¿Contenedores para el sur?

ContenedoresSiempre me han puesto nervioso los contenedores que se envían al sur, sobre todo cuando van con cosas usadas que ya no queremos nosotros, y que a veces justificamos con lo de las “migajas del Evangelio”. Los apadrinamientos en general me ponen igual de nervioso. Me llega esta lectura creyente de Maricruz sobre un hecho de vida, y creo que hay que gritarlo. Cuántos textos proféticos se nos vienen a la cabeza, y seguimos sin ver. Gracias Maricruz.

“Escandalizada…”

Último lunes de mes, todo el personal de Fe y Alegría está en la oficina (Casa Nacional), toca formación, compartir lo que se está haciendo, celebrar los cumpleaños del mes y dar todo tipo de avisos. Este lunes hay uno especial, ha llegado un contenedor y como es habitual, gran parte de su contenido se reparte entre los colegios que lo utilizan para las “quermés” que organizan para conseguir fondos y el resto se destina a bazar en la Casa Nacional.

Al terminar la reunión todo el mundo se dirige presuroso hacia donde está montado el bazar. Las puertas están cerradas y la gente se agolpa esperando que se abran, a mí me recuerda el comienzo de las rebajas. Yo, curiosa, me asomo al bazar antes de que se abra, hay de todo un poco, ropa de cama, platos, tazas, ropa… zapatos usadosun montón de zapatos capta mi atención, me parecen bastante viejos, siento  vergüenza de que alguien del Norte al que yo pertenezco haya dado eso que no es que sea de lo que sobra sino que yo pienso que estaría mejor en la basura.

Me retiro con la cabeza baja y me voy al despacho, allí está  Andreas (voluntario suizo), hacemos algún comentario respecto al bazar y cada uno se enfrasca en su tarea.

Poco a poco va entrando gente en el despacho. Llegan nerviosillos, dicharacheros, casi como los niños el día de Reyes, mostrándose unos a otros lo que han comprando, curiosos: “¿qué es?, es una panera para guardar el pan” dice enseñando una muy grande, yo la miro pensando: “¿a quién se le ocurre enviar esto?”. Juani se la lleva a casa como un tesoro.

Al cabo de un rato nos quedamos solas Carmen y yo. Vacía las dos grandes bolsas que lleva y me enseña todo lo que ha comprado: “estas cortinas para cuando tenga mi cuarto, he pedido un crédito y no me lo han dado… ropa para mis dos sobrinos y mi hijo… esto para dormir…” y así, doblando las grandes cortinas entre las dos y organizando la ropa, la conversación fluye… “esto es una gran ayuda para nosotros… estará escandalizada de cómo compramos cosas usadas… es que en otro huracán que hubo antes del Mich nos quedamos sin nada y empezaron a mandarnos cosas… y nos hemos acostumbrado…” El nudo en la garganta no me permite hablar, desde que estoy en Nicaragua me pasa en repetidas ocasiones, tan sólo alcanzo a balbucear: “no, lo que me escandaliza es todo lo que se tira en otros sitios…” y en un intento de situarme a la par de ella (¡qué osadía la mía!) le digo que entre mis compañeras se pasan la ropa de unos niños a otros.

Carmen me dice que en su casa viven su mamá, sus dos hermanos, tres niños y ella y que ella es la única que trabaja, así es que lo que ha comprado les viene muy bien. Continúa comentado que ella enseña a su hijo a que comparta con los demás y que no dé lo que no quiere para él. Recuerda niños de su calle que no tienen para comer y buscan en la basura… tanto sufrimiento… eso sí me escandaliza.

Como viene siendo habitual me sorprende con la sencillez con la que hablan, cómo me interpela lo que comparten, su vida, sus experiencias. “En verdad os digo que quien no recibe el Reino de Dios como un niño no entrará en él”. Siento que son los preferidos del Padre y escucho que en mi interior me dice: “¡ay de aquel que escandalizara a uno de estos mis pequeños!”.

Carmen en su inocencia me pregunta si estoy escandalizada por lo que compra, ¡no!, estoy escandalizada por la injusticia, el despilfarro, la deshumanización, el dolor, el hambre, la violencia, la indiferencia…

Besos, Mary Cruz

2 Responses to “¿Contenedores para el sur?”

  1. ¡Cuantos más regalos nos hagamos esta Navidad, más cosas sobrarán!
    El regalo tiene su origen en sorprender a otro con lo que necesita, ahora se sorprende con la ‘creativa’ capacidad de sorprender. Y así generamos excedentes y quedamos alienados del concepto de necesario.
    ¡Ya podría ponerse de moda entre los cristianos suprimir los regalos entre los adultos! y, de paso, ver qué se hace con lo ahorrado.
    Los gastos de un contenedor son muy grandes y transportan deteriorados sobrantes en vez de objetos útiles, que por los mismos canales, podrían adquirirse ‘in situ’, estando contemplada su adquisición en la financiación de los proyectos.

  2. La experiencia que ahora experimenta Mari Cruz en Nicaragua me gustaría tenerla yo también.Deseo saber qué se siente al ayudar a los más necesitados,qué se siente al dar tu amor y tu tiempo a gente que lo necesita o que lo está pasando muy mal en ese país y en todo el Tercer Mundo.Quiero dar mi granito de arena a esas pobres gentes de cualquier manera y saber que me aporta los pobres a mi vida y qué puedo aportarles y enseñarles yo.Todo eso me gustaría sentirlo y es por eso que quiero trabajar de voluntario y misionero.