Al sembrar…buen otoño sinodal¡

UN NUEVO CURSO – PASTORAL UNIVERSITARIA

Ya estamos  en plena función en el ámbito universitario, aunque el mecanismo burocrático va lento – y caro para los que se matriculan en segunda o tercera convocatoria en asignaturas- y todavía se ven colas en las  ventanillas para la matriculación. Al comenzar el curso, atisbamos en el horizonte un sínodo que en sus pretensiones nos llena de sueños a todos y de esperanza, vamos a buscar caminos y nuevos escenarios para la evangelización hoy. En su mirada  estará el ámbito de lo cultural y lo educativo, con especial significación del mundo universitario. Es un reto apasionante  el saber estar y ser en la universidad con claves evangelizadoras, por encima del parecer (reflexión magnífica de Jesús Sánchez en el último número de Vida Nueva: http://www.vidanueva.es/2012/09/28/cristianos-en-la-universidad-ser-estar-y-parecer-jesus-sanchez-martin/). La Iglesia tiene que detenerse y hacer lectura creyente de lo que quiere aportar en el espacio universitario desde su ser misionero y comprometido, desde un ser cristiano maduro y adulto, que dialoga  y  se encuentra en libertad y en sabiduría con todo y con todos. Por aquí andamos todos los que nos movemos en la delegación de Pastoral Universitaria en Badajoz, hoy será el encuentro de los estudiantes que viven procesos en la JEC y el miércoles, 24, será la jornada de bienvenida de todos los universitarios cristianos de este campus pacense.

A este respecto quiero traer  a colación  tres testimonios sencillos sobre la universidad ahora que comenzamos el nuevo curso; uno de ellos es un párrafo de la editorial de la revista última de Vida Nueva, y los otros son reflexiones de alumnos  que hicieron la asignatura de “Hombre y Dios” el curso anterior en la facultad de Ciencias de la Universidad de Extremadura, uno creyente activo y el otro  en la pregunta del agnosticismo, los dos expresan su opinión ante el texto del discurso de Benedicto XVI en el Escorial a los jóvenes profesores universitarios, donde dijo palabras de verdadera luz para nuestra pastoral:

“El nuevo curso comienza con grandes retos y no pocas incertidumbres en el mundo educativo, y no solo por los recortes económicos o las reformas legislativas en marcha. Para la Iglesia, en las aulas, y de manera destacada en las universidades, se juega también la nueva evangelización.

Habrá que esperar todavía un tiempo a las intuiciones que, para afrontar esta delicada cuestión, salgan del próximo Sínodo, pero parece claro que sin un decidido impulso a la Pastoral Universitaria poco se podrá hacer. Una pastoral que apueste por sumar fuerzas en lugar de restarlas, con una nueva forma de presencia más integrada e integradora, impregnada de la esencia del ser cristiano, y sin olvidar nunca que se es con y para otros“.(Editorial Vida Nueva)

“Desde mi humilde perspectiva, la docencia en general, no solo la universitaria, debe formar personas, antes y además que profesionales. Es comprensible que la especificidad y exigencia académica de los estudios universitarios desvirtúan el carácter humanista y formativo inherente a la docencia en aras de mayor dedicación a la disciplina estudiada, pero no por comprensible deja de ser un error. Si, en los estudios previos al ciclo universitario, el papel del profesorado no se reduce (o al menos no debería reducirse) simplemente al de transmisor de conocimientos ¿por qué ha de ser diferente en el tramo final y más exigente del periplo educativo? ¿sólo necesitan formación y desarrollo como personas los niños y los adolescentes? ¿acaso somos tan vanidosos que pensamos que, solo por llegar a la edad adulta y ser un ciudadano de pleno derecho, nuestra formación personal, ética o moral ha terminado?
Nos dice el Papa que la humildad es una virtud indispensable que protege de la vanidad en la búsqueda de la verdad y yo creo que la búsqueda de la verdad es el fin último de todo ejercicio intelectual (como por ejemplo la docencia y el estudio) y es precisamente el intelecto lo que nos distingue de los demás seres de este mundo y nos hace únicos, irrepetibles, nos hace humanos. (Borja, Alumno de Matemáticas)

“Desde mi punto de vista, la universidad debe ayudar a los jóvenes a la búsqueda de la verdad en todos los sentidos de la palabra. Quizá hoy la mayor parte del profesorado puede que solo se dedique a formar meros profesionales, pero no debemos generalizar, puesto que también existen casos opuestos.

Además, pienso que falta cierta parte de compromiso por parte de los jóvenes que formamos parte de la misma (entre los que me incluyo), pues de nada sirve que un profesor se preocupe por ti o intente hacerte ver las cosas desde otro punto de vista si uno mismo no muestra interés por ello, y esto puede hacer que incluso el profesorado acabe desmotivándose y centrándose simplemente en dar sus clases.

En resumen, creo que esta universidad de la que nos habla el Papa es difícil de conseguir, pero posible, todos debemos aportar nuestro granito de arena para intentar cambiar la universidad a mejor, podemos llegar a conseguir mucho más de lo que pensamos. (Isidro, Alumno Ingeniería Química)