Nuestro Señor de los Pasos (5)

PERDONAR, UN PASO RADICAL

Hoy intervengo por última vez en el novenario del Señor de los Pasos en Olivenza, tras este quinario que yo he realizada, completará la novena Mario Corrales, que traerá novedad y profundidad, desde su sacerdocio joven, recien estrenado, pero bien vivido y cualificado, da alegría inmensa compartir camino con sacerdotes jóvenes de esta valía y de entronque con la verdadera y nueva evangelización.  Hoy el tema me parece central, tanto por estar en cuaresma, como porque es  una de las riquezas que más ansía y necesita la sociedad y el mundo actual: el perdón.

Vivimos en una sociedad dividida y separada por las guerras y las discordias…El pecado se manifiesta en el desorden afectivo interno, familiar, social, económico, y hasta eclesial. El hombre dividido, se rompe y pierde la alegría de la vida y la esperanza. Una sociedad no reconciliada se llena de tristeza y de desconfianza.

Nuestra sociedad necesita reconciliación:  Memoria histórica; Eta y las víctimas; Entre las regiones autonómicas; ideologías y partidos políticos; economía…

Nosotros: En nuestro interior; matrimonios y las familias; los vecinos;los ámbitos de trabajo, salud, educativos, deportivos, lúdicos…

Vivimos mucho desde las heridas, y ante cualquier dificultad optamos rápidos por la ruptura, sin darnos cuenta que cada vez que rompemos morimos, nosotros en los otros y los otros  en nosotros. Vivir desde la herida nos condena, nos empobrece, aunque parezcamos fuertes en nuestras posturas y violencia, gritos  o silencios, nos debilitamos muchísimo y dejamos de ser lo que realmente somos.

En la sociedad parece que hemos elaborado una cultura de la ausencia del perdón, se ha entendido que perdonar es claudicar, cosa de débiles; que la mejor solución es separarse y olvidarse, pero el dolor se queda dentro, la herida no sana.

Ante esta realidad, Dios quiere que los cristianos seamos señales del perdón y de la reconciliación en medio de la historia, que nos reconciliemos con nosotros mismos, con los demás, y que construyamos una sociedad de perdón y compasión. El mundo lo necesita.

Jesús de Nazaret, ha sido sin ninguna duda el hombre del perdón, nunca ha mirado a la persona desde su situación de pecado u ofensa, sino desde el perdón y la misericordia, hasta el extremo de perdonar en la cruz.

Él ha sido el hombre más fuerte y coherente de la historia humana, fundamentado en el Espíritu del Padre, ha llevado el perdón a su consumación más extrema, el perdón a los que le quitaron la vida, ha dado un paso que no tiene vuelta atrás, el perdón es el lugar donde Dios de manifiesta de un modo único. Si esto ha sido así, nada ni nadie podrá ya separarnos del amor de Dios manifestado en este gesto de dar  la vida por todos, y en especial por los que te la quitan. El evangelio está plagado de esta actitud de perdón en Cristo, y cómo él enseña a situarse ante los demás desde la gracia y no desde  el pecado y la condena. El detalle de cómo se sitúa ante la mujer adúltera que van a lapidar y los que han decidido no perdonarla es claro para nosotros en orden a interpelarnos sobre nuestro perdón.

Del desorden afectivo  destructor (pecado) al amor radical y unificador de la persona (la gracia). (Jn 8,1-11):

          Rechazada y condenada. En situación de postración que le impide vivir en libertad. Su propio desorden le pone en peligro como persona en su medio; ya no cuenta para los demás y se le considera un peligro. Amor viciado y perdido; persona destrozada, mendiga de afecto.

–          Ocasión para el encuentro con El. Jesús se enfrenta a la sociedad y se pone de su parte; nadie públicamente la apoyaría por nada del mundo, y ahí hay alguien que lo hace y no sabe por qué. Está cumpliendo la voluntad de su padre y la está amando gratuitamente y la pone como señal y sacramento en el que se va a manifestar cómo es Dios con los débiles.

–          Su situación ha pasado de condenada a liberada y amada; nadie tiene razón ni poder para tirarle la piedra, todos se han visto implicados en su degeneración personal. Jesús es quien puede acusar y no hace otra cosa que salvar con el corazón y los sentimientos del Padre.

–          Su vida se ha transformado radicalmente, ella la prostituta amada por Dios será el testigo primero de la resurrección, de la originalidad radical  de Dios en la historia cuando lleva la crucificado al honor y el poder de su gloria. El bautismo del encuentro con él, le ha descubierto la verdad fundamental y única: es una hija amada del Padre, que se complace en lo más auténtico y original que hay en ella, que es la gracia que él mismo le ha dado en el amor de su hijo, recobrándola para la vida  irremediablemente en el amor.

JESUS NOS INVITA A  DAR EL PASO DE PERDONAR:

–          Sólo cuando perdonemos de corazón entraremos en la verdadera gracia de la vida, en la auténtica libertad, en la paz y la alegría serena de la vida. Para ello es necesario:

  • Fundamentarnos en el Padre.
  • Mirar la realidad y observar la vida.
  • Ser capaces de ponerle nombre al pecado, al dolor que provoca y la destrucción que genera.
  • Saber pedir perdón.
  • Dar el perdón desde la gratuidad de tu interior, más allá de la condición del que ofende.
  • No olvidar nunca que el perdón va más allá que la justicia, y sana y fortalece no solo al que lo recibe, sino también al que lo da.

One Response to “Nuestro Señor de los Pasos (5)”

  1. Hola Pepe.Tu artículo sobre el perdón me ha emocionado mucho.La manera en la que hablas del perdón a nuestros enemigos,a aquellos que nos hacen tanto mal y a nuestros hermanos en Cristo, es algo que apenas consigo entender.
    En la charla YOUCAT que tuve el domingo pasado nos hablaron algo del perdón a través de los mandamientos.El cura que no la impertió me dijo que para perdonar a nuestros enemigos y amarlos hay que sufrir en silencio por ellos y rezar por ellos.
    Sé que Dios me está haciendo ver el poder del perdón.Me ha hecho ver en muchas ocasiones,sobre todo en testimonios reales de gente que vivían en pecado y se han reconciliado con Dios y con los demás y películas religiosas que hablan del tema.
    Sin embargo me cuesta mucho aceptar y asimilar bien y completamente perdonar y amar a aquellos que nos hace sufrir, que nos hace tanto mal a nosotros y a muchísima gente en el mundo.