“El proyecto de vida”

El equipo permanente en Fuente del Maestre

El proyecto de vida, un  término que últimamente se viene utilizando mucho en los ámbitos pastorales  y especialmente en aquellos que hablan de acompañamiento a los jóvenes y a sus procesos vitales. Más o menos, la teoría se va desgranando y  los acompañantes y animadores se van enterando de qué va. Pero la verdadera formación es cuando entras en los espacios de la vida, con jóvenes concretos, en lugares concretos, con responsabilidades específicas y te adentras en la elaboración  de esos proyectos de vida, que llevan tiempo realizándose y que necesitan momentos y tiempos para narrarlos, objetivarlos, ponerles nombres  y animarse en la proyección del futuro a mediano y a largo alcance.

Esa ha sido mi experiencia este último fin de semana. El viernes, a la tarde noche, tras dejar a mi madre en manos de mi hermano Maxi, su hijo pequeño, con algun militante estudiante de la Fuente del Maestre, me dirigía  este pueblo, porque allí, me iba a encontrar con Ana Escobar, reciente presidenta  de la JEC, con sus veintidos añitos, Maite que trabaja en Madrid, y lleva todo lo de relaciones internacionales y del consejo de la  juventud, formando parte del equipo permanente, y la experimentada y avezada Mari Ángeles,  que tras estar de presidenta este año acompaña a Ana y se encarga de todo lo que se refiere a la economía del movimiento. Ellas  venían de Madrid, donde viven juntas, y llegaron a media noche a Villafranca, donde  animadores del pueblo  las esperaban y las acercaron. Esa noche tras ser acogidos por un buen grupo de jóvenes de la jec y animadores, junto a Javi, el cura del  pueblo que nos acogió en su casa para dormir y comer como reyes, nos retiramos a descansar.

La mañana temprano del Sábado, nos preparábamos con la oración compartida a partir de un texto de la carta de Pablo a los romanos, donde nos invita a tener la mirada centrada en el amor de Cristo y en la entrega a los demás, definiendo características fundamentantales para se testigos y apóstoles de la fe:  misericordia entrañable, justicias, alegría, humildad, entrega…

Después la vida en la manos para desentrañarla y ponerla en el corazón de los otros, para conocernos mejor, y analizarnos buscando por dónde ir y caminar, con objetivos y medios apropiados. Las dimensiones fundamentales que trabajamos:  persona- joven (momento actual, afectividad, familia, economía, pareja, amigos, tiempo libre, necesidades personales…),  Estudiante-trabajo (situación personal,  recorrido, trabajo actual en el movimiento y otros, retos presentes a cuidar y horizonte  así como preparación) y cristiano (proceso personal de fe, vida de oración y celebración, lectura creyente, grupo de vida, formación personal y para los demás,  dimensión eclesial,  visión del movimiento, aportación y claves a vivir en el equipo permanente). Cada uno se expone y se abre con la delicadeza y la atención de los demás que saben que pisan tierra sagrada y hay que descalzarse ante la vida de los otros.

Con este quehacer del proyecto de vida entendemos algunas cosas muy importantes:

– La vida está en nuestras manos y no hay quehacer más importante que  la propia persona; antes que los cargos, las responsabilidades, las instituciones, los programas y planes están las personas y sus procesos; si estos no van bien, lo demás sobra, aunque tengamos éxito en lo que preparemos. La organización está al servicio de las personas y no al revés. La anulación de las personas es el signo claro del mayor fracaso de cualquier organización y movimiento, aunque aparentemente tenga éxito y poder; sólo si las personas crecen y maduran en su interior merecen la pena.

– El proyecto de vida se realiza en comunidad; no somos seres aislados ni francotiradores, nuestro espacio normal de crecimiento y avance en nuestra vida es en el ámbito de la fraternidad y de la comunidad. El espacio más propicio es el equipo  de vida, cuando lo que nos une es el proyecto de vida de cada uno, que nos lo tomamos como propio y por eso le acompañamos y nos implicamos con él, en su objetivos y retos, siendo compañeros de camino y animando para sea posible lo que sueña y ama  para su persona y en su relación con los demas y con el Padre Dios.
– El proyecto es proceso  y el camino largo, no partimos de cero y no estamos acabados, cada día tiene su afán y cada etapa su qué. Respetarnos y respetar los momentos de cada uno es fundamental, no se trata de llegar primero ni ser los mejores, ni de tener que dar una nota o una altura, sino de estar en camino y tener un horizonte de vida, de realización y de felicidad, personal y comunitaria. Tú das y aportas no porque ganas, sino porque caminas, y enriqueces desde tu momento y tu realidad. Somos distintos pero compartimos un ideal y una ilusión, que cada persona vive en su propia realidad y configuración.

– Proyectos para la misión. A la luz del encuentro de la persona con su propia vida, su realidad, lo que le rodea y su grupo de vida, se abre  para la riqueza del encuentro y del servicio.  La lectura creyente compartida de nuestras vidas , de la voluntad del Padre en ellas a la luz de lo que ocurre a nuestro alrededor, en  el ámbito estudiantil, social, juvenil, nos mueve a comprometernos y a desear transformar la realidad para hacerla según el corazón del Padre, con los sentimientos de Cristo, esto espara nosotros seguirle y sentirle. Ahí radica la raíz de nuestra misión personal ycompartida, anunciar el evangelio desde el vivir y el hacer de cada día en medio del mundo. Este es nuestro modo de ser iglesia. Para esto necesitamos de una espiritualidad en la que tenemos objetivos personales, pero también compromisos comunitarios de oración y celebración en los que nos enraizamos en Cristo.

Y todo esto vivido y realizado, en un espacio paradisiaco como es el patio de la casa del cura de la Fuente, con sus cuidados y mimos, y sus opciones por trabajar en el mundo juvenil, con herramientas que posibiliten en su parroquia caminos de madurez y continuidad en los jóvenes que están en el instituto y en la universidad.  Lo hemos hecho allí porque está naciendo una realidad rica de militantes  y porque ellos mismos han propuesto que sea allí la celebración de la Pascua del Movimiento a nivel estatal. La hacemos cada tres años y la aprovechamos para formación y profundización en la espiritualidad y especialmente en la celebración litúrgica, dada la riqueza de esos días santos.  La visita al convento franciscano, convertido en casa de la iglesia para la parroquia, y a sus instalaciones nos hizo vivir momentos de alegría e ilusión pensando y a en los pasillos y en los dormitorios llenos de militantes que se toman en serios sus  vidas, sus personas, sus realidades concretas, y que andan en eso que llamamos tener un proyecto de vida y compartirlo con un equipo que nos anima y nos acompaña, para que pueda ser realidad la persona que soñamos y queremos ser.

One Response to ““El proyecto de vida””

  1. ¡Menudo escrito sobre el proyecto de vida !
    Eres un génio escribiendo , alos que te leemos nos ayudas a tener ilusión y esperanza en otra Iglesía es posible . Gracias