“Los niños, Dios en finito”

  1. “Mira que soy un niño…”

En estos días, no sé  por qué, el corazón y la vida me llaman a fijarme con una sensibilidad especial en los niños que me rodean; quizá porque Sonia nos ha recordado que hace seis años por estos días llegábamos del Perú, un grupo de quince personas- casi todos ellos universitarios-, tras un mes de estancia donde el lema era  más que ir a hacer, “dejarnos hacer”; lo ha revivido con un vídeo (http://www.youtube.com/watch?v=qSc7Drf3g9s)  que compuso Jini y Jofe  con rostros de niños que habíamos conocido allí.

Con esta sensibilidad oro y contemplo personajes de estos últimos tiempos, que en su infancia se hacen revelación para mí del Padre Dios, de su ternura y de su buena noticia, sí en el decir de Ricardo, estos niños son “buena noticia” del que es “La buena noticia”.

Daniel: vivo, atento y disfrutador.

Daniel- hijo de Marieta y Miguel, colaboradores de JEC- es muy vivo, atento y, sobre todo, tiene la gracia de saber disfrutar de cada cosa que hace o hacen a su alrededor. Se ha integrado de lujo en los días que hemos estado en Losar de la Vera con los estudiantes; yo me maravillo y recordando la máxima evangélica de hacerse como niños, pido al Buen Dios, que me ayude a ser así en la vida, y de un modo especial al celebrar la Eucaristía: que yo siempre esté vivo, atento, y sobre todo que sepa disfrutar. El evangelio de hoy lo pone claro: “El espíritu de Dios está sobre mí, me ha enviado a dar la buena noticia…a alegrar” ¿Es que hay misión más importante que dar la alegría, que ayudar a disfrutar de la vida en profundidad?  ¿Y puede alegrar  la vida a los otros alguien que no sepa disfrutar la suya?

Pablo: criado en el templo.

Pablo, el Domingo, mientras yo me acallaba interiormente antes de comenzar la eucaristía, se ha acercado a mí, me ha saludado con alboroz: ¡Hola, Pepe! Y tras darle una voltereta, se ha subido al presbiterio, alzándose ha flexionado el micro hacia él y ha gritado: ¿dónde estás…? Como si estuviera pensando en Dios. El venía a la eucaristía dominical en el seno de su madre Irene y acompañado por su padre, nació y siguió incorporado, allí juega, calla, grita, corre, habla… el templo para él es hogar, fiesta, familia, alegría, gente, pueblo, pan – se come los recortes de las formas que Ricardo, el párroco,  le da como abuelo preferido. Se está criando en el templo, como Samuel y Elí, sólo que su templo  es nuevo, porque está construido sobre la humanidad divina de Jesús, y ahí cabe todo porque no hay separación entre lo sagrado y lo profano; es nuestra casa, porque lo es del Padre que no ha hecho hijos en el Hijo.
Yo, internamente, he pensado en texto bíblico: “mira que soy un niño y no sé hablar…”; pero más la respuesta: “aquí estoy, envíame. Lo que tú me digas yo diré… y siento que quiere que hagamos un templo nuevo que sea plaza pública de hermanos y de ciudadanía, aunque haya resistencia desde las “tradiciones” que son preceptos humanos.

 Pablito: El universitario precoz

Tiene meses, y el otro día vino a visitarme, con sus papis Angelines y Jesús, a la universidad. Nos está dando una lección a todos de lujo, la que Dios da cada vez que una nueva criatura aparece en la historia, “Dios se hace fuerte en la debilidad”. Pablito ha llegado y se está encargando a de organizar la vida de todos los que les rodean: los abuelos maternos hablan de que ellos no sabían que a lo nietos se les puede querer y sentir hacia ellos  lo mismo que hacia los hijos, la abuela paterna habla de jubilación y la razón fundamental es poder disfrutar de esta nueva criatura y no perderse ni un minuto de su infancia, ya que no pudo hacerse con los hijos, los padres duermen menos que él para que él duerma y caminan según el marca con su lactancia y con sus deposiciones, que para eso tiene su personalidad y lo hace cuando quiere, y a todos se nos cae la baba cuando lo vemos, aunque sea dormido ancho y pancho…Qué buena lección para el mundo, y para el espacio universitario en el que nos encontramos la semana pasada: el centro de todo el universo la persona, y no por lo que puede hacer, saber, poder, sino por la dignidad de ser lo que es , un absoluto finito, la forma finita de ser Dios, lo que Dios en Jesucristo ha querido llegar a ser: “Un niño envuelto en pañales y acostado en la fragilidad del pesebre”

 Noelia: La agraciada.

¿Qué nombre queréis para esta niña? Y padres dicen con claridad: NOELIA. El sábado gocé celebrando el bautismo; lo pensaba antes de realizarlo: lo más grande que  hace la Iglesia es bautizar; qué misterio de la grandeza del amor de Dios. El Dios amor nombrando  en su corazón para la eternidad a una nueva criatura, en medio de la naturaleza, de la humanidad, de la Iglesia, de su comunidad parroquial, de su familia. Ella era la más importante para Dios y para nosotros en ese momento, se para el mundo y su  interior y gritaba: Noelia la agraciad de Dios para la eternidad. Y yo sintiendo este misterio disfruté paso a paso de la ceremonia, e hice lo posible para que la disfrutaran todos los presentes, hasta les di a oler el crisma consagrado, que todos alabaron por su perfume agradable; sí el perfume que Noelia tendrá según se vaya enconntrando conscientemente con Cristo en su existencia…

…..: la esperanza.

Y ahora pienso en quien todavía no tiene nombre, pero ya tiene corazón y  está en el corazón de los que le esperan, especialmente Blanca y Ale…. Es una fiesta la que sienten en su interior, porque a las razones personales de sentido y de esperanza, ahora se une la de un ser nuevo, que sin ser suyo, porque es  hijo de la vida, va a ser quien los  posea de un modo único y les motive para seguir esperando y soñando, desde el amor, en una humanidad de luz y de justicia. Te esperamos¡¡¡¡

One Response to ““Los niños, Dios en finito””

  1. Muy de acuerdo. Si en Losar no hubiera gozado de la compañía de Daniel, no habría vuelto igual de contento.