La señales: una estrella y unos pañales

Para estos días  que se avecinan y para todo el tiempo de  Navidad, tras haber visto donde no está el Señor, nos viene bien estar en actitud de búsqueda sencilla porque queremos encontrarnos con ese Dios de la vida que viene a nuestro encuentro en cada hombre y en cada acontecimiento… para eso necesitamos la señales auténticas y en el evangelio se nos dan dos bastantes simbólicas.

¿Quién nos puede hablar de su presencia? 

Al buen buscador no le basta con su intuición o su sabiduría: necesita de pistas, de algo o alguien que de vez en cuando lo oriente. En nuestra oración hoy vamos a traer dos símbolos que evocan las únicas pistas que los relatos evangélicos dieron a los contemporáneos del nacimiento.


Una señal:  la estrella .

La estrella es un astro que apenas nos da luz, no quita la oscuridad, no puede con la oscuridad de la noche… Pero nos permite orientarnos, nos marca el camino para no perdernos. Eso sí: hay que rastrearlas, tratar de buscarlas en el firmamento.

En nuestros  ámbitos profesioanles, parroquias, barrios, grupos… hay pequeñas luces de personas, de proyectos, de asociaciones, etc. que aunque no sean focos inmensos que nos hagan llegar la salvación esperada, al menos nos muestran por dónde caminar y encontrarla.

 Otra señal: los pañales .

Curiosamente está entre las señales que indican los ángeles a los pastores: “lo encontraréis envuelto en pañales”. Esta prenda es símbolo de la máxima fragilidad humana que experimentamos tanto en los inicios de nuestra vida como en su final. Sentirnos frágiles es una buena señal, es un buen indicio para encontrar el camino hacia Jesús. Pero, además, indican cuidado, calor humano, servicio al débil.

 Para orar a lo largo de este tiempo navideño:

Podemos ir descubriendo en nuestro interior y en nuestros silencios, aun en medio del bullicio de estos días, para poder compartir con los otros, amigos, familia, grupos, movimientos, parroquias,  estas dos señales para nosotros.

– Dónde estamos viendo estrellas en nuestro pueblo, personas, hechos, situaciones… indicios de que algo nuevo llega, de “que os nacido el Salvador”.
–          Dónde vemos personalmente cada uno nuestras debilidades, por donde se nos puede “colar”   Dios o los servicios humildes que nos muestran la cercanía de Dios.

 Un buen himno de fondo para nuestra oración:

Ver a Dios en la criatura,

ver a Dios hecho mortal,

ver en humano portal

la celestial hermosura.

¡Gran merced y gran ventura

a quien verlo mereció!

¡Quién lo viera y fuera yo!

Ver llorar a la alegría,

ver tan pobre a la riqueza,

ver tan baja a la grandeza

y ver que Dios lo quería.

¡Gran merced fue en aquel día

la que el hombre recibió!

¡Quién lo viera y fuera yo!

Poner paz en tanta guerra,

calor donde hay tanto frío,

ser de todos lo que es mío,

plantar un cielo en la tierra.

¡Qué misión de escalofrío

la que Dios nos confió!

¡Quién lo hiciera y fuera yo!

Amén.

 

4 Responses to “La señales: una estrella y unos pañales”

  1. Esos son ciertamente, losngredientes propios de cualquier fiesta que pervivirán mientras tengamos vida y humor para celebrarlas. Las amenazas que se ciernen contra ellas -y contra toda la humanidad- son espantosas. Cruje el andamiaje en que se había apoyado el mundo y ruge la bestia que en él se guarecía. Hablo del odioso capitalismo. El poder económico se repliega concentrándose cada vez más en menos manos y arrojando al vacío a quienes no necesita. Con frialdad criminal califica de fuerzas productivas excedentes a tantos millones de personas que quedan abandonadas en las cunetas del sistema. El abismo entre pobres y ricos se agiganta mientras el desaliento y la miseria de los marginados se expanden. Se multiplica la desesperación y la necesaria rebeldía de los oprimidos. El capitalismo, siempre inhumano, ha encendido la llama de mil guerras para asegurarse riquezas estratégicas y con ellas el futuro. Se escuchan sombríos augurios de guerra total. Los pueblos invadidos mueren matando. ¡Maldita OTAN, garante y ejecutora de tan repugnante expolio! ¿Nos permitirán seguir con vida? Sueño con un mundo igualitario donde podamos seguir celebrando fiestas, aunque sólo sea con cuatro risas, dos tragos y algún pedacillo de turrón.

    En medio de tan espesos nubarrones, parpadea la esperanza de nuestro pequeño e indómito pueblo vasco No sueña en conquistas ni soporta conquistadores. Mantiene viva el alma que le ha permitido sobrevivir a intentos de dominaciones pasadas y presentes. Crece la conciencia colectiva que reclama justicia y derechos mientra consolida espacios de soberanía. Como epicentro de tantas reivindicaciones activas, la defensa del paisanaje encarcelado o refugiado. Es momento de celebrar las fiestas que se avecinan. Ya les pondremos el broche de oro solidario el 7 de enero, cuando desbordemos Bilbo

  2. Navidad para ti,
    si todavía te atreves,
    como los primeros cristianos,
    a decir cada día:
    “gloria a Dios en el cielo
    y paz en la tierra a los hombres y mujeres
    que Él quiere tanto”.

  3. Cualquiera diría que el de arriba es vasco

  4. Gracias por todo lo que hemos compartido durante este maravilloso y dificil 2011 que se va…Gracias por por tu vida, por lo que eres.