Un plantón de encina (2)

La renta básica y el cumpleaños de Felisa

En este mismo día de vuelta a Badajoz  a las clases que me correspondían  al final de la mañana, he tenido motivos para seguir leyendo esta señal del plantón de encina y de su futuro. Sus bellotas tendrán también un sabor especial, porque a la una estábamos en el aula de Económicas con los alumnos planteando todo el tema de la economía crítica que se centra en la humanización y que busca la igualdad, y que hoy debe encaminarse y concretarse con tres sendas claras:  acabar con los paraísos fiscales que roban el pan de lo últimos y del pueblo, el desarrollo de un sistema financiero humano y solidario desde una banca ética  de verdad, y el consuelo de una justa renta básica que permita que ningún ser humano se quede sin su pan de dignidad, el que le ha concedido el padre al crearlo a su imagen. Los alumnos decían que cuando podría ser verdad esta utopía de la que le hablaba Agustín, profesor y miembro del partido por un mundo más justo, y yo no puedo menos que orar delante de este plantón y pensar que hay  que luchar para que la sombra  de estas siembra trinitaria cubra  a los que vendrán en el futuro, que nosotros hoy ya podemos soñar. Cómo insuflar este espíritu en los jóvenes para que crean que otro mundo es posible y salgan de su adocenamiento, que reconocen pero que les  puede porque la sociedad los ha atado desde el consumo y el disfrute, y ahora con esa carga cuesta volar y crear lo que necesitamos, otro mundo. Y recuerdo a Felisa…
El tronco  de árbol en su futuro  me recordará a otra persona de la Parroquia, a Felisa.  También hoy camino de vuelta disfrutando de la dehesa, de la luz inmensa, y de la música de radio nacional clásica, me llaman por teléfono, y me dice que es una  hija de Felisa, que mañana cumple sus noventa y cinco años; sus diez hijos  sembrados por toda España habían estado aquí este fin de semana y ella quería celebrar la eucaristía con todos  ellos, y deseaba que yo – su cura preferido- la celebrara. NO ha podido ser el fin de semana, y los hijos que viven aquí quieren que lo hagamos mañana que es verdaderamente el día que los cumple y yo encantado. Es una mujer de la que recuerdo el nombre por el comienzo “Feli”, me transmite un optimismo  impresionante. Suele venir por sus propios pies a la eucaristía muchas tardes, ella sola, y aunque llegue un poco tarde no le importa. Fue la primera mujer que trabajó en Hacienda en Extremadura, ha roto moldes, es actual, viva, dinámica, tienes diez hijos, decenas de nietos y bisnietos, sigue con su lucidez, su independencia, su autonomía y dando vida.
Ella misma dice “que se equivocó de siglo que tenía que haber nacido en este”, su  forma de pensar y situarse en la vida es de una novedad y de una gracia, su forma de vestir, de relacionarse, de mirar la historia, vamos que es un producto de la gracia con denominación de origen y de primera calidad. Es verdad que sostiene que sus metas están cubiertas  y que cuando el Señor quiera ya está disponible, todo está cumplido, pero que no quiere llegar a ser mayor que de la lata a los demás…cuando pensará ser mayor. Y recuerdo que en casa nos reíamos mucho con una anécdota de mi madre, que cuando venía de ver a alguien, que era de su misma edad o algo menor, decía que mayor la veo, la veo anciana. Y le decíamos madre, pero tu tienes la misma edad, y respondía pero no me siento vieja. Un día que la llevaba a acostar y se veía encorvada y sin poder mover sus brazos y apenas  sus pies, me decía: “Pepe yo que decía que será eso de ser vieja, no me lo imaginaba… ahora ya si sé lo que es ser mayor y vieja… dependo  totalmente de vosotros. Pero aún así, sintiéndome querida, no me importa vivir más años…”  Pues bien, Felisa, como las encinas, mañana cumple noventa y cinco años, pero todavía no es mayor… es como el  plantón de encina  que vivirá “eternamente”, porque también está enraizada en Dios y con el comulga en cada eucaristía; y la verdad cuando celebro y ella está presente es mucho más fácil consagrar y comulgar con el Dios de la vida… Y es que con personas del empuje de Felisa lo de la renta básica sería más creíble y posible.

Y yo siento que una vez más he tenido un jornal de Gloria:
Hora de la tarde,

fin de las labores,

amo de las viñas

paga los trabajos de tus viñadores.

Al romper el día nos apalabraste,

cuidamos tu viña del alba a la tarde,

ahora que nos pagas,

nos los das de balde,

que a jornal de gloria

no hay trabajo grande…

 

5 Responses to “Un plantón de encina (2)”

  1. …Das al vespertino
    lo que al mañanero.
    Son tuyas las horas
    y tuyo el viñedo.
    A lo que sembramos
    dale crecimiento.
    Tú que eres la viña,
    cuida los sarmientos.

  2. La verdad es que una pasada las palabras que le dedican. Bs a todos

  3. Me pareció tan bonito lo que decía, lo bien que estáis en las fotos y todo lo demás, que (esta vez sin permiso) se lo mandé a Javier y Blanca.

  4. ¡Qué cosas tan bonitas dice de la abuela! y de la vida.

  5. Solo decirte que muchas gracias a Ricardo y a tí por esa preciosa celebracion de la Eucaristia, tan importante para mi madre, de su 95 cumpleaños, y por acompañarnos a tomar la cervecita, pasamos un rato de lo mas agradable en tu compañia.