“Compasión, paciencia y esperanza”

buen  pastorEl mundo necesita una iglesia compasiva, paciente y esperanzadora, al estilo de Jesús.

Los hemos vuelto a ver claro y a compartirlo con ganas y profundidad. Nos hemos reencontrado el grupo de curas, abierto a todos los compañeros del presbiterio, en esta búsqueda de respuestas nuevas y creativas  en nuestra pastoral,  para responder con ilusión y esperanza  a este mundo  del que somos parte y en el que vivimos y estamos  encarnados.

Comenzó nuestro encuentro con un momento largo de oración y contemplación, “una llamada a la esperanza,  dirigido por Ricardo, que tomó  como punto de partida palabras de S. Anselmo de Canterbury: “Enséñame como buscarte, porque yo no sé buscarte, a no ser que tú me enseñes; ni hallarte, si tú mismo no te presentas a mí..”, centradas en el profeta Isaías cuando nos invita a la esperanza: “No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mnirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?” y culminando palabras del cardenal Suenens “creo en las sorpresas del Espíritu Santo, Juan XXIII fue una de ellas yel Concilio Vaticano II otra”. Compartimos orando aquello que nos sucitaba el momento y lo que estamos trabajando, cada uno desde la vida y desde los sentimientos que nos habitan en el vivir ministerial de cada día, salen hechos de vida iluminadores. Y entre ellos uno que después nos va a dar las  palabras claves  para entender nuestra reflexión y ponerle nombre concreto a lo descubierto.

Es el hecho de vida de un padre. Esposo fiel  que ha compartido la vida con su esposa, enferma muchos años y luchadora a tope en muchos ámbitos. Sin poder tener hijos, pero queriendo vivir su maternidad y paternidad desde la adopción de una chica que llega de una familia desetructurada que le ha llevado  a estar rota y a ser compleja. Han apostado  con creatividad por ella y le han puesto estructuras  de cariño y sanación con una gratuitad y una sabiduría inusitada. Hace más de un año, que murió la madre adoptiva, y el padre sigue en la lucha por ella y para ella.  La hija  en su complejidad  y desorientación decide volver a la familia  biológica  con lo que eso supone, y al padre adoptivo le toca vivir este momento de soledad y dolor de un modo único. Reflexiona y toma postura y reconoce:

Buen-samaritano-mundo-211x3001.- Que está roto. Que la decisión tomada por la hija le  duele en lo  profundo y le hiere como nada; pero que lo acepta. Le afecta porque la ama, porque en ella está su vida, la vida de su esposa que marchó, y sobre todo el deseo de que sea realmente feliz; todo paso que da de alegría o de peligro y fracaso, lo siente como  propio. Pero hay que respetarla y dejarla marchar sin condenarla. Esto es la compasión.

2.- Que quiere y va a ser paciente. Respetar el proceso, atento pero sin intervenir, ni manipular, ni acelerar. Respetar el ritmo estando atento, sin forzar nada. Acogerá sus llamadas, se ha ofrecido para cuando quiera pero no va a inmiscuirse en lo que ella quiere vivir. La respetará en su proceso, aunque ella vaya en dirección y posturas que él ve equivocados. La clave de la paciencia de que nace del amor gratuito y desinteresado, del que quiere amar sin pedir nada a cambio, y que incluso quiere mostrar amor en el dolor y en la herida vivida.Se trata de resistir toda tentación de poder  para hacer lo que uno quiere del otro, desde uno mismo.

3.-  Va a esperar activamente. Nada le va hacer desistir de su opción por esa persona, a la que va a servir y le va ayudar a crecer; el  tiene la conciencia de que el proceso llevará a la vida, a la verdad, a lo auténtico y que él tiene que estar esperando activamente; sigue en sus compromisos, en su sentido de la vida, en la disponibilidad, en el acompañamiento, en la dedicación. No se va a dar por derrotado o fracasado, todo ha merecido la pena y dará su fruto , ya lo está dando.

crucificadosTres palabras claves para un  padre auténtico ante su hija querida:  Dolor compasivo, paciencia y esperanza. Tres palabras claves que nos iluminan el ser y el hacer de Dios padre, y los sentimientos que nos ha mostrado  en la persona de su hijo querido Jesús, que ha vivido desde el Espíritu, que se ha encarnado, ha  caminado a nuestro lado, ha sido crucificado y ha resucitado: Compasión, paciencia y esperanza.  ¿No es esto lo que está necesitando y  esperando  este mundo, esta sociedad, la humanidad,  de nuestra iglesia?  NO hay alternativa, o somos iglesia compasiva, paciente y esperanzandora o no hacemos nada de nada. Ahora tenemos que seguir  dándoles vueltas a qué pastoral, qué ministerio, qué parroquias, qué movimientos…para ser fieles a Cristo y a sus sentimientos en este tiempo y en este mundo que amamos y del que formamos parte. Por de pronto nos queda claro que el eclesiocentrismo, no nos lleva  a lo que Dios quiere, tenemos que centrarnos más en Cristo y en el Padre, para una mira teológica y transcendente, que nos ayude a situarnos ante el mundo con el corazón del Dios compasivo y misericordioso.

 

One Response to ““Compasión, paciencia y esperanza””

  1. “Compasión, paciencia y esperanza”. Me ha impresionado la reflexión a partir de la hija adoptiva y el padre misericordioso. “Por de pronto nos queda claro que el eclesiocentrismo, no nos lleva a lo que Dios quiere, tenemos que centrarnos más en Cristo y en el Padre”. ¿Llegar a Cristo por la Iglesia o llegar a la Iglesia por Cristo? Creo que los dos caminos son válidos, pero el segundo más: “Busca primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás (Iglesia incluida) se os dará por añadidura”. Gracias por vuestras reflexiones. Siento no haber podido estar presente.