Los cerezos en flor y nosotros…

CONSILIAR._020UN DÍA DE GOZO, DE FLOR Y DE LUZ

La madrugada se va haciendo día en medio de la carretera, paro para desayunar algo porque el estómago lo demanda, escucho conversaciones de albañiles, pintores, hablan del tiempo y del sufrimiento del momento que vivimos, continuo la marcha con el sol que quiere despuntar en un día de primavera inaudito que comienza a regalarse para todos sin excepción, y sueño con que algún día amanezca con la luz del trabajo y la dignidad para todos y musito una oración sencilla al Padre Dios que hace llover y pone su sol sobre el universo para buenos y malos.

 Tras encontrarme con esos consiliarios rurales, Enrique y Tomás  que voy recogiendo en sus pueblos queridos, nos dirigimos en esta ocasión a un lugar de nuestra extremadura, al que le tenemos cariño y devoción, al valle del Jerte. En esta ocasión gozamos con la carretera, que no es la monótona que nos lleva a Madrid, atravesamos Monfragüe y nos vamos desde Plasencia, esa ciudad con alma, a Cabezuela del Valle, a la casa de ejercicios  San JOsé, que está oculta entre los montes, rodeada de cerezos y de toda clase de arboleda autóctona, que se deja tocar y atravesar  por las gargantas profundas y alegres que corretean con inusitada fuerza arropando y acariciando las grandes piedras que se van entregando al agua cristalina y fresca, que las redondea y convierte de abruptas en redondeadas y acogedoras.

CONSILIAR._005Alli nos abrazamos con los  otros consiliarios generales, el vice Alfonso, Isaac de la HOac, Javi de la JOc, después llega Pepe Hermoso a saludarnos ycomer con nosotros. Para los que vienen de Madrid  le es fácil la exclamación de sorpresa por el paraiso desconocido para ellos en esta tierra extremeña, les parece un lujo poder gozar de este lugar, y de esta jornada, con este clima y con esta mirada, que se hace grandiosa, alegre, luminosa, pacífica, acogedora, musical, profunda, serena, amiga, consoladora, tierna. Así es el primer momento de oración, todos unidos con un mismo espíritu, abriéndonos en nuestro ser y quehacer de consiliarios en nuestro movimientos a nivel estatal, un lugar para la entrega, para el sufrimiento y  para el gozo de los elegidos en el amor del Padre; nos sirve de guión la vida y el quehacer de un consiliario jubilado en Bilbao, Jesús Martín, hombre de Dios en el que no ha habido nunca engaño, y la inocencia y la sencillez del seguimiento de Jesús ha alcanzado “cimas” no cinematográficas, pero si de la hondura de la vida oculta de Nazaret. Miramos las claves fundamentales de Cristo para iluminar nuestro ministerio: encarnación, uno de tantos, entregado con toda su vida, en lo oculto, para que los demás tengan vida, coherente, sencillo, fiel… Sentimos seducción y paz, y vemos brotar la fuerza del espíritu en nuestros cuerpos cansados pero no agotados, dispuestos a que siga brotando la primavera para gozar de todo lo que acompañamos que se convierte en valle particular.

CONSILIAR._011Preparamos con gozo un encuentro dirigido a todos los sacerdotes  de  España: “Evangelizar en tiempos de increencia”, donde estaremos de la mano de Martín Velasco, otro hombre fiel y profundo  que sabe por donde viene el viento y el Espíritu, y por donde debemos soplar. Las experiencias de sacerdotes y laicos comprometidos serán también material de iluminación. Nos comprometemos cada  uno a participar y asumir tareas para este encuentro que sera el Martes y Miércoles de Pascua en Madrid. Comemos una buena comida, con postres suculentos, preparados por las hermanas Josefinas trinitarias, y nos vamos juntos a pasear por entre los cerezos en flor, todo un lujo impagable. Un paseo que nos devuelve al paraiso y no como  punto de partida, sino como camino y acceso al punto de llegada. Gozar de esta paz, de estas vistas, de estas gargantas, es un complemento perfecto para este encuentro. Todo el valle cubierto de la belleza del blanco que señala la primavera  en las ramas y apunta el fruto agradable y seductor de las cerezas que ya están en manos de las abejas que colaboran y fecundan a toda máquina, porque el tiempo ya ha llegado y ahora es el momento oportuno.

CONSILIAR._012Y en nuestro interior, nos vamos sintiendo tocados por la gracia de lo que vivimos, en los movimientos y en nuestros encuentros, somos como los cerezos, unos con troncos más jóvenes y otros más viejos, pero todos llenos de las flores que apuntan y señalan la vida y la esperanza.  Nos sentimos así, y pensamos en tanta gente, en tantas personas que en el valle de la vida, cada día ocultos, van viviendo y llevando esa savia que permite la primavera, después del otono y del invierno callado, y que  apuntan que otra iglesia y otro mundo es posible en este momento y en este valle de la vida y de la historia. Siempre ha sido así, nos acercamos a Plasencia para que estos hermanos entren en el alma de la ciudad, paseamos por sus calles, vemos el patio del palacio episcopal con sus limoneros cargados, y en silencio nos adentramos en la catedral, brillante con la  luminosidad del oro, y la contemplamos en su belleza, pero aún con el gusto del templo vivo de la blancura de los cerezos. signo de la resurrección en el hoy de la historia,  que son los que dan sentido a este templo que nos pide arroparnos porque guarda aún el frio del invierno.

Y nos vamos con este gusto agradecido y fecundo de que los “cerezos están en flor”, y nosotros en la iglesia y en el mundo, desde la acción católica,  también.