“Evangelizados para la acción”

Apostando por este deseo profundo de ser evangelizados y de vivir situados en la verdad de la realidad que nos ha tocado vivir y de la que formamos parte, nos sentimos
llamados a cuidar aspectos que hemos descubierto muy importantes al encontrarnos y al
haber compartido experiencias vivas de Pastoral; se nos han abierto pistas de acción por las que queremos transitar para ser fieles, en nuestro ministerio, a la Iglesia y al mundo, y en especial a todos aquellos a los que hemos sido enviados a servir y acompañar para que tengan vida y la puedan entregar a otros. Entre esas pistas queremos destacar las siguientes:

– Necesitamos vivir y compartir en equipos de vida y fraternidad nuestro ser y quehacer: para hacer más posible en la fraternidad la búsqueda creativa y sosegada de ver compasivamente la realidad, escuchar juntos la palabra de vida, el evangelio, adentrarnos en la opción por la fraternidad en la misión, y arriesgarnos juntos en una misión que no es propiedad nuestra, sino don del Padre para que vivamos la unidad.

– Favorecer espacios eclesiales que nos ayuden a entrar en la realidad con verdad
y luz, sabiendo poner nombre a las necesidades más fuertes, explícitas e implícitas, en la humanidad y buscar los modos de acoger, acompañar y ofertar caminos que favorezcan la sanación, el sentido y la esperanza.

– Revisar nuestra identidad y misión atendiendo al carácter de misión y envío desde el que hemos sido elegidos, analizar si estamos “saliendo” a los caminos de la vida y al encuentro de los que están en otras direcciones, y si la “misión” está en la priorización de nuestro quehacer, con presencia y acompañamiento en los ambientes y en aquellos que han de ser como levadura en medio de ellos.

– Crear espacios de encuentro en la frontera, para dialogar con alejados y no creyentes; y al mismo tiempo ofrecer apoyo fraterno a quienes arriesgan dedicación y entrega en este servicio.

– Valoración y redescubrimiento de la Acción Católica y todos sus movimientos en el espíritu de una pastoral que quiere ser misionera y salir a todos los caminos y ambientes. Se impone una relación y vinculación de misión y complementariedad en la única Acción Católica y en sus dos vertientes de general y especializada.

– Queremos propiciar en los ámbitos de formación permanente del ministerio en
nuestras diócesis actitudes de apertura y novedad para animarnos y potenciar el
ensayo y la creatividad, con una visión positiva y esperanzada del momento que
vivimos como oportunidad rica de nueva evangelización.

– Consideramos fundamental en nuestra sociedad y sus crisis avanzar en la espiritualidad de ofrecer verdaderas alternativas que lleguen a la vida real en todo aquello que estructura y organiza tanto lo común como lo personal: la economía, el mundo del trabajo, la política, la cultura, el consumo, el tiempo libre, las relaciones, los medios de comunicación; deseamos posibilitar y ofertar, junto a otros, espacios fraternos y de solidaridad como vehículo de sanación y de buena noticia para los que más la necesitan.

Creyendo en la misión, en el trabajo compartido y apostando por este tipo de encuentro que nos anima y nos esperanza, nos comprometemos a seguir trabajando en esta dirección y a seguir reflexionando juntos, a la vez que buscaremos siempre compartirlo con otros hermanos para invitarlos a compartir el camino de una verdadera caridad pastoral de la Iglesia que en medio del mundo quiere ser auténtica, creativa y original como su Maestro y fundamento, al que anuncia en este tiempo pascual como el crucificado que ha resucitado y vive para siempre.

Los Negrales – Madrid, 10 y 11 de Abril de 2012