“dos anécodtas…”

NIÑOS2“Si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los cielos”

Manuel Sánchez Bosch, casado con dos hijos que ha vivido el tsunami, nos hace llegar dos anécdotas para poder hacer lectura creyente, y dejarnos interpelar por este acontecimiento desde la vivencia de los niños en esa catástrofe.

Sólo quiero contarte dos anécdotas que a mí me han quedado muy grabadas, y ambas van de niños, que, como verás, nos dan lecciones.

 En zona de tsunami, en una escuela primaria emplazada en un lugar relativamente alto, con edificio de tres plantas de estructura sólida de hormigón armado, los maestros condujeron rápidamente a todos los niños a la planta alta, la tercera, y les dijeron: “Ya sabéis lo que tenéis que hacer. Los maestros salimos a ayudar a la gente mayor del pueblo a huir a lugares seguros. Y si no volvemos, también ya sabéis lo que tenéis que hacer.”

nino-bebe-japon-240311 Los maestros se fueron al pueblo, y los niños fueron viendo cómo llegaban  algunas personas mayores y les acogieron, y vieron cómo el agua del tsunami avanzaba hasta inundar la segunda planta del edificio, y habían visto también cómo otras personas del pueblo y algunos maestros intentaban llegar a la escuela, pero el tsunami los arrastró y se los tragó. Ningún maestro regresó con vida. En la escuela los niños permanecieron dos días aislados, pero se habían organizado y gestionaron la situación junto con los abuelos y abuelas, de forma que en todo momento mantuvieron la calma y tomaron toda clase de decisiones con buen criterio. Encontraron una sábana o lienzo, en el que escribieron el siguiente mensaje para exhibirlo por la ventana. “Somos 160 niños y 36 personas mayores. Estamos bien. Damos las gracias a los maestros que el pasado 5 de marzo nos condujeron y entrenaron en un ensayo-simulacro de tsunami. Nunca les olvidaremos. Los abuelos y abuelas tampoco.”

 Y otra. Anteanoche, día 20 de marzo, veía por la tele cómo en un albergue provisional de damnificados refugiados un reportero preguntaba a niños y niñas de 10-12 años: “¿Qué es lo que más encontráis a faltar?

Una niña de 12 años contestó rápidamente: “¡Agua!”

(Pobre gente, tener que soñar con el don del agua, después de un tsunami!).

Un chaval regordete y con cara de guasón: “Yo, unos calzoncillos. ¡Ya está bien! Llevo 10 días con lo puesto y sin cambiarme.”

(Seguro que no exageraba).

Otro chico, muy serio y triste, el pobre: “Si se pudiera pedir, yo pediría tener mi casa, mi hermanito, mis padres y mis abuelos”.

(Que niños tengan que descubrir el dolor, y de paso madurar, tan pronto, es doloroso, ¿no?).

nino1[1]Y luego una niña de no más de 10 años, lindísima, una preciosidad, y con toda la serenidad y naturalidad del mundo: “Pedir, yo no pido nada. Tengo vida. Me queda la vida. ¿Qué más puedo pedir? Y pienso que será para algo. ¿Sabe? Hasta ahora siempre le pedía cosas a Dios, pero esto ha cambiado, y ahora creo que es Dios quien va a empezar a pedirme cosas a mí…”

(¡Caray con la niña! ¿De dónde saca las ideas? Se ve que aquello de “Por la boca de los pequeños y bebés de teta, etc…” debe ser verdad. Sin más comentarios).

2 Responses to ““dos anécodtas…””

  1. Son unas anecdotas muy bonitas.La primera historia nos da a entender lo preparados que estaban los niños aislados en aquel colegio tras el tsunami pues ya hicieron simulacros para este tipo de catastrofes.Hicieron frente a la tragedia de quedar aislados con los ancianos con fuerza de voluntad,fortaleza y determinación.
    En la segunda historia lo que más me llama la atención es el último testimonio:el de la niña que agradecía a Dios por salvarla.Para ella lo más valioso parece ser su propia vida aunque ahora no tenga nada.Los demás echan en falta cosas tambien indispensables para ellos como agua,casa o una familia.
    Gracias por tu testimonio,Manuel.

  2. En dos palabras: Impresionante, maravilloso.