Mi diócesis afortunada

Tres jóvenes de lujo para el ministerio. No pasa todos los días, y en los tiempos que corren es para coger el texto del profeta y repetir que ni la orza de harina se acabó, ni la alcuza de aceite se agotó. Fue el sábado pasado, tres jóvenes con los que he compartido la docencia […]