“Los ciegos ven: ojos nuevos”

retinaUNA MAÑANA DE CÉLULAS

Os lo aseguro sé muy poco del mundo de las células, aunque soy consciente de que vivo y soy desde ellas. Hoy ha sido un día donde ellas han tenido el protagonismo y desde ellas he orado al Padre, con ese salmo 8 (“Señor Dios nuestro, que admirable es tu nombre en toda la tierra… cuando contemplo el cielo…la luna… las estrellas…)  que es uno de los que más pongo en mi boca y canto cuando voy solo en el coche y admiro la naturaleza yla vida.

Ayer cuando llegué a casa, Milagros, que atiende a mi madre, me dice que la receta electrónica no va, porque es necesario un informe del especialista que justifique que  debe seguir tomando el ya familiar “Ticlodone” (desde hace diez años). Me enfado de este quehacer burocrático que  lleva consigo la pérdida de personas, tiempo y medios en dos o tres ámbitos. ESta mañana me dirijo al hospital para lograr ese certificado, porque la cita ya estaba pasada de fecha. En el camino voy pensando que esto nos pasa en la mejor sanidad del mundo, y que hay que ser más comprensivo, recuerdo que Dios es perfecto por su compasión y debilidad y no por ser un mecano en el que todo encaje, le pido esa perfección para mí.

ojoEn el camino, le doy voz a la radio, y me encuentro con una noticia de puro “evangelio”, en Japón investigando han descubierto que con   las células oculares han logrado descubrir que se regeneran y se reorganizan ellas misma produciendo tejido para retina,etc.. en el decir de un especialista han logrado ver cómo la naturaleza recrea un ojo rudimentario; lo que parecía misterio e imposible, la propia naturaleza desde estas células lo organiza y crea. Le preguntan por el alcance de esta investigación y su momento, el Doctor  MOnet, Catalán, dice que esto es más importante que llegar a la luna, que el primer estadio en el que estamos es el de contemplar la grandeza de la naturaleza y el misterio que se nos está desvelando en ella, no somos nosotros los que creamos sino los que contemplamos lo que la naturaleza produce ante nuestras preguntas y búsquedas, y que ahora queda la aplicación. Que hasta ahora a muchos enfermos sólo podíamos decirles no hay nada que se le pueda decir o esperar para su situación, y que ahora se le puede decir estamos investigando la aplicación de algo absolutamente nuevo que podrá dar posiblemente respuesta a su problema.  Y yo .. recuerdo la frase de Jesús : “id y decidle a Juan que los ciegos ven, los cojos andan…”. Me gusta la postura humidle del doctor y la lectura creyente se me propicia desde esa postura, y doy gracias al Padre por todos los que diariamente se ponen en diálogo con la naturaleza con humildad pidiéndoles desde sus laboratorios y experimentos que se revele y se manifieste en sus posibilidades y grandezas.

033Llego al hospital y me recibe Ana Campos, anatomopatóloga,  toda su vida dedicada al misterio de las células, contemplándolas, admirándolas, e intentándolas comprender, sabiendo que tras ellas, en ese laboratorio situado en un  sótano oscuro, junto a la lencería y la cocina, se situa el Dios amor y Padre que da sentido a su trabajo oculto, anónimo y diario, de bandejas de células humanas que se refieren a un nombre, a un rostro, y a unos sentimientos personales y mistéricos. Entro y me acompaña a reponer fuerzas para nuestro mundo celular, con un café y una tostada que compartimos.  Se acerca nuestro buen amigo Jesús Salas, cirujano, y le pregunta por unas células que le hizo llegar ayer de un familiar recién operado; dialogan, le  dice que le ha enviado mucho material y él dice que hay que hacer todo lo que se pueda por salvar a esta persona. Las células están en el centro de esa conversación y ese deseo de salvar: “no necesitan de médico los sanos, sino los enfermos”. Un diálogo que habla de salvar, de curar, de preocupación, de personas…

Nos recibe el neurólogo, desearía ver a mi madre pero  calcula que poner en danza una ambulancia para traerla con un diagnóstico tan confirmado y en su deterioro no tiene sentido, hablamos de muchas cosas, yo le confirmo que estamos al tanto, que toma mucha medicación que se le podía bajar,  él consiente, y yo le aclaro que mi madre está débil pero nos está fortaleciendo a todos con su mente y su corazón humano y agradecido, las células con su trabajo y el espíritu con el suyo,  que por cierto lo está haciendo de lujo; a través de ella, está llegando el Espíritu de Dios a nosotros, sí eso que decimos con término bíblico  “Ruah”. Acabamos hablando de la eucaristía, donde nos conocimos, de la parroquia y de entreculturas.

034Todo esto pasando, por un nuevo edificio recién inaugurado de consultas externas, que es una maravilla de sociedad de bienestar que posibilita una vida longeva y de calidad para muchos de nosotros,  y unos cuidados donde los milagros de Jesús están institucionalizados para todos los ciudadanos. Es necesario seguir trabajando en esta dirección y defendiendo todos estos bienes públicos y comunes en los que la fraternidad se ha naturalizado ytodos trabajamos para todos, donde las células además de autocrearse, regenerarse, y organizarse para ser ojo, se convierten en el centro del quehacer de unos por los otros, y nos enseñan a unirnos de un modo nuevo, para que la realidad pueda ser nueva en lo profundo y todos “podamos ver de nuevo”.

“Padre, gracias por las células, por lo que nos han desvelado últimamente  y por todo lo que está organizado alrededor de ellas con el ESpíritu que tú derramas en todos nosotros en medio del mundo, gracias por esta sanidad, por estos profesionales del laboratorio y de la medicina, en los que tus milagros son diarios, sencillos y humildes”.

3 Responses to ““Los ciegos ven: ojos nuevos””

  1. Me uno a tí en ese sentimiento de sentirse a la intemperie, desnuda el alma, cuando ofuscados por algún afán de cada día (una receta electrónica) nos topamos de sopetón con la presencia insistente de Dios entre nosotros a través del mundo ( ya en una noticia, ya en la observación de algo o alguien que nos llama fuertemente la atención) ¡Cuantas veces he tenido que pedirle perdón a nuestro único Señor por la debilidad y la intransigencia mía ! Eso me ha ayudado mucho a buscar el ser humilde, paciente, comprensivo. Estoy en el camino, amigo Pepe.
    Cuando te comentaba la alegría que me transmitiste en la eucaristía pasada y tu gozo por la vivencia con la gente sencilla y sufrida que está taaaán cerca de nosotros, me quedé algo entristecido por tu leve gesto de contrariedad -imperceptible para los que no sufren la injusticia en sus carnes o para los que no saben de la misa la media- al comentarme los preámbulos – tristes e incomprensibles, teniendo en cuenta de donde vienen. “Me enfado de este quehacer burocrático que lleva consigo la pérdida de personas, tiempo y medios en dos o tres ámbitos” dices en este artículo sobre las células. Ciertamente la burocracia mata: mató al maestro; y seguirá matando mientras Jesús no nos lave los ojos con saliva y barro. Aceptemos que mientras tengamos de maestro a Jesús muchos seremos los que suframos su camino de pasión: No hay otra trocha, hermano.
    Que la Paz esté contigo.

  2. Los signos del Reino, se pueden apreciar:
    – si recuperamos la vista que los muestra; (el tema de tu artículo)
    – si dejamos de ser sordos y pasamos a oír el lamento de nuestros hermanos, llegando a ser nuestro propio lamento. ¡Ay!;
    – si somos animados a andar sorteando trampas tras el Espíritu;
    – cuando quedemos limpios de las costras del ‘yo’ que nos convierte en repulsivos los unos de los otros;
    Entonces, quizás entonces, podremos resucitar y ser resucitados en Cristo Vivo.

  3. Hola Pepe.Qué artículo tan hermoso como siempre.Ese artículo para mí me habla sobre el misterio de la vida humana desde las celulas.Lo de las celulas me hace recordar a la semilla de mostaza que al sembrarse no parece en principio gran cosa pero luego germina y crece hasta convertirse en un arbol.La celula es la semilla de nuestra vida y al crecer comienza una nueva vida humana.Ese artículo me está haciendo meditar sobre el misterio de la vida humana y creo que me hace recordar lo valiosa que es una vida humana desde el mismo momento de su concepción.
    Que Dios te bendiga y cuide y ayude bien a tu madre.