Qué bien sé yo la fuente…

EJERCICIOS ESPIRITUALES CON MATRIMONIOS

Felicísimo Martínez lo dice muy bien… todos los pueblos tenían su fuente, y todos los vecinos conocían la vereda que llevaba a esa fuente y acudían allí, cada uno según su necesidad, para que el buen agua no faltara en la casa, y se bebiera de lo mejor. La sociedad actual, tras mecanizar las fuentes, sin darse cuenta ha permitido que la vereda quedara cubierta por ramajos y zarzas… y ahora se sospecha que había una fuente, pero no sabemos llegar a ella, tenemos  la sed, pero nos falta redescubrir la vereda. Así nos ocurre con la profundidad de la vida y con la fe, necesitamos volver  a ir a la fuente, pararnos, discernir, quitar  y poner, desarmar y fortalecer…contemplar y orar para adentrarnos en la verdad, en la vida, en la libertad, en la alegría, en lo auténtico y lo original.

Hoy me toca eso, me marcho a un lugar paradisiaco entre los cerezos, que ya apuntan en flor, en el Jerte, en CAbezuela del VAlle, una casa de ejercicios metida entre los montes, al lado de la garganta que corre y llama con su sonido de vida; lo hago acompañando a casi una treintena de matrimonios de Equipos de Nuestra SEñora, de distintos lugares de Extremadura. El tema algo fundamental: Cuaresma, el camino para la alegría (Pascua), queremos adentrarnos en nombrar los miedos y la paralización que producen, la tristeza que generan como fruto del pecado, y eso para liberarnos abriendo a los caminos auténticos del sentido y de la verdad que alegran el alma y dan sentido y luz a la vida. Coronaremos con el ayuno y el sacrifico que Dios quiere hoy de nosotros en este tiempo de crisis, con un decálogo solidarios para crecer en austeridad y generosidad para estar más alegres… o sea para volver a beber en aquella fuente del pueblo que aunaba y refrescaba el corazón de todos los vecinos, con un mismo sentido y una misma esperanza. Espero, que como dice Martín Descalzo en el testamento del Pájaro Solitario, al caminar con otros hacia la fuente, y ser acequia del agua del amado, yo me vea también humedecido y refrescado…

Por eso hoy me apetece comenzar orando con  esa oración de SAn Juan de la Cruz:
¡Qué bien sé yo la fonte que mana y corre,
aunque es de noche!.

Aquella eterna fonte está ascondida.

¡Que bien sé yo do tiene su manida
aunque es de noche!

Su origen no lo sé pues no le tiene

mas sé que todo origen della viene
aunque es de noche.

Sé que no puede ser cosa tan bella,

y que cielos y tierra beben della
aunque es de noche.

Bien sé que suelo en ella no se halla

y que ninguno puede vadealla
aunque es de noche.

Su claridad nunca es escurecida

y sé que toda luz de ella es venida
aunque es de noche.

Sée ser tan caudalosos sus corrientes,

que infiernos cielos riegan y a las gentes
aunque es de noche.

El corriente que nace desta fuente

bien sé que es tan capaz y omnipotente
aunque es de noche.

El corriente que de estas dos procede

sé que ninguna de ellas le precede
aunque es de noche.

Aquesta eterna fonte está escondida

en este vivo pan por darnos vida
aunque es de noche.

Aquí se está llamando a las criaturas

y de esta agua se hartan, aunque a escuras
porque es de noche.

Aquesta viva fuente que deseo

en este pan de vida yo la veo
aunque es de noche.

(Cántico de San Juan de la Cruz)

Juan de la Cruz  nos adentra en la cuestión central de la vida, nos recuerda al evangelista Juan cuando pone en boca de Jesús de Nazaret  que “nos dará un agua viva que saltará hasta la vida eterna”,  y también al inquieto  Nietszche cuando, en medio del mundo de las sombras que se agigantan,  declara que “quien tiene un por qué para vivir resiste cualquier como”. Los fenomenólogos de la religión, especialmente los creyentes,  nos hablan de que más que una ausencia de Dios en la  sociedad actual, lo que ocurre es que el hombre no sabe llegar hasta él. La noche de la desorientación, desnortamiento y  falta de sentido, que se hace evidente una vez más en la crisis que padecemos y que es más que económica,  parece proclamar que nuestra sed  no tiene referente que pueda calmarla, que estamos  condenados a ser sedientos sin fuente de agua viva que nos calme. Juan de la Cruz, desde una vida nada fácil donde la oscuridad y la noche fue grande y fuerte, atisba que nadie le podrá quitar el verdadero tesoro de  la vida, ninguna situación podrá arrebatarle la experiencia de sentido y de absoluto que le centra y le equilibra, a la vez que le orienta, incluso en la noche más oscura, que es la del alma.

2 Responses to “Qué bien sé yo la fuente…”

  1. Disfruta en Cabezuela, que los matrimonios no dan trabajo! Un abrazo,

  2. Excelente reflexión introductoria para unos ejercicios, Pepe. Más aún, para iniciar un camino de vida espiritual. ¡Que el Espíritu de la alegría os acompañe este fin desemana a los que vais a desbrozar el camino para acercaros a la fuente, “aunque es de noche”!