Nuestro Señor de los Pasos (4)

“Los cojos andan…”

En Badajoz se celebr ayer el  el maratón…cuarenta y dos kilómetros… en el origen  aquél que traía una noticia importante que tenía que hacersela llegar a todo el pueblo….

Ayer no puede estar a la hora que quería en el sitio que quería… pero con el corazón estuve toda la mañana corriendo. TEnía que estar a las diez y media en la curva del Seminario.. porque por allí iba a pasar Mila y Paco, un matrimonio que todos los domingos están en el primer banco en la celebración de la eucaristía y que se estaban preparando para el maratón…ya me informé d e que todo  había ido bien… pero me dió una alegría especial cuando llegué ya muy tarde a casa, después de haber estado todo el día trabajando con un grupo de jóvenes universitarios su proyecto de vida – otro maratón de vida  ardua  y apasionada-  y me encuentro con este correo de Mila:

Pepe!! Lo conseguí, lo conseguí! Terminé mi primer maratón y no dudes ni por un momento, que el Señor ha venido todo el tiempo a mi lado. O como me dijo un amigo: lo llevas en las zapatillas.  Ha sido emocionante y mucho más cuando te cuente que el chico que ha venido conmigo casi todo el recorrido se quedó en sillas de ruedas el año pasado por un accidente, y ahí estaba. Si es que con la ayuda de Dios, se puede todo. Siempre dije que lo terminaría con la ayuda del Señor y así ha sido. No me abandona nunca y hoy por supuesto tampoco. Y por cierto dónde te has metido…Bueno te perdonaré…pero la próxima vez te espero. Otra cosa. He quedado tercera de mi categoría y he subido al podio, pero esta vez había más mujeres de mi categoría…ja,ja… y Paco no lo ha hecho nada, nada mal porque ha bajado muchos minutos respecto al maratón del año pasado.Bueno que ya no me enrollo más y que espero verte pronto. Muchos besos y que tengas buena semana.

O sea un paralítico que corre el maratón… me lo ha puesto Dios divino para la homilía de esta tarde… un paralítico en el maratón… ¡ES POSIBLE¡

Y pienso: La sociedad en la que vivimos: ¿Excluyente o incluyente? Nos hablan las estadísticas de un número grande de jóvenes  que se encierran en sí mismos, asociales les llaman, que la mayoría de las relaciones las tienen sin presencia real, sin conexión, desde fuera, a través de las redes informáticas. Vivimos en las grandes masas, huyendo de la soledad, pero después en medio de lo multitudinario sentimos  el frio y la tristeza de sentirnos solos e incluso con miedo ante los demás. Hay mucha gente encerradas en sus mundos, paralizadas, Sin haber desarrollado su capacidad de relación y de ser para los demás. Cuando eso ocurre lo mejor de las personas se atrofia, se va empequeñeciendo,  y comenzamos a ser verdaderos enanos en las aspiraciones, en los sentimientos, y en las relaciones.

En este sentido nos encontramos con una sociedad, que moviéndose todo el día, sin embargo puede tener rasgos paralizantes, se instaura el miedo, y este consigue frenar lo mejor de las personas, de la sociedad, de los cristianos y de la iglesia.

La cuaresma nos invita a dar el paso para recobrar la vitalidad de la acción y del ser comunitario, para ser según Dios. La comunidad es el referente que debe animarnos a ser para los demás, a movernos, y a hacerlo de un modo articulado y organizado para ser fecundos y fortalecernos mutuamente en medio de este mundo.

Hoy como nunca  nuestra sociedad neoliberal capitalista, que en nombre de la libertad, ha  promovido el individualismo, y con él la competitividad y cierto aislamiento  y enclasamiento, que conduce a la división y a la exclusión, necesita de personas sensibles, vivas, participativas.

Frente a la paralización de una sociedad indolora, con incapacidad para la comunidad, que paraliza y excluye, necesitamos otro modo ser sentir y de hacer, muchos más activo, comprometido, compasivo y comunitario. Jesús no tuvo otra pretensión y horizonte; se entendió a sí mismo como nudo de fraternidad y semilla de comunidad viva y comprometida en el sentir común así lo entendieron los primeros cristianos. Jesús creía que un paralítico podía correr el maratón de la vida y de la comunidad…

Jesús ayuda a dar un paso radical al Paralítico:

 De la marginación a la integración en la comunidad, andando por él mismo.

EL PARALÍTICO MARGINADO ( Jn 5,1-9):

–          Un hombre sometido a la marginación, sin poder andar y sin ninguna compañía de afecto; desarraigo total y abandono radical sin ninguna posibilidad, totalmente sometido a un entorno que no quiere  hacer nada por él.

–          Jesús hace de este lugar su casa y de este hombre su centro. Se dirige al más necesitado y llega hasta su deseo más profundo: curarse; poder entrar en la esfera de la comunidad, andar por sus propios pies y tener su vida. Ser capaz de ser sujeto, tener identidad.

–          La presencia de  Jesús y su gesto ya le están sacando de esa situación de postración, hay alguien a quien le interesa como persona; el mundo ya está siendo otros. Este está a su lado  y va a caminar con él… le va a enseñar a salir de esa situación a creer en sí mimo, a controlar su camilla y a andar por sus propios medios.

–          La vida ahora es absolutamente nueva; ahora puede seguir realmente a Jesús, no ya desde una esperanza milagrera sino desde su propio proceso que se lo ha hecho cercano y creíble. Ha sido iluminado por la fe, por la luz del bautismo y nada podrá apagarlo ya.

UN PASO A DAR:

–          La propuesta  arriesgada:

  • De lo individual de la fe al paso a la comunidad: tipo de iglesia y parroquia, y otras instituciones.
  • De la pasividad a la participación:
    • Social.
    • Cultural
    • Solidaridad
    • Político.
    • Económico.
    • Implicar a otros para que tengan vida:
      • Liberar a los que se encierran, abrir puertas y ventanas para que puedan entrar y venir con libertad.
      • Apostar por lo mejor que hay dentro de cada persona y ayudar a liberarse de lo que  les ata.