este término, el de caridad, después lo explicó y arregló convenientemente. Pero la verdad que en esto del cielo nos hemos hecho mudos, da vergüenza decir lo de antes y no sabemos cómo presentarlo, siendo sin embargo uno de los temas que debe ser central en nuestro discurso cristiano.
– IR AL CIELO: ¿cómo se ha entendido?
- El mundo se extrañaba cuando Juan Pablo II afirmó que no era un sitio… sino un estado …Es decir que no se trata de ir o estar sino de “ser”, para que veamos los conceptos que hay en la gente.
- Dios siempre ha pensado en el cielo, desde la creación. Cuando nos hizo nos puso en su vida, “en su casa”, el paraíso de origen hablaba de la armonía de la naturaleza, del hombre consigo mismo y con los otros, y de los hombres con Dios; todo un paraíso donde se caminaba hacia la plenitud por el camino gozoso del amor total y fontal divino.
- Al pueblo elegido en la debilidad se le cuenta hacia donde se dirige y se le abre el apetito del deseo hablándoles de una tierra que mana leche y miel.
- Cuando están en el exilio se le alegra el alma diciéndoles que Dios los va a devolver a la libertad y a la alegría, de ser pueblo unido, en su tierra, con su Dios, gozando del banquete suculento de la vida.
- Por tanto, ir al cielo, no es otra cosa sino entrar en la verdadera dinámica del amor, en el gozo de la vida armoniosa de encuentro con la naturaleza, con los hermanos y con el Padre Dios, y satisfacer el deseo y la sed de vivir para siempre. Pero seguiremos profundizando.
DIOS ES CIELO
– Así podemos entender que Dios se presente y se reconozca como el Dios del cielo:
- El es un cielo, en El encontramos:
- La creación por amor y pura gratuidad
- La ternura, se le conmueven las entrañas como a una madre que no puede olvidar al hijo en su interior.
- Siempre dispuesto al perdón.
- Transmisor de la verdadera paz.
- Empeñado en provocar la ilusión y la esperanza.
- La generosidad hasta el extremo, lo da todo sin pedir nada a cambio. Hace pacto durmiendo a la contraparte y comprometiéndose sólo él.
- La transparencia y la sinceridad, no hay engaño alguno.
- El encuentro para la liberación y la alegría de la sanación y la esperanza.
- Provoca, pide y le encanta fiesta. Da instrucciones para que no falte de nada: comida, vino, vestidos, música, invitaciones…
JESUCRISTO, EL CIELO HECHO HOMBRE:
- He venido para que TODOS tengan vida, verdadero gozo y alegría.
- Quiero ser cielo para los más rotos: “Venid a mí todos los necesitados…”
- Era tan cielo que:
- Todos querían tocarle.
- Todos lo buscaban.
- Todos lo invitaban.
- Es el Evangelio: él es el cielo hecho carne, quien lo ha visto a El ha visto al Padre.
MARÍA, PUERTA DEL CIELO:
– María, mujer de Dios, trozo de cielo:
- La maternidad divina: “Madre de Dios”, pero sobre todo “madre como Dios”.
- La cercanía y la ternura: anónima y entregada para que tengamos el vino de la vida, la alegría, el consuelo, el auxilio, la riqueza, la sabiduría, la luz, la esperanza… el cielo de Cristo Resucitado.
