En medio del mundo

Tengo debilidad por los “anarcos”, me refiero, claro está, a los de carnet y militancia, de los otros, ya se sabe, todos somos un poco. De no existir habría que inventarlos y a los que hay vamos clonarlos… porque son tan poquitos. Gracias a ellos goza esta ciudad de una indescriptible y nunca bien loada decoración. Derrochan imaginación y clandestinidad grafitando nues …tros añosos muros con aceradas frases contra la madre que parió al capitalismo y toda su estirpe; contra los curas, que con frecuencia hacemos méritos suficientes para ocupar un lugar privilegiado en su cuadro de honor; y contra, por extensión, toda religión. A este insigne apartado pertenece la pintada garabateada de la fotografía. Cierto, el texto no es demasiado original, pues ya lo teníamos en el Salmo 42: “mis enemigos me afrentan diciéndome cada día: ¿dónde está tu Dios?”, pero aquí nuestros colegas le han dado un bizarro toque cheli: el “po favor”. La cuestión es que a mi esa pregunta me resulta pasmosamente pertinente y actual en este mundo que con frecuencia aparece como un sindiós de sufrimiento y dolor, de corrupción, superficialidad y egoísmo; y creo, que, los creyentes, no podemos eludirla y, además de seguir también nosotros buscando a ese Dios aparentemente ausente, tenemos que atrevernos a mostrar humilde con las palabras y con los hechos las huellas por dónde nosotros percibimos su presencia. Esa sea quizá la razón de por qué escribo en este muro.