“El despertar religioso”

“Pedagogía y didáctica de la enseñanza religiosa escolar”

pozuelo1En mi arciprestazgo llevamos tiempo planteando todo el tema de la iniciación cristiana en las parroquias. El modelo tradicional,  que suponía que el despertar religioso se daba en el ámbito familiar,  ya no está funcionando bien, aunque las abuelas  se tomen muchas responsabilidades en este ámbito. El cambio económico, social y sobre todo cultural,  afecta claramente a todas las instituciones de iniciación como la familia, la escuela, la iglesia; se hace necesario revisar las iniciaciones sociales, culturales y religiosas. . Por ese motivo las parroquias han comenzado  a plantearse cómo dinamizar el despertar religioso. 2012-09-02 20.19.12Se trata de crear espacios, modos, instrumentos desde la parroquia, en colaboración con la familia – y no deberíamos olvidar la escuela-  que ayuden a ese despertar. En una de  las parroquias que colaboro, es  un grupo de personas las que se han tomado como propia esta labor del despertar. El otro día  compartía la celebración del cumpleaños de Elena, madre de tres  hijas, Irene, Clara y María –de seis, cuatro y dos años-, junto a su marido José Carlos, y en la comida hablábamos de esta responsabilidad, que  ella está llevando  ahora en la comunidad parroquial  con niños pequeños, antes de comenzar la catequesis más reglada como catecumenado sacramental de la eucaristía. Otros lo hacen con los padres de esos mismos niños.

IMG_2135Hoy comenzaba las clases de “pedagogía y didáctica de la enseñanza religiosa en educación infantil”. Ciento siete alumnos de los matriculados en el grado de infantil han elegido la materia en la facultad de Educación, y la estaba  presentando. Uno de los temas es el que se refiere a  la psicología religiosa del niño en las edades de tres a seis años, o sea, plena  etapa del  despertar religioso. Les comentaba, cómo todos hemos tenido un despertar religioso en esas edades, lo tengamos más o menos consciente. Al principio decían que no recordaban nada, que a ellos no los despertaron…. Pero enseguida se demostró que no era así. Comencé a musitar el “Jesusito de mi vida…” y todos lo semicantaron a  coro, y desde ahí nos  fuimos a más detalles de simbología religiosa, de cantos, oraciones, imágenes…

Irene, Clara y MaríaYo recuerdo por ejemplo, que mis padres trabajaron un tiempo en una finca de mi pueblo con unos señores de allí, ”Sierraquemá”. Vivíamos en cortijos, los pastores de la trashumancia lo hacían en chozos… y los dueños también en su propio cortijo más cuidado y con más comodidades. Allí, en verano, se retiraba el sacerdote del pueblo, Don Arcadio, para descansar, pescar, caminar…le acompañaba su hermana, su sobrino… Allí se celebraba la misa todos los días,  yo era pequeño y asistía, me ponía en la fila y quería comulgar…aquello lo tengo grabado, como el rosario en familia, las oraciones al acostarnos, al levantarnos, al ponernos la camiseta limpia los sábado tras un buen baño con manopla en la palangana y el baño…la virgen de los Dolores, el Cristo del humilladero, las comidas de cuaresma….cuántas cosas y cuanta vida. Hoy soy sacerdote, y seguro que aquel despertar, aquella relación con el sacerdote, etc. están en el fondo de mi sentir religioso, como la base primera y firme. Les recordaba a los alumnos también lo que supuso la escuela y el aula, en muchas de sus actividades, aunque entonces la escuela comenzaba más tarde, pero ya íbamos a la de Doña Lorenza, escuela de “cagones”…je,je.

tiovivoLes proponía a los alumnos  volver, pensar e indagar en su despertar religioso, para ver cómo fue, les invitaba a recoger alguna anécdota, sentimiento, actividad, oración… que tuviera que ver con el despertar religioso, y  compartiéramos entre todos para después analizar mejor este concepto específico de  educación , dentro de la educación integral. Por eso abro las puertas del blog y propongo: “vamos a pensar y a  aportar todos…”;  del aula a la calle y de la calle al aula: ¿Cómo fue tu despertar religioso?

Aquí la primera actividad del  curso programado. A participar en los comentarios.

109 Responses to ““El despertar religioso””

  1. Yo no me acuerdo de mi despertar religioso, porque siempre he vivido en él, me explico, desde que nací, el mismo día un 12 de Agosto del 90, el Hermano Mayor de la Hermandad del Cristo de la Paz de Cheles, Don Antonio López (D.E.P.) ya me apuntó en la hermandad incluso sin previo aviso, en mi casa llevamos al Cristo de la Paz muy presente y en mi pueblo es el mayor tesoro que tenemos. Por eso me refiero que no me acuerdo, porque con días de vida ya estaba despertando al menos una opción religiosa en mí.

    A parte de todo esto, me acuerdo con pocos años llevar el estandarte de la Banda del pueblo que luego he tenido el placer de dirigir yo, tocando a su Cristo de la Paz los 14 de septiembre.

    Y me acuerdo de los sacerdotes que han estado en mi pueblo y entre cañas y chatos de vino en los bares con mi padre y sus amigos hablábamos y nos conocíamos, eran parte de la familia y del pueblo.

    Podía contar lo clásico (cantar canciones, rezar con las abuelas…), aparte de todo esto siempre he estudiado en colegio con carácter religioso (Los Maristas en Badajoz) y ahí Jesús siempre estaba presente (me acuerdo los Rosario de la Aurora en Mayo a las 8 de la mañana con 4 añitos y un frío…), miércoles de ceniza, Navidad, campañas de ONGs… todo estaba encaminado a lo mismo.

    Este es mi despertar religioso, todavía dura, no soy de ir mucho a la iglesia, es más voy muy poco, pero como dice en la calle no por ir más a misa es uno más creyente, sino que cada uno lo vivimos de manera diferente…

  2. Durante estos días he estado pensado sobre mi despertar religioso, y obviamente no recuerdo ni un día exacto, ni una fecha exacta. De lo que sí me acuerdo es que desde pequeña, además de recitar el conocido “Jesusito de mi vida….” y el famoso… “Hasta mañana si Dios… Quiereeee”, visité junto con mi familia, vecinos … , numerosos pueblos y ciudades con la Iglesia de mi barrio: Fátima, Yuste, Guadalupe, Monasterio de Tentudía, etc. Pienso que esto además de haberme servido para visitar lugares conocidos por su tradición religiosa, en su día hizo que en estas convivencias conociese a otros niños y niñas que como yo creían y creen en La Palabra de Dios.
    A día de hoy se me vienen a la cabeza muchas de las canciones que cantaba en la Iglesia, y la ilusión que me hacia formar parte del coro de la Parroquia.

    De esta forma, finalizo lo que para mí ha sido o lo que yo recuerdo de mi despertar religioso.

  3. Desde la clase del Jueves pasado, he estado pensando cuál fue el momento de mi despertar religioso y sinceramente no podría decir una fecha concreta.
    Mis primeros recuerdos relacionados con la religión son a la hora de dormir, en la que mi madre se sentaba conmigo en mi cama, me juntaba las manos y las dos rezábamos “Jesusito de mi vida…” a medida que fue pasando el tiempo me enseñó más oraciones.
    Posteriormente fui a un colegio de doctrina religiosa, en el que cantábamos y rezábamos a diario nada más llegar al aula. Proseguí con la catequesis hasta hacer la comunión, y después la confirmación.

  4. Estos días desde que nos hiciste reflexionar en nuestro despertar religioso he estado pensando cómo fue. Como era tan pequeña no recuerdo muy bien así que acudí a quien lo sabe todo de mí, mi madre. Me estuvo contando como desde cuando nací me llevaba a la patrona de mi pueblo: La Virgen de las Cruces. Correteaba por allí y como todo niño pequeña le mandaba muchos besos. Pero yo creo que el verdadero despertar, ya consciente, es cuando empiezas con la catequesis, vas mucho más a misa y te sabes hasta todas las canciones. Me gustaba ponerme al lado de la que tocaba el órgano a cantar con ella. Y alguna vez que otra también ayudaba al cura.

  5. Mi educación cristiana comienza en el seno familiar.
    Mis padres siempre han sido cristianos practicantes. Desde bien pequeñita he vivido la fe cristiana en mi casa. Mi madre ha sido durante muchos años catequista en la parroquia “Nuestra Señora de Gracia” junto al colegio donde yo asistía ” San José de Calasanz”. Al comienzo de mi escolaridad, con 4 añitos, mi madre me recogía en el colegio y me iba con ella a las 16:00h a catequesis, por tanto desde muy pequeñita me iba con ella todos los días a las clases de preparación a la eucaristía. Más adelante fue ella mi catequista, me exigía más que nadie y en casa no paraba hasta que no me sabía el rosario y el credo perfectamente.
    A parte de todo esto, asistía con mis padres todos los Domingos a misa.

    Tengo todos los sacramentos, una vez finalizada mi preparación a la eucaristía continué mi formación hasta la confirmación.

  6. Llevo dandole vueltas a la pregunta que nos hicisteis ,y mentiría si digo que me acuerdo, pero he de imaginar que mis padres empezaron a recitarnos todas las noche el “Jesusito de mi vida…….” y me acuerdo de tener en la mesita de noche un niño Jesús al que arropaba cuando hacia frío. Creo que ellos quisieron educarnos a mi y mis hermanos en un mundo donde estuviera presente la fe. Los tres hemos ido a colegios religiosos donde aprendimos los principios cristianos ademas de los valores que nos enseñaron nuestros padres. Por eso ahora que soy madre intento educar a mis dos peques con lo que recibí , y desde que nacieron todas las noches les rezo “Jesusito de mi vida” y “Cuatro esquinitas tiene mi cama Cuatro angelitos que me la guardan”.

  7. Desde el jueves estoy dando vueltas a cuáles son mis primeros recuerdos relacionados con la religión, y he de decir que he recordado varios.
    Por una partes, están las comunes oraciones como “Jesusito de mi vida” y “Cuatro esquinitas” que repetía con mi abuela antes de irme a dormir, y los paseos de los domingos para ir a misa con ella.
    En casa recuerdo sobre todo los preparativos para la Navidad, donde mi madre, mi hermana y yo montábamos juntas el portal de Belén y demás adornos navideños. También era habitual salir en Semana Santa a ver las proesiones de mi pueblo, en las que mi padre salía de nazareno.
    Estos son algunos de mis primeros recuerdos, aunque seguro que hay muchos más.

  8. ¿Mi despertar religioso? Siendo sincera no recuerdo en qué momento, en que lugar ocurrió. Recuerdo rezar con mi madre cuando era pequeña, como me enseñaba las oraciones y a mí me gustaba recordarlas, me sentía orgullosa.

    Por circunstancias de la vida he vivido entre dos pueblos, dónde trabajaba mi padre y donde estaba mi familia. Quizás por ese motivo, los domingos (el día que normalmente van las familias a misa), nosotros, mis padres y mi hermana lo aprovechábamos para ir al pueblo de mis abuelos, para visitarle. Esto hacía que algunas semanas no pudiera ir a la Iglesia, pero eso no quiere decir que no escuchara la palabra de Dios, pues mi abuela, una mujer menudita pero llena de fe escuchaba la misa que retransmitían por televisión, pues ella, por enfermedad, no podía salir mucho.

    En el cole, la religión también estaba presente, el crucifijo sobre la pizarra al que le dedicábamos todas las mañanas un Padre Nuestro, y aún conservo los libros complementarios de religión de primaria, con los que nos acercaban a la Biblia de una manera amena.

    Después llegó la Catequesis, recordando con mucho cariño a Doña Concha, mi catequista, y que nos preparó con ilusión, una ilusión que nos contagió a todo el grupo.

    De igual forma recuerdo al carismático Don Joaquín, párroco de la Parroquia de San Miguel de Zafra, o a mi catequista Doña María del Valle, o a la Madre Superiora del Convento de Las Hermanas de la Cruz (Oliva de la Frontera), aquellas reuniones para la confirmación de nuestra fe…

    Todos en conjunto han hecho que sintiese que existe ese Ser en el que nos podemos apoyar, que nos da la fuerza para tomar el camino adecuado.

  9. Los primeros recuerdos que se me vienen a la mente era aquellas noches en las que mi abuela se sentaba conmigo en la cama, y me enseñaba a rezar pequeñas oraciones, como el Padre Nuestro. Y así, poco a poco, fui comprediendo y haciendome creyente. También recuerdo cuando rezábamos nada más entrar en el colegio.
    Con el paso de los años, además de las reuniones de catequesis, íbamos a excursiones y a campamentos parroquiales.

  10. Mi despertar religioso comenzó desde muy pequeña. En éste despertar ha participado casi toda mi familia, ya que mi madre ha trabajado siempre como profesora en un colegio concertado religioso lo cual ha marcado mucho su actitud frente a la religión. Incluso antes de comenzar el colegio tanto mis abuelas como mi madre me enseñaban a rezar antes de dormir, a recitar el tan famoso “Jesusito de mi vida…” y un sin fin de canciones relacionadas con la religión. Un vez acudí al colegio todo este despertar se intensificó aun más. Una vez a la semana acudíamos a la capilla del colegio antes de entrar en clase para hacer la oración del día y reflexionar sobre el tema que el sacerdote de la parroquia nos planteaba, en el centro se llevaba a cabo el Miércoles de ceniza, participaba en el coro de la iglesia dirigido por una de las monjas del colegio… Por lo que debo decir que en mi caso el estar en un colegio religioso y el que mi madre trabajara en él ha hecho que hubiera una continuidad muy grande entre el colegio y la familia en el tema de la iniciación a la religión.

  11. Es difícil saber exactamente cuando nace tu despertar religioso, desde pequeña tus padres te explican de una manera u otra un poco de la historia de dios, algunos padres bautizan a sus niños y otros deciden no hacerlo, en mi caso mis padres me bautizaron al mes de nacer, tan chica una no es consciente de toda la fe que puedes llegar a tener, cuando estás en el colegio y asistes a la asignatura de religión una va aprendiendo y conociendo toda la historia, más tarde hice la comunión en el colegio Santa María Asunta, conocido como compañía de maría, y una vez hecha la comunión asistía todos los domingos a misa, en 4ª de la eso hice la confirmación en el mismo colegio, por lo tanto mi despertar religioso fue creciendo con los años también gracias a la fe que tienen mis padres y que me han ido inculcando.

  12. Haciendo memoria sitúo mi despertar religioso en mis primeros años de vida, los cuales pasaba con mi abuela materna. Fue ella la que desde muy pequeña me hablaba de Jesús como si fuera un niño como yo, me decía que él siempre estaba conmigo y que sería siempre mi mejor amigo… Fue ella la que despertó en mi la curiosidad por saber más, y sin yo saberlo, me inculcó unos valores cristianos que luego fueron reforzados en el colegio. A medida que me fui haciendo mayor me fue acompañando en el camino de la fe una monja, profesora de mi colegio, con la que hablaba mucho sobre este tema, me contaba historias y con la que aprendía oraciones. Por lo tanto las responsables de mi despertar religioso fueron mi abuela materna y mi profesora, que no se si será casualidad pero se convirtieron en dos personas muy importantes en mi vida, a las que siempre que les iba a contar algún problema me recordaban que Jesús podría ayudarme y estaría siempre.

  13. Es difícil recordar el momento exacto de nuestro despertar religioso, por eso, he pedido ayuda a mi madre. Mi familia es muy religiosa por lo que la religión siempre ha estado muy presente en nosotros. Mi madre es de Cheles y desde que nací, pertenezco a la Hermandad del Cristo de la Paz.
    A los 3 meses me bautizaron y recuerdo a mis padres sentados en la cama con mi hermano y conmigo enseándonos a rezar. Fui al colegio Santa María Assumpta y allí seguí conociendo la religión. Recuerdo yendo con mis padres y mi hermano a ver la mayoría de las procesiones de Semana Santa y en Navidad todos celebrando el día de nacimiento de Jesús.
    Todo eso ha ido aumentando con los años y a día de hoy seguimos reuniéndonos todos los familiares los domingos en misa.

  14. Se me viene a la cabeza ráfagas de mi infancia. Recuerdo una noche acostada con mi abuela materna, rezando el “Jesusito de mi vida”, pero también recuerdo que ya me lo sabía.
    Cuando yo era pequeña mi madre era catequista, por lo que la religión en mi casa ha estado y está muy presente. Me cuenta siempre mi abuela que cuando me bautizaron a los tres meses, en el momento que te echan el agua sonreí, sin embargo el otro niño que se bautizo conmigo solo lloraba. Esa sonrisa según mi abuela significaba que había acogido a Jesús de buen agrado, y a mi abuela no le falta razón.
    Cuando de la escuela te tienes que marchar al instituto, yo fui a un internado religioso y allí estuve durante 6 años.
    Sinceramente yo me he dado cuento de la importancia que tiene la religión en mi vida, cuando fui a Valencia para ver al Papa en el encuentro de las “Familias”, y más aún en la “Jornada Mundial de la Juventud”, ver como tantos jóvenes siente ese amor hacia la fe y cuando más llovía en Cuatro Vientos se escuchara perfectamente “ESTA ES LA JUVENTUD DEL PAPA” hizo que algo se removiera en mí.
    A día de hoy en mi casa somos creyentes, y sentimos que el lazo que nos une a Dios, nos acompaña en el día a día.

  15. Pensando esta mañana de camino a casa sobre este tema, he recordado que mi despertar religioso comenzó en mi casa. Mi madre todas las noches me llevaba a la habitación y sentadas en la cama nos poníamos a rezar o a cantar alguna canción de angelitos o de Jesús.
    A los cuatro años empecé a ir al cole y allí proseguí esta labor, conociéndola más a fondo, ya que estaba en un colegio religioso. Me encantaba ir a las eucaristías porque siempre cantábamos canciones y se me hacía ameno el tiempo.
    Pero no sólo he vivido la religión en casa y en el colegio, también en la calle en la época de Semana Santa y otras fiestas religiosas. Siempre, desde que tengo uso de razón, hemos ido a ver las procesiones de las parroquias, incluso hubo un año en el que salí de nazarena por una promesa que hice. Me gustó mucho la experiencia.
    En las prácticas he intentado que los niños disfrutaran igual que yo de pequeña, de estos detalles religiosos y también para que comprendieran el significado de las festividades relacionadas con la religión.

  16. Intentando recordar mi despertar religioso me he dado cuenta de que no hay un día especial que recuerde, sino que se me vienen a la memoria muchos momentos, la mayoría de mi madre y mi abuela enseñándome a reza el “Cuatro esquinitas tiene mi cama..” o “Jesusito de mi vida…” , los domingos en misa con toda la familia,…
    Especialmente recuerdo las reuniones en catequesis con mis compañeros y los viajes que hacíamos para visitar a la Virgen de Barbaño, patrona de Montijo. También las clases que nos impartía la Hermana Martina en el colegio.
    Por último, un día significativo para mí, fue el día de mi Confirmación, donde la experiencia me llenó por completo.
    A lo largo de mis 23 años he estado en contacto con la religión, así que creo que mi despertar religioso no lo puedo situar en un momento exacto de mi vida, sino que e ha ido desarrollando a la vez que me he desarrollado yo como persona.

  17. Mi despertar religioso considero que ha sido en la adolescencia, de mi infancia tengo recuerdos como ir al camino de la Virgen de las Cruces de mi pueblo, ir a visitarla a la Iglesia de Santiago y a la hermita, en lo que se llama La Velá, ir a misa con mis abuelos, y todas las noches decirle a mi madre “buenas noches, si Dios quiere”. En mi adolescencia es cuando he profundizado más en mi interior y buscado mi fe a lo que mayormente de esta está destinada a la Virgen del Rocío a la que tengo presente todos mis días.

  18. Sinceramente no recuerdo exactamente cuando fue mi despertar religioso pese a esto hay recuerdos que nunca se borraron de mi mente tales como: las oraciones de antes de dormir en las cuales mi madre se sentaba a los pies de mi cama y las recitaba junto a mí y a mi hermano, las actuaciones en el colegio en las cuales solía representar al ángel y sobre todo recuerdo con mucho cariño lo que disfrutaba asistiendo a misa junto con mi abuela.
    Para finalizar decir que una de las cosas que más influyó en mi despertar religioso fue las facilidades que nos daba nuestro párroco para poder participar en la celebración de la semana santa y el ver como tanto mis padres como otros familiares también participaban llevando a los santos sobre sus hombros o decorando las calles del pueblo para esta celebración.

  19. Lo que asocio a mi “despertar religioso” lo diferencio de los recuerdos de mi infancia con respecto a recitar de memoria oraciones o acudir a misa todos los Domingos, cuando con 7 años prefería estar dando patadas a un balón en el parque.
    Creo que hay que diferenciar entre eso, que pienso que es adoctrinamiento en una idea muchas veces falta de explicación, a cuando se empieza a entender de verdad lo que la religión quiere decirnos o aportar a nuestras vidas (en mayor o menor medida).
    En este sentido mi “despertar” religioso fue tardío, no digo que no recuerde con cariño la reunión con mis padres y hermanos o con mi abuela para rezar antes de dormir…
    Pero creo que ese sentido sentimental si no se entiende posteriormente queda vacío, y si ese es el mensaje que la religión transmite para mi queda en parte vacío, ya que si conoces 100 oraciones pero no sabes cómo comportarte o no has adquirido cierta conciencia moral en base a lo que la religión quiere aportar a tu vida todo es un “circo” (no vale de nada llorar cuando tu paso no sale en Semana Santa, si el resto del año eres un demonio).
    Por ello creo que mi despertar religioso fue progresivo. Comencé a entender una forma de guiar mi vida, en relación con unas reglas comportamentales, derivadas de conversaciones con mi padre por ejemplo, o discusiones con mi tío Isidro (cura en Gévora). En definitiva lo que creo es que fue mi despertar religioso, fue la relación directa con los comportamientos de mis mayores.

  20. Al pensar en mi despertar religioso, no recuerdo exactamente como fue. Lo que recuerdo de mi infancia, es rezar cada noche con mis padres en la cama, las oraciones “El Padre Nuestro”, “El Ave María”, “Jesusito de mi vida” y “Cuatro esquinitas”. E ir cada domingo a misa con mis abuelos y mis padres. En segundo de primaria comencé a ir a catequesis para la comunión y desde entonces puedo decir que no lo he dejado.
    Recuerdo con cariño a la hermana Pilar, del colegio Santo Ángel de mi pueblo, Almendralejo, que nos dio un año catequesis antes de la confirmación.
    Una vez confirmada, me uní a los grupos de jóvenes de San José, en los cuáles sigo en una comunidad.

  21. Mi despertar religioso viene principalmente marcado y determinado por la figura de mi madre, una persona muy creyente y practicante, que desde bien pequeñitos nos ha educado en la Fe Cristiana a mis hermanos y a mí. Al igual que mis compañeros crecí rodeada de estímulos que han fraguado la persona religiosa que soy (las oraciones de la noche, el Belén, asistir a misa cada domingo, los grupos “Juniors” de la parroquia). Pero debo remarcar, que a lo largo del progreso he sufrido conflictos internos en cuanto a la información que me llegaba, al momento en que me encontraba, pues crecí con la imagen del Dios ‘castigador’, del miedo a pecar, para luego encontrar esa imagen de Padre que quiere a sus hijos pese a sus errores. Esa iniciación religiosa la recuerdo como otros rituales más que formaban parte de mi vida, y que a penas entendía bien su significado, pero principalmente señalaría que fue el principio del entendimiento de la existencia de Dios, de un Ser que no puedo ver ni tocar, pero que sé que está ahí.

  22. ¿cómo y cuándo se define el despertar religioso? Si me baso en el despertar religioso no consciente podría decirse que empezó cuando era un bebé y mis padres decidieron bautizarme, pues nací en una familia donde la religión se ha tenido muy presente, además que mis abuelos paternos son miembros de los “kikos”, de ahí que si mi madre me dejaba algo de libertar en cuanto a la fe, ya se encargaba mi abuela de educarme en ella. Me eduqué en un colegio religioso, “las Salesianas”, y gracias a los grupos de fe, se puede decir que sentí de primera mano ese despertar religioso ya consciente, aunque he decir que entre esos años tuve lo que se dice a nivel coloquial una pequeña ” crisis de fe” ya que no entendia muchas cosas que pasaban alrededor mio y mas viniendo de personas que me intentaban transmitir algo tan dificil como es la fe. Digo que fue gracias a los grupos, porque a parte de estar en los grupos para recibir la confirmación en Valdepeñas, te hacía ir a catecumenado pero muchas veces pasaba de ir porque no me aportaba nada y gracias a los grupos, los encuentros de jóvenes, los campamentos y en especial la Pascua Joven me hizo de verdad saber, o mejor dicho sentir ese despertar religioso. Pues fue en mi primera Pascua Juvenil donde yo me di cuenta de que de verdad creia en Jesús, al margen de entender o no la Iglesia de Hoy. Explicarlo es dificil , es algo que se siente, un animador me dijo ” Dios va llamando a cada uno en su momento y ahora te ha tocado a ti”. Pienso que es muy grande lo que Gracias a la Fe he recibido, muchas personas realmente increibles y con pensamientos diferentes pero con un mismo objetivo se han cruzado en mi camino, el simple hecho de venir a Badajoz ha sido por medio de EL, pues fue en Turín , conociendo mas a fondo a Don Bosco cuando decidí venirme a estudiar aquí para poder seguir en los grupos de fe y en Badajoz he recibido mucho más de lo que podría recibir y siempre con un complemento importante, Jesús por medio. Creo que Todo, viene de parte de él. Aunque muchas veces no encontremos respuestas a esas preguntas.

  23. Mi educación cristiana comienza principalmente en mi entorno familiar. Las dos personas que más me han inculcado valores religiosos han sido mi abuela y mi madre, ellas me han enseñado también oraciones, canciones y sobre todo como podía enfocar mi vida en relación con la de Jesús.
    Un paso importante que dieron mis padres para mí fue el bautismo, aunque yo no tenía uso de razón, ésto fue lo que me acercó por primera vez a Jesús. A parte de recibir este primer sacramento, recibí otros más adelante como la comunión y la confirmación.
    Además de mi familia, también he tenido la ayuda en este despertar religioso de catequistas y de profesores de mi colegio, ya que en él rezábamos todas las mañanas antes de empezar las clases.
    Sinceramente, voy muy poco a misa, pero creo que el no ir no me hace menos creyente. Pienso que aunque no vaya tanto como cuando era pequeña, no me aleja de seguir creciendo como persona.

  24. Durante varios días he pensado sobre mi despertar religioso,no puedo decir exactamente en que momento fue.
    Mis primeros recuerdos son de cuando era muy pequeña, que mi madre rezaba con mis hermanas y conmigo antes de irnos a la cama, juntando las manos rezabamos: ángel de la guarda, jesusito de mi vida, padre nuestro…
    En mi colegio también estaba presente y rezábamos a diario antes de comenzar las clases.
    Después llegó la catequesis para prepararme para la comunión ,una vez que hice mi primera comunión ,iba todos los domingos a misa con mi madre y mis hermana,incluso sabia las oraciones y las canciones que se cantaban en misa,muchas veces me subia al coro y desde alli las escuchaba mejor ya que mi tio estaba en el coro de la iglesia.
    Años después me prepare para la confirmación, este dia tambien fue muy especial para mi cuando hice las ofrendas al señor de las uvas y el vino, ya que es algo tipico de mi pueblo”Santa Marta de los Barros”
    Alo largo de mi vida he tenido una formación religiosa en casa,colegios y sobre todo en el último donde estudié e hice las prácticas en un gran colegio O.S.C.U.S..
    estos meses que estado alli de prácticas yo me sentido muy bien cuando les enseñaba a personas tan pequeñitas las oraciones que un dia me enseñó a mi mis padres y mi tio.

  25. Empiezo a pensar en mi despertar religioso y no puedo decir una fecha exacta. Recuerdo como de pequeña mi abuela me enseñó el famoso “Jesusito de mi vida” y otras oraciones como “Cuatro esquinitas tiene mi cama…”que rezaba antes de meterme en la cama todos los días. Otra de las costumbres que hoy seguimos teniendo en casa es decir “Hasta mañana si Dios quiere”. Todos los domingos mi abuela, mis primas y yo íbamos a misa de 12 en la parroquia de Santo Domingo, donde nos hemos bautizado y hemos hecho la comunión la mayoría de mi familia. En mi familia, la vida religiosa es algo más que rezar e ir a misa todas las semanas.
    En lo que se refiere al colegio, este ha aportado mucho a mi creencia religiosa, una vez al mes íbamos a la Iglesia y todos los días antes de entrar en clase, dábamos los “buenos días”, que consistía en un pensamiento para reflexionar sobre el todo el día. En el colegio, también asistí a los grupos de fe de los viernes por la tarde, y fue aquí donde realmente empecé a sentir en primera persona la fe. En mi colegio, los Salesianos, he aprendido mucho sobre la vida de Don Bosco, el fundador de la congregación salesiana y hoy día sigo participando activamente en la casa.

  26. En mi opinión, es difícil poner una fecha exacta al momento de mi despertar religioso. Es cierto que desde pequeña mi madre siempre me llevaba a la Iglesia con ella y me cantaba por las noches antes de dormirme “Jesusito de mi vida…” ” Cuatro angelitos tiene mi cama…” “Angel de la guarda…” “Padre nuetro…”. Ella tenía una Cruz de Caravaca colgada del cuello y desde bien chiquitita me regaló una a mí y otra a mi hermana. Lo que más me gustaba cuando iba con ella a la Iglesia era echar monedas para que se encendieran las velas y santificarme con el agua bendita. También recuerdo que los Domingos de Ramos ibamos a la Parroquia de Sanroque a por la ramita de olivo y luego le dábamos un trozito a cada uno de nuetros familiarres
    Mi madre me enseñó a rezar y me incitó a ver las procesiones, algo que a día de hoy me encanta. Puede ser que el mayor peso de mi depertar religioso recaiga en ella, puesto que es la que me ha inculcado y llevado por una vida cristiana. Mi padre, aunque es creyente, no realiza tantas prácticas religiosas como mi madre.
    Respecto a las escuelas, nunca he ido a un colegio religioso, excepto en Bachillerato, que lo cursé en el Colegio Virgen de Guadalupe, pero ahí tenía ya 16 años.
    En conclusión, mi despertar religioso y las experiencias que tuve desde pequeña en el ámbito de la religión, se han incrementado y han hecho que hoy en día siga creyendo y teniendo fe.

  27. Intentando recordar algo que me influyera en mi despertar religioso destaco algo que a menudo me lo recuerda al gente del pueblo y es que ante de aprender hablar con 10 meses más o menos, cantaba la canción “el trece de mayo la Virgen María …” que me había cantado mi abuela de bebé tantas veces, y la cantaría tan bien que tenía al cura de mi pueblo, Salvaleón y a la gente de alrededor alucinados.
    Después también recuerdo ir a misa todos los domingos desde los 3 ó 4 años con mi tito y mi prima hasta que me confirmé.
    En mi casa la verdad que no he tenido mucha influencia religiosa, ya que son creyentes pero practicantes de ir a misa a menudo no, pero mis padres siempre me han apoyado en todo lo relacionado con catequesis, confirmaciones etc.
    En estos momentos voy poco a misa, pero eso sí, la semana santa en mi pueblo es para mí, creo que el no asistir a misa no significa que no se crea en nuestros Dios.

  28. Desde pequeña, de una forma u otra, siempre tuve momentos religiosos. Siempre recordaré los domingos cuando iba a misa con mis padres, y me hacía ilusión encontrarme allí a mi abuela, que iba corriendo a darle un beso y ponerme con ella a rezar. Siempre tenía un librito que sin yo saber aun leer, hacía como que sabía lo que ponía, y en realidad me aprendí las oraciones que mi abuela rezaba. Y al final me lo regaló cuando aprendí a leer.
    También recuerdo que cuando iba a ver a mi abuelo a su casa con mi familia, cuando ya nos despedíamos de él, siempre nos decía “Id con Dios”. Al principio yo me molestaba y le decía a mi padre que por qué el abuelo quería que nos fuéramos al cielo, que yo era muy pequeña, pero mi padre me dijo que era una forma de que Dios estuviera siempre a nuestro lado, protegiéndonos y cuidándonos.
    Y los momentos más comunes, recuerdo el día de mi comunión, la preparación para ese día, y al sacerdote diciéndonos que lo importante no era la fiesta o los regalos, sino el momento de la comunión. Recuerdo cada entrada al colegio rezar a la Virgen, o ver la Semana Santa y tirarle un beso a la Virgen y al Niño…. Y miles de recuerdos más.

  29. Mi despertar religioso fue en mi infancia, aunque no recuerdo exactamente como fue, lo que si recuerdo es rezar por las noches con mi madre o abuelas, ir a visitar muy a menudo a la patrona de mi pueblo la Virgen Coronada, etc. Por lo que considero que es mi familia la que me ha inculcado desde muy pequeñita la fe, de hecho no es algo que solo haya hecho en mi infancia ya que aún voy muy a menudo a visitar a la ermita a esta virgen, de hecho en muchas ocasiones es como si necesitara ir a visitarla, ya que me transmite paz y tranquilidad.
    También mis tías han tenido mucho que ver en mi despertar religioso, ya que también recuerdo como me enseñaban oraciones nuevas, y una de mis tías que no vive en la misma localidad que yo, cada vez que venía a visitarnos o nosotros a ella me regalaba un librito en el que venían oraciones, frases que Jesús dijo a lo largo de su vida, etc. y que siempre me gustaba ojear.

  30. Desde la semana pasada llevo meditando acerca de cómo tuvo lugar mi despertar religioso, y, a pesar de haberle preguntado e incluso a mi madre, no recuerdo estos momentos con nitidez.
    Como aprendí a hablar pronto y mi madre me dormía por las noches con cuentos y plegarias breves, un día respondí ante la ausencia de estas pronunciandolas yo misma. Se trataba, como no, de las sencillas oraciones de “cuatro esquinitas tiene mi cama” y “Jesusito de mi vida”.Aquí considero que tuvo lugar mi despertar religioso, además de cuando mi madre mi abuela y yo asistiamos a misa, cuando visitabamos lugarea relacionados con la religión, como Lourdes e incluso cuando me apunté al coro de la iglesia por lo que ello me llamaba la atención.

  31. Mi despertar religioso no recuerdo exactamente cuando fue, puedo decir aproximadamente en primaria, ya que en la escuela y antes de dormir rezaba e iba con mi madre a misa todos los domingos. También desde primaria estuve asistiendo a catequesis hasta hacer la comunión y después hasta la confirmación. Después de hacer la comunión comencé a pertenecer al coro parroquial de mi pueblo, Villalba de los Barros, hasta el día de hoy. Por último, comentar que actualmente estoy dando catequesis a un grupo de tercero de primaria, a los cuales los estoy preparando para que reciban su Primera Comunión.

  32. Recuerdo de mi infancia a mi madre enseñadome a rezar, el supiro de mi abuela con su ¡ay Dios mio!, las procesiones del pueblo, el ir con mi madre y mis hermanas a misa y a mi tío el hermano de mi abuela, que era sacerdote y me decia si te portas bien y dejas a mamá eschucar misa, te daré un caramelos de los que tanto te gustan, de esos de chocolate…luego no me daba uno me daba muchos, pero también me portaba muy bien.

    Recuerdo los Domingos de Resurrección, el sacar por las puertas de la iglesia a la virgen y a su hijo para encontrase en la otra punta del pueblo y la alegría de la gente al ver el encuentro.

    Pero mi despertar religioso no esta en mi infacia sino en la adolecendia… cuando la lógica se imponía y no era capaz de ver, solo un amigo César supo como hablarme y supo darme las pautas, me dijo tienes que buscar tus razones para creer, razones sólidad, cimientos fuertes… y eso es lo que hice.

  33. Mi despertar Religioso va más allá de unas oraciones que repetía sin saber el significado, en mi caso ese despertar lo he podido vivir con mucha riqueza por suerte al pertenecer desde que tengo uso de consciencia a la Parroquia de Ntra. Sra de la Asunción (Gurugú) donde desde bien pequeña mi madre me llevaba cada domingo a misa, participaba en el coro, pertenecía y pertenezco a los Scouts Católicos ¡¡incluso me llevaba a las reuniones de catecomunado!! no entendía a veces mucho pero si percibía a una Comunidad cercana, como transmitía tanta gente humildad, amor, y esperanzas pese a ser un barrio tan pobre pero tan rico (en muchos otros aspectos) mi despertar religioso lo recuerdo junto al Padre Eugenio este “rebelde” Misionero que transimitía sabiduría, y me hacía ver en él lo que significa seguir a Jesús, desde la desesperanza y el sufrimiento siempre había alegría en esa Iglesia…
    Gracias a ese despertar desde bien pequeña sigo teniendo la vinculación con mi barrio, Parroquia y Comunidad, quizás con pensamientos diferentes en cuanto al Catolicismo pero no sobre Jesús.

  34. No se como fue mi despertar religioso… supongo que eso es algo que no ocurre de repente, sino que poco a poco va naciendo…
    Lo que sí tengo son detalles de mi infancia que había olvidado y otros que aún hoy siguen: como venía mi padre cada noche a mi cama a enseñarme oraciones nuevas, como dábamos las gracias cada vez que mi madre ponía la comida en la mesa, las misas juntos de todos los domingos, la oración para cuando salíamos a pasear a la calle, el “si Dios quiere” detrás de cada frase… Además de esto, la Semana Santa en mi casa se ha vivido muchísimo siempre, viendo cada procesión, me explicaban todas las imágenes, íbamos a verlas a las parroquias…
    Por otra parte, estudiar en un colegio religioso ayudó a mis padres a educarme en la fe… Considero que hacen una gran labor… porque no es lo mismo tener 2 horas semanales de religión… a vivir con ella en la escuela, en grupos extraescolares, actividades complementarias…
    En realidad, todo esto ha hecho que sea quien soy hoy, que piense y actúe como lo hago, que piense en Dios cuando tengo un problema o simplemente para explicarle mis actos… porque se que hay mucha gente sola porque aún no lo ha encontrado.

  35. Mi despertar religioso empezó cuando yo tenía 3 añitos, que mis padres me llevaron a un colegio religioso, en el que el tema de la religión, recuerdo que estaba muy presente, llegábamos a clase y rezábamos, veníamos del recreo y rezábamos, y cuando volvíamos por las tardes a clase rezábamos, el mundo religioso la verdad me ha gustado mucho, recuerdo que siempre estaba participando en las misas y en los teatros me cogían para representa a San Jose o ala Virgen María, supongo que el despertar religioso también me lo inculcaron mis padres, llevándome a ese colegio y haciéndome saber que ellos me querían inculcar ese ” despertar religioso” Mis practicas las dí en este colegio y también he participado, me gusta y disfruto, me siento bien¡¡
    Estoy segura que amis hijos también les iniciaré en el despertar religioso.

  36. En mi caso, cuando estaba en primaria tenía una maestra que siempre al entrar y al salir cantábamos oraciones (rezar), y en todas las aulas había un crucifico en la pared.
    También en mi pueblo había una monja y el anterior cura que realizaban muchas actividades, convivencias, excursiones, camino santiago, Alemania (ver al papa), etc., junto con los jóvenes, eso ayudo mucho a que nos acercáramos cada vez más a la religión católica.

  37. Recuerdo mi infancia rezando con mi padre de rodillas en la cama, mis padres fueron realmente los que me inculcaron la religión desde niña. Poco a poco fui creciendo, visitando la Iglesia todos los domingos, haciendo la comunión y por todas estas cosas han pasado personas importantes también que despertaron en mi la curiosidad de la religión. Como mi maestra de Primaria que todos los días rezábamos al entrar y salir de la clase, una monja que se preocupaba mucho de los jóvenes que incluso llegamos a ir a realizar el camino de Santiago, mi catequista que siempre nos contaba muchas historias y hacía que las catequesis fueran más divertidas y adaptadas a nosotros, también en el colegio representábamos el portal de Belén y poco a poco el despertar ha ido a más y ahora quiero transmitir todo lo que yo he vivido a los niñ@s. Ya que creo que es muy importante que todos los niños tengan estas experiencias tan bonitas que yo he vivido. También en mi pueblo es muy importante la religión y se vive mucho, en Semana Santa por ejemplo toda la gente se vuelva en su representación.

  38. Hasta el momento en que se me presenta la asignatura de Didáctica Religiosa en la Escuela tras 10 años sin oir hablar de conocimientos impartidos en ella, ya que desde mi educación primaria no he vuelto a coincidir con la misma, su programa, su introducción, el primer día de clase, etcétera, no reflexiono en cómo surgió mi Despertar Religioso, es más hasta que no escucho la definición exacta de estas dos palabras no puedo plantearme en qué etapa comienza mi educación religiosa, pues no sabía exactamente a qué se refería; ahora que puedo hablar de este concepto con conocimiento me gustaría compartir en qué momento surge mi Despertar Religioso, exactamente no podría decir una fecha ni una edad, pero centrándome en la etapa de 0-6 años podría resaltar las oraciones que diariamente mi madre y yo recitábamos antes de dormir: el Padre Nuestro, 4 angelitos… y hasta que al final decíamos eso de “hasta mañana si Dios quiere….” , al ser niña no sabes muy bien a quién se refieren y más de una vez yo preguntaba quién era ese Dios al que todas las noches le rezábamos, recibiendo respuestas que durante esa etapa no lograba entender.
    Aparte de las oraciones también asistía algunos domingos a la iglesia, a misa, de la que tengo leves recuerdos, entre ellos que me gustaba ir a la pila de agua bendita, a la que me tenían que subir porque no llegaba, para santiguarme.

  39. En realidad es difícil recordar con exactitud el momento de mi despertar religioso.
    Sin embargo, todo lo relacionado con la religión siempre ha estado muy presente en mi vida. Por ejemplo, por un lado, cuando mis hermanos y yo éramos pequeños, mi madre nos acompañaba a la cama y nos recitaba el “Jesusito de mi vida” entre las que recuerde y terminaba con “Hasta mañana si Dios quiere” dándonos el beso de buenas noches.
    Además de acercarnos más en la edad de escolarización con la catequesis, donde mi madre siempre ha sido catequista y ello hace estar en continuo contacto con ello. Incluso ir a misa de 12 los domingos todos en familia, aunque a medida que pasaban los años, también decir, que era como obligación asistir a misa los domingos.
    Y por otro lado, esta idea me hace replantear cuando por circunstancias, en un momento, por problemas de salud en un miembro de mi familia, parece que te aferras más a todo ello como lazo de protección.

  40. Mi despertar religioso, recuerdo que comenzó en mi casa. Mi madre, antes de dormir me acompañaba a la cama para rezar juntas el “Jesusito de mi Vida”, los domingos nos poníamos “guapos” para asistir a misa.
    Recuerdo que en el colegio nos enseñaban el “Padre Nuestro” y cuando lo aprendí lo rezaba con mi madre junto con el Jesusito de mi Vida. Eso es lo que más recuerdo de mi infancia.
    Después de más mayor, recuerdo seguir yendo a misa, la preparación de la comunión y como mi padre cada semana santa se vestía de nazareno y lo íbamos a ver. Me gustaba mucho ir a ver a mi padre y cómo lo vivía , desde la fe.
    Ya de mayor estuve en los grupos de fe de mi colegio para asentar más mi fe.
    He de decir que me ha costado, bastante, recordar mi despertar relogioso. Pero me ha servido para recordar toda esa etapa con mucho cariño y es algo que me gustaría transmitir a mis futuros alumnos/as.

  41. Personalmente, considero que cuando hablamos de nuestro despertar religioso, se me viene a la cabeza la forma que tenían mis familiares, en la infancia, de transmitirme la religión por medio de oraciones y de creencias.Recuerdo que sobre todo, mi madre, era la que me acompañaba a la cama, y me ensañaba la oración “más conocida” : Jesusito de mi vida. Yo he tenido muy presente siempre el tema de la religión ya que mis abuelos, eran ermitaños, en la ermita del pueblo de Barbaño. Estaban y vivían al cuidado de la vírgen y de todo lo que le rodeaba. Ellos han estado siempre cuidando de todo ese tema, y yo desde pequeña le ayudaba. En realidad, no estamos completamente seguros de nuestro despertar religioso hasta que no tenemos conciencia de ello, y sabemos los conocimientos que la religión conlleva, cuando hice la comunión y la confirmación por ejemplo, lo decidí por mi misma.
    En mis prácticas, he estado en un colegio religioso (Salesianos) y he participado en convivencias, la verdad que ha sido una experiencia muy buena.

  42. Desde pequeña mi familia me ha inculcado la educación católica, y siempre estado en contacto con ella. Empezando por mi participación en todos los actos religiosos de mi pueblo (portales de belén, coros de villancicos etc.)aprendiendo a rezar y hacerlo cuando me iba a la cama, yendo a misa con mi abuela y dando clases de religión en mi colegio.

    Siempre he querido seguir aprendiendo más y continuar con mi fe, por ello he asistido varios años a catequésis para realizar la comunión y años después la confirmación, también en el instituto siempre he optado por ella.

    En mis prácticas he podido ver el despertar religioso de mis alumnos (3 años), y me ha encantado poder vivir con ellos ese momento, ver como aprendían a decir sus primeras oraciones, como se familiarizaban con Jesús y ver la ilusión con la que vivían la Navidad.

  43. Desde pequeña mis padres me han iniciado en la religión católica. Probablemente como la mayoría de nosotros no eramos conscientes de lo que estabamos recibiendo cerca de nuestro entorno, puesto que eran nuestros padres los que decidían por nosotros, pero poco a poco tengo recuerdos del colegio donde estudiaba religión y en la que mi maestra nos enseñaba los valores que esta asignatura transmitia. Ya cuando crecí mis padres me preguntaron si quería recibir la comunión puesto que ellos me bautizaron sin poder darle yo mi opinión y yo respondí que sí, porque durante la catequesis me gustaba lo que me decían y me convencieron. Posteriormente me inice en la pos-comunión y a día de hoy me considero creyente. Siempre que tengo un examen o cosas importantes mi familia es mucho de poner velas y pedirle al señor porque salgan bien y como yo desde chica veía eso, sigo haciendo lo mismo.
    En definitiva la base de mi despertar religioso, lo han puesto mis padres, porque con ellos aprendí el Padre Nuestro, el Jesusito de mi vida, el Ave María y recuerdo como mi madre cada vez que me iba a dormir me contaba aquello de “4 angelitos tiene mi cama, 4 angelitos que me acompañan…” y más tarde me lo han ido reforzando y ampliando a través de la escuela y tal como ellos me lo han transmitido espero en un futuro poder hacerlo con mis hijos.

  44. Desde muy pequeña han sido muchos los factores que han despertado mi sentimiento religioso. Me acuerdo de esos días de verano que tanto deseaba dormirme donde mis abuelos, allí todas las noches rezábamos juntas, “Jesusito de mi vida…” “Cuatro esquinitas tiene mi cama”, esos 18 años en los que estuve en el Colegio Hijas de Cristo Rey en Talarrubias. Eran muchos elementos que han marcado y han dejado huella en mí en el ámbito religioso. Recuerdo también aquellas tardes que me escapaba del bar de mis abuelos y me iba a la Iglesia, me sentaba en un banco y allí escuchaba la misa. Una vez que terminaba me iba a casa ¡tan contenta!. Debo de reconocer que a medida que paso el tiempo ya las mujeres que me veían de pequeñita me decían: “ya no vienes tanto como cuando eras pequeña…”
    También soy miembro de la cofradía de la Virgen de la Soledad, el Cristo de Amor Cruzificado…y no me olvido de la devoción y sentimiento hacia nuestra patrona Virgen Coronada.

  45. Mi despertar religioso comenzó en torno a los 3-4 años. Mi madre siempre ha estado involucrada en la religión, recuerdo que asistía a las catequesis de adultos que se impartían en el colegio que yo estudiaba. Yo salía de clase a las cinco y asistía a la reunión con ella, me traía un cuaderno y lápices para dibujar o si no pintaba con las tizas en la pizarra que había en aquella sala. Algunas veces observaba a aquellas personas como debatían pero yo no comprendía nada, tan solo contaba con la edad de 4 años.
    En Semana Santa, iba con mi madre y mi abuela a los Santos Oficios el jueves y viernes santo, hoy en día todavía voy.
    Cuando yo tenía 8 años mi madre formó parte de La Pastoral de Enfermos, recuerdo que alguna vez que otra la acompañé a visitar algún enfermo.
    Por ese tiempo, necesitaban catequistas para confirmación y mi madre les dijo que contaran con ella, todos los viernes acompañaba a mi madre a dar catequesis que se daban en los coros de la capilla del colegio y me encantaba ir porque había imágenes de santos y bancos para rezar. En mi interior sentía curiosidad por todo aquello.
    señalar que al estudiar en un colegio religioso la imagen de Dios ha estado siempre muy presente en mi vida.
    Otra persona que debo mencionar con respecto a mi despertar religioso es mi abuela materna. Es y ha sido una persona muy creyente y con mucha fe, ahora tiene 89 años y le cuesta mucho caminar, por lo que no puede asistir a misa, pero todos los días escucha la misa que retransmite en la televisión tanto ella como mi abuelo. Recuerdo que con 2 años me enseñó la oración “cuatro angelitos tiene mi cama, cuatro angelitos que me acompañan”. Cuando dormía en su casa todas las noches la rezábamos juntas y esa fue la primera oración que aprendí.
    Desde aquí les doy las gracias tanto a mi madre como a mi abuela por haberme transmitido su fe desde pequeña y por haber tenido un despertar religioso tan bonito.

  46. Haciendo memoria recuerdo que mi despertar religioso comenzó cuando yo era realmente pequeña. Mi familia es muy religiosa, por ello desde mi infancia vamos a misa todos los domingos, y a mí me encanta y me hace especial ilusión, ya que es un momento de encuentro con Dios y con mis seres queridos.
    He estado catorce años en un colegio religioso, primero en “La Compañía de María” hasta primero de la ESO y más tarde me cambié a “Los Salesianos”, en el cual estuve hasta que comencé la carrera. En “La Compañía de María” hice mi Primera Comunión, fue uno de de los días más felices de mi vida, porque fue la primera vez que tomé el cuerpo y la sangre de Cristo.
    Para mí la religión, es un es un estilo de vida que te da unos valores muy positivos, los cuales he adquirido en el seno familiar.
    Como conclusión, decir, que a medida que han ido pasando los años mi fe y mis experiencias religiosas han aumentado.

  47. Haciendo un poco de memoria,no consigo recordar muy bien mi despertar religioso, pero si se que es desde pequeñita. Desde pequeña recuerdo cómo iba a casa de mis abuelos, tanto maternos como paterno, y cuando me quedaba allí a dormir que me enseñaban a rezar el “jesusito de mi vida” o también ” cuatro esquinitas”.
    tengo también un recuerdo de mi abuela rezando el rosario, y que me enseñaba a rezarlo con ella.
    Desde pequeña mis padres siempre me han llevado a la iglesia, sobre todo en semana santa, cuando nos íbamos a los oficios y a las procesiones.También recuerdo bastante cuando iba a tomar la ceniza y mi madre nos explicaba el porqué, todos esos viernes de cuaresma y todo.
    Lo que mas recuerdo es cuando en el mes de mayo, íbamos todas las tardes a la ermita de la Virgen de la Estrella, en los santos de Maimona, ver ese árbol gordo, donde cuenta la historia que apareció la virgen, y ese 8 de septiembre, día dela patrona, que mi madre nos preparaba y nos arreglaba aún más para ir a verla y llevarle las flores en la ofrenda floral.son tantos los recuerdos que tengo en esa ermita que yo creo que mi fe y devoción por Dios y la virgen no desaparecerán nunca.
    He crecido en un seno familiar religioso, y me lo han inculcado desde pequeña.

  48. no recuerdo bien como fue mis despertar religioso pero comenzó de pequeño a eso de 3 años, cuando mis padres me llevaron a un colegio religioso, en este rezábamos todos los días a la entrada y a la salida y acudíamos frecuentemente a misa, por otro lado mi preparación para la comunión y posteriormente la confirmación también me ayudaron en mi despertar religioso, mis padres me han educado en un ambiente religioso ya que toda mi familia es muy creyente.

  49. ¿Mi despertar religioso?
    Tengo muchos recuerdos relacionados con la práctica religiosa. Desde pequeña, en casa he vivido la fe cristiana. Hemos rezado al irnos a la cama, pedido a Dios que nos ayude, hemos asistido a la Iglesia todos los Domingos, cantado sus oraciones, hemos asistido a muchos actos religiosos…
    Pero mi despertar religioso, es decir el día que yo verdaderamente me di cuenta de que todo esto formaba parte de mi vida y que necesitaba aferrarme a la fe, fue poco antes de hacer la confirmación. Un día un familiar muy cercano a mí, sufrió un accidente gravísimo de coche, del cual salió casi ileso, nada para lo que le podía haber pasado. Ese día fue cuando me di cuenta realmente de que Dios existía y estaba ahí y que todos mis rezos y mis prácticas cristianas habían servido para algo.
    Desde entonces vivo la fe más cerca y me acompaña cada día

  50. Exactamente no me acuerdo que día comenzó mi despertar religioso, pero si se que fue desde pequeña, ya que he estado desde Educación Infantil hasta Bachillerato en un Colegio Religioso.
    Recuerdo que antes de irme a la cama mi madre rezaba conmigo “Jesusito de Mi Vida” y le dábamos un beso a la estampa de la patrona de mi pueblo.
    Después de hacer la comunión fui a misa todos los Domingos, en el Colegio nos confesábamos y antes de comenzar las clases rezábamos.
    Al terminar el Carnaval, en el Colegio hacíamos el Miércoles de Ceniza…
    Soy miembro de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús el Nazareno en mi pueblo y todos los domingos de Resurección soy costalera de la Virgen de la Paz.
    En definitiva, mi despertar religioso comenzó gracias a mis padre, seguidamente del Colegio y poco a poco mi experiencia religiosa, mi fe y mi interés por mi Religión ha ido en aumento.

  51. mi despetar religioso no tiene una fecha exacta. Eso lo relaciono mucho cuando nos preguntan ¿cuál es el primer recuerdo que tienes? y te tienes que remontar a los 5 o 6 años por que antes al no tener desarrollado la memoria no puedes recordarlo, solo los que han estado a tu lado te lo pueden decir. Yo me he criado toda la vida en un colegio religioso ( Maristas) y me han inculcado esos valores. El primer recuerdo que tengo es cuando hice mi 1º comunión y a partir de ahi comprendí lo que significaba la Religión. Yo creo en Dios pero no soy tan religioso, la verdad es que la Religión no es un tema que me llame mucho la atención pero la respeto.

  52. Llevo varios días dando vueltas y no recuerdo cual fue el momento exacto, lo que si recuerdo es que desde muy pequeña me enseñaron a rezar, la pionera en ello fue mi abuela, ella me enseño oraciones como el “Jesusito de mi vida”, “las cuatro esquinitas” , las primeras canciones de religiosas… pero tengo que decir que en general mi familia me han inculcado estos valores desde muy pequeña. Mi familia es católica, por lo tanto la religión ha estado a la orden del día en mi casa. Tengo que añadir que estuve estudiando durante nueve años en un colegio católico en Talavera de la Reina (Toledo) llamado “La Compañía de María” del cual me llevo un grato recuerdo, de esos nueve años, ocho estuve interna con las monjas de este, por lo cual siempre estado rodeada de un ambiente católico y cristiano. Sí que tengo que decir que estos últimos años me he visto más alejada de la religión, espero que esta asignatura sea una oportunidad para volver a avivar los valores cristianos que ya tenia.

  53. Desde que tengo uso de razón recuerdo cómo mi madre me ayudó a descubrir el camino de la religión cristiana. Tengo algunos recuerdos de cuando era pequeñita de cada noche antes de acostarme mi madre rezaba conmigo el Jesusito de mi vida… o los cuatro angelitos y la despedida era siempre “hasta mañana si Dios quiere y que sueñes con los angelitos” y así día tras día. En mi familia fueron los comienzos de mi despertar religioso pero también fueron otras las personas destacadas que me ayudaron a ello con el paso de los años. Una de ellas fue mi catequista de comunión y la otra persona fue mi maestro de religión Manuel que me ayudó y acompañó con este descubrimiento durante toda la etapa de la Educación Primaria y del que tengo muchos y muy buenos recuerdos que me marcaron y ayudaron crecer bastante como persona. Desde pequeña iba a misa los domingos, a catequesis para recibir los sacramentos, participaba en las actividades que había en la Iglesia. Poco a poco y a lo largo de todos estos años he vivido diferentes experiencias religiosas y he recibido los sacramentos del Bautismo, la Comunión y la Confirmación. Gracias a las personas que me han acompañado en mi desarrollo integral hoy tengo una gran estructura como persona y me llena de orgullo haber tenido a personas a mi lado que me hayan ayudado en el descubrimiento de la fe cristiana.

  54. Mi despertar religioso, puedo decir que comenzó desde pequeñita cuando mi madre me daba las buenas noches y rezábamos las típicas oraciones infantiles, “Ángel de la guarda” “Jesusito de mi vida “… dándole gracias al Señor por regalarnos un día más.
    En mi infancia me regalaron “Mi primera Biblia” cuya lectura me resultaba muy enriquecedora.
    Mi abuela también ha sido y es un referente en mi religión, ya que es muy creyente y sus bendiciones siempre me acompañan.
    Posteriormente, mi entrada en un colegio religioso desde los 5 años hasta la salida para la universidad, ha influido favorablemente en mi creencia religiosa y me ha permitido adquirir unos valores fundamentales. En clase la oración estaba presente cada mañana. Acudíamos a la Capilla con frecuencia, celebrábamos el mes de mayo “mes de la Virgen”, la Semana Ignaciana y la Semana de la Solidaridad las cuales recuerdo positivamente.
    Por último, añadir que mi fe y creencia religiosa se ha ido incrementando a lo largo de los años y ha contribuido a formarme como persona.

  55. En relación a mi despertar religioso no puedo decir la fecha exacta en la que se produjo, pues era muy pequeña, pero sobre todo, mis abuelas, mi tía y mi madre me han enseñado el camino de la religión católica.
    Antes de nacer, mis padres tenían en mente dos nombres para mí: Elena o Fátima. Debido a que mi madre tuvo un embarazo complejo, decidieron ponerme Fátima, pues ella es muy creyente de esta virgen y todo había salido bien.
    Cuando era pequeña, solía ir a misa con mi abuela materna o con mi madre. Un día, mi abuela me dijo que pertenecía a la cofradía “Hijas de María”. A partir de ahí, comencé a asistir más veces a misa e incluso, algunas veces, ayudaba al cura de mi pueblo. También, he participado algunas veces en las procesiones de Semana Santa, de nazareno. Además, yo y mi madre rezábamos todas las noches “Jesusito de mi vida…”
    Después, comencé catequesis me enteré que mi madre era “Hermana del Sagrado Corazón de Jesús”, “Hermana de Fátima” y “Hermana de Nuestra Señora de los Dolores”.
    A los 11 años, asistí con mi tía y un grupo de personas al camino de “Las Cruces”. Lo recuerdo con especial estusiasmo, ya que me desperté a las 6 de la mañana, me puse unas zapatillas de deporte y estuvimos andando hasta, aproximadamente, las 11 o 12 del mediodía.
    Al caer mi abuela paterna enferma, me iba los domingos por la mañana a su casa y allí estaba ella, sentada en su sillón, escuchando la misa en la televisión.
    Por último, estuve en las sesiones de catecumenado para confirmarme y allí, aprendí mucho, pues la catequista hacía las reuniones muy amenas.

  56. ¿Mi despertar religioso?
    Es una pregunta bastante difícil y más para mí que tengo una pésima memoria.

    Según mi forma de entender la religión este día viene marcado por mi bautizo y poco a poco ha ido creciendo con el paso del tiempo.

    La verdad es que con mi abuela no he tenido muchos momentos de ir a misa, rezar y esas cosas puesto que no vive en la misma ciudad que yo, pero siempre he tenido a mi madre que ha sido la que se ha encargado de guiarme según el camino de Jesús.

    Otro momento que destacaría sería cuándo empecé en los Grupos de Amistad del colegio Nuestra Señora del Carmen en 6º de primaria. La verdad que gracias a ellos tanto de niña como de monitora puedo decir que he crecido mucho más de lo que podría llegar a imaginar como persona. Ahora por las circunstancias de la vida los he tenido que dejar pero estoy segurísima de que algún día volveré porque realmente merecen la pena.

    También me han marcado el tiempo que estuve en el coro del colegio Nuestra Señora del Carmen llamado Mosebey.

    No sé si estaré yendo más o menos rápido pero de lo que sí que estoy segura es de que siempre que pueda intentaré sacar un rato para mí crecimiento personal.

  57. Mi familia desde bien pequeña, me han inculcado muchos valores cristianos, ya que todos son creyentes. Recuerdo cuando mi abuela materna del pueblo, rezaba por las noches conmigo en la cama “Jesusito de mi vida” “Cuatro esquinitas tiene mi cama” “Padre Nuestro”…
    Mis abuelos paternos, los domingos me llevaban a misa en la Parroquia de la Santísima Trinidad, yo iba con mucha ilusión porque ellos me decían que era la casa de Dios, nuestro padre del cielo. Allí fui bautizada, hice la catequesis y la primera comunión.
    Además mi madre tiene mucha fe cristiana, y varias veces he ido con ella hacer ofrendas. Decir que yo hasta hace poco he tenido un cuadro de la Virgen puesto en mi habitación que me lo puso mi madre, desde edad temprana. Y una figura del niño Jesús que me regalaron por la comunión y que aún conservo en la mesita de noche. También en la misa del Gallo iba a darle el beso en el pie al niño Jesús.
    Yo he estado realizando mis estudios desde Primaria hasta Bachillerato en el Colegio Virgen de Guadalupe, por lo tanto siempre he tenido presente la religión y muchos actos se han hecho en honor a la Virgen. Todas las aulas están ambientadas con crucifijos y cuadros religiosos, con todo esto quiero decir que mi fe se ha ido incrementando, gracias a todos ellos.

  58. Ni he asistido a un colegio religioso, ni en mi familia son muy devotos. Pero si que estoy bautizada, recibí la comunión y posteriormente me confirmé. Podría decirse que todo empezó en el colegio, donde había un crucifijo, y pasaba mucho tiempo mirándolo intentando pensar en qué es lo que le había pasado a aquel hombre que esta allí colgado de aquel palo, si estaba allí por hacer algo malo… En el colegio público al que yo asistí no se trataba mucho el tema religioso solo en la hora de religión, donde yo me aburría muchísimo por que solo leíamos la biblia.
    Mi despertar religioso tubo que ver con una amiga de la infancia. Su familia, a diferencia de la mía era muy católica, incluso un tío de ella era sacerdote. Cada vez que iba a su casa, podía respirar ese aire católico que se daba por todas las habitaciones. Pasamos muchos años juntas, y yo me sentía muy a gusto compartiendo sus creencias y con las historias de un señor llamado Jesús que nos contaba su tío. Al final de la primaria empecé a ir a misa los domingos, algunos con mi abuela, otros con mi amiga y su familia. Incluso llegue a aprenderme todo lo que se decía en misa, que iba antes del padre nuestro, después de las lecturas… Y cuando llegamos al instituto, mi profesor de religión era un hombre super humilde y cercano, siempre contento, y yo quería ser como él, siempre alegre y dispuesto a ayudar a todos.
    Cada fin de semana participaba en las juventudes cristianas de la parroquia de mi barrio, con mi pandilla de amigos, y de ahí pasamos a los grupos de confirmación, donde conocí a personas encantadoras y ha personas no tan encantadores. Me confirmé, he incluso me atreví a ser catequista pero ahí empezó mi crisis religiosa. Los últimos años he estado un poco alejada de la religión, no se si por temor a lo que podía encontrar o por pereza a conocer más o simplemente por que me cansé de todo lo religioso. Ha sido a través del curso y de las prácticas de éste año en un colegio religioso donde he vuelto a reencontrarme con ella. Mis preguntas siguen estando ahí, pero hoy por hoy estoy segura de que pronto encontrarán respuesta.

  59. Con respecto a este tema, desde bien pequeña mi familia, incluyendo tanto a mis padres, como mis abuelos, tíos etc me fueron introduciendo en la vida religiosa. Mi primer contacto con este mundo fue cuando me entregaron a la iglesia con mi bautizo y posteriormente con mi primera comunión.
    También puedo recordar cuando iba a ver a mi abuela por vacaciones, me llevaba a misa con ella todos los domingos y me rezaba y enseñaba las típicas oraciones así como “jesusito de mi vida…”, “el padre nuestro”, “el ave maría..”etc.
    Y para finalizar, a medida que he ido creciendo mi fe cristiana ha ido aumentando y he aprendido a ser más autónoma y a elaborar mis propias respuestas en la vida diaria.

  60. Sinceramente y tras comentarlo con mis padres y abuela, no recordamos muy bien como fue mi “despertar religioso” aunque tal como me contaban,desde que nací me han estando inculcando aspectos religiosos de uno u otro modo.
    Yo recuerdo que desde muy pequeña incluso antes de escolarizarme cada noche rezaba el famoso “Jesusito de mi vida” junto ami madre y así me quedaba dormidita.
    Con 3 añitos entre en un colegio religioso donde a las 8 de la mañana se rezaba el “Padre nuestro” y”Dios te salve María” mirando a un crucifijo situado justo encima de la mesa del profesor y el cuadro de la virgen encima de la pizarra.
    También quiero recordar que cada día y en orden de lista leíamos una oración donde todos éramos participes. Para cada festividad del colegio se celebraba una misa en honor al patrón (San Francisco Javier) y por supuesto veladas donde representábamos el portal de belén en navidad (yo siempre me vestía de pastorcita) , tomábamos la ceniza el miércoles después de carnaval etc.
    Antes de la primera comunión todos los domingo las madres nos ponían guapas/os y nos íbamos a la misa de las 12:30 en la parroquia de la “Hermosa” donde cantábamos, hacíamos ofrendas, leíamos oraciones y lo pasábamos muy bien mi grupito de amigos y yo.
    Después comencé la catequesis y me confirmé.
    Me considero una chica católica pero francamente no soy muy practicante.
    Hace aproximadamente un año fui a visitar el monasterio de Guadalupe que por cierto es una pasada, ¡me encantó!
    Cabe decir que me considero muy afortunada de ser cristiana y en un futuro poder transmitir a los pequeños la fe religiosa que me trasmitieron ami.

  61. Recuerdo con nostalgia cuando mi abuela me dormía con cánticos y oraciones muy dulces.
    Mi familia desde pequeñita me ha transmitido la fe, llevándome a la Iglesia los domingos para ver a la Virgen, por ejemplo. Recuerdo esos días en los que también nos juntábamos la familia posteriormente para charlar y comer juntos. En mi casa siempre que ha habido algún problema nos hemos aferrado a la Iglesia e igualmente, cada vez que ha habido un acontecimiento importante y alegre. Como acto de agradecimiento llevamos flores.
    Para mí lo más importante de como he ido formando mi fe ha sido que a la vez he ido adquiriendo valores para mí fundamentales e importantes para más que poder ser buena persona (ya que esto es muy subjetivo), poder estar a gusto y en paz con uno mismo, sabiendo respetar a los demás, ayudándoles cuando sea necesario sin esperar nada a cambio, etc. pero el valor más importante ha sido el de FAMILIA y el de estar unidos a pesar de las dificultades.

  62. Aunque yo no lo recuerdo muy bien, supongo que comenzó con mi bautizo. No lo tengo muy porque seguramente en ese momento no era ni consciente de ello.

    Estoy totalmente seguro de que fue cuando entre en el colegio, ya que era católico. En él nos solían hablar de la biblia, de Jesús, de maría y de Dios. La religión se tenía muy presente en todas las actividades que se hacían. De los pocos recuerdos que tengo es que nos solían llevar a una pequeña capilla que había en el colegio para rezar, y que no fue hasta que ya era más mayor cuando entre por primera vez en la iglesia.
    Pero no fue solo en el colegio donde comenzó mi despertar religioso, creo que sobre todo fue porque mi madre mi llevaba todos los domingos a la parroquia de al lado de mi casa. Allí participaba en muchas de las actividades que hacía y sobre todo me acuerdo del nombre del cura “Don Julián” un cura que intentaba acercarse siempre a los niños.

    Con el tiempo hice la comunión y de más mayor tomo me propia decisión de hacer la confirmación.

    Después continué en mi parroquia con un grupo de jóvenes donde comentábamos nuestras experiencias, pero con el tiempo fui perdiendo ese espíritu religioso.
    Hoy estoy intentando reencontrarme con ese espíritu religioso, para poder trasmitírselo a los niños si algún día soy maestro.

  63. Mi familia siempre ha sido religiosa, pero a mi temprana edad no recuerdo como comenzó mi despertar religioso. Mi madre siempre comenta que al nacer siempre llevaba conmigo la virgen del Rocío.
    Posteriormente me bautizaron, y entré en el colegio concertado de Olivenza “Sagrado Corazón de Jesús”, en el cual “Don José, era cura fundador de este colegio. Aquí había una capilla e iba a dar misa y a dar gracias a Dios por muchos acontecimientos. Siempre he hecho diversas actividades dentro de él, recuerdo en el portal viviente vestirme año tras año de pastora, que me gustaba mucho.
    Después hice la comunión y estoy confirmada con la idea de que cuando tenga tiempo ser catequista.
    En mi casa siempre mi madre y mi abuela han hablado de la existencia de Dios y creen firmamente en él por lo sucedido en Olivenza: el milagro de el arroz de Don Luis, y porque a mi abuela en su vida se le apareció dos veces la virgen.
    Día tras día me han enseñado y educado en mi despertar religioso por eso puedo decir que hoy en día creo en Dios, aunque algunas veces me surgen dudas porque no comprendo lo injusta que es la vida y que esta persona no pueda hacer nada.

  64. Mi despertar religioso surgió ya hace unos cuantos años. Cuando todavía no tenía conciencia de mi misma, mis padres me bautizaron y aunque no lo recuerde, creo que fue ahí donde comenzó mi despertar religioso.
    Recuerdo en mi infancia como mi madre y mi tía me cantaban las típicas canciones infantiles que tanto me gustaban “cuatro esquinitas” y”Jesusito de mi vida” algunas noches antes de ir a dormir.
    Desde siempre me han inculcado la religión cristiana en mi casa, todos los domingos acudía a misa de 12 con mis amigas con mucha ilusión. Después de ésta siempre íbamos a comprar chucherías y así disfrutábamos de las mañanas del domingo.
    Por otro lado, desde bien pequeña en el colegio me impartían clases de religión.
    Fuera del colegio asistía a otras actividades como, catequesis, el coro de la iglesia y me encargaba también de repartir la “hojita parroquial” a los vecinos del pueblo con una amiga.
    Con el tiempo fui perdiendo ese espíritu religioso, aunque hoy en día sigo siendo creyente no soy muy practicante.

  65. Mi despertar religioso comienza con mi familia, ya que desde pequeña rezaba todas las noches con mi madre. Mi abuela iba todos los domingos a misa y mi hermano y yo ibamos con ella. También decir que mi colegio era religioso, Sagrado Corazón de Jesús, de Olivenza y por lo tanto la figura de Jesús la teniamos muy presente, en todas las aulas encima de la pizarra recuerdo que habia y HAY una cruz y a la Capilla ibamos una vez a la semana a primera hora.
    El bautismo fue mi primer sacramento, que aunque no era consciente de ello hoy día yo pienso casarme por la Iglesia y bautizaré a mis hijos.
    Espero seguir creciendo como persona.

  66. Mi despertar religioso ha sido desde pequeña, mis padres me han contado que cada noche antes de dormirme me sentaba en la cama con mi madre y rezabamos juntas la oración de “Jesusito de mi vida” y “Cuatro esquinitas tiene mi cama” y al finalizar la oración le daba un beso a la figura del niño Jesús que tenía en la mesilla y que ha día de hoy la sigo teniendo. En definitiva, gracias a mi madre me aprendí las oraciones, que ha día de hoy no se me han olvidado.
    Me considero una persona católica, desde los 3 años he estudiado en el colegio San Francisco Javier y nos han inculcado mucho sobre el tema de la religión. Recuerdo que todos los días se rezaba el “Padre Nuestro” y ha medida que íbamos avanzando de curso cada día leíamos oraciones. Además siempre que había alguna fiesta o ha sido el aniversario del patrón del colegio se ha realizado una misa.
    Desde que comencé con la catequesis todos los domingos iba a misa y participaba a la hora de cantar,leer, etc pero una vez que hice la confirmación deje de ir a misa y solo voy cuando la ocasión lo requiere. Puedo decir que ha día de hoy sigo siendo creyente pero soy muy poco practicante.

  67. Tras estar reflexionando sobre mi despertar religioso y consultarlo con mi madre, me doy cuenta de que me inicié muy tempranamente en la religión católica.
    De pequeña, al irme a la cama mi madre me rezaba el “Padre Nuestro”, y seguidamente me hacía la señal de la cruz.
    En el momento de la ducha, al vestirme me rezaba la oración del “Bendito” y yo me quedaba boba observándole.
    Cuando llegaba la navidad en el colegio (centro religioso) al que asistía, se hacía una representación del portal de Belén, me vestía de pastorcita junto a mis compañeros y a mis hermanos, y era un día que me hacía mucha ilusión.
    Al llegar la Semana Santa, me vestía de nazareno en una de las cofradías. Empecé llendo en el carrito cuando aún no andaba, seguí de la mano de mis hermanos (también se vestían), y luego sola, hasta hoy día.
    Con respecto a los sacramentos me inicié con el bautismo, a los nueve años recibí la comunión (esta etapa la recuerdo con mucho cariño, iba a misa los domingos y compartía buenos momentos con mis amigos y amigas llendo a la catequesis), y por último decidí confirmarme.
    Para finalizar he de decir que aunque voy poco a misa, soy creyente, y el salir de penitente en Semana Santa me reconforta.

  68. No recuerdo mi despertar religioso, no me recuerdo en mi bautizo ni de ningún momento vivido en el que reinara lo religioso, pero si que tengo muchos recuerdos de ellos, me veo en mi bautizo y si que quizás me enseñarian oraciones, porque ahora hacen eco y las sé desde muy chica, pero nada concreto y todo abstracto, que si los reconozco son por los recuerdos, (fotos, anécdotas contadas…). Pero sí que recuerdo un momento clave, a mis 8 años mi madre me hizo una pregunta. ¿quieres hacer la comunión? no supe que contestar, ella rompió el silencio y me dijo, hija no pasa nada porque no quieras hacerla, aunque estes bautizada, o la hayamos hecho todos, yo lo que quiero es que tengas tus propias creencias aunque por el seno familiar estés influenciada. Yo viví aquello como ¿por qué no hacerla yo? todo el mundo mayor que yo de mi alrrededor ha hecho la comunión. Dije que si, con 8 años te guias por influencias, no tienes motivos como podrias tenerlo ahora para hacerlo o no, pero al tener religión en el colegio y tener una familia con fé, construyes tus propias ideas. hoy no me arrepiento dado a que me formé mis ideales como una persona creyente, pero no practicante.

  69. Exactamente el primer recuerdo que tengo fue cuando me preparé para la Primera Comunión con las catequesis, las lecturas que hacíamos los domingos ya en misa, las oraciones, lo que me costó aprender “El Credo”, recuerdo como mi tía no me dejaba salir a jugar hasta que no me lo aprendiera bien, se me olvidaba, no era capaz de retenerlo en la memoria… Aunque recordando, recordando años más atrás, también cuando en el colegio que era público, siempre antes de empezar las clases rezábamos un padre nuestro, un Dios te Salve María, y otra oración que no recuerdo bien. También en el comedor, antes de empezar a comer, nos poníamos en pie y rezábamos: “Bendice, Señor estos alimentos que vamos a comer, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Antes de que llegara la Semana Santa la maestra nos decía que lleváramos flores para poner a la Virgen que teníamos en la clase, en el CP de San Benito de la Contienda y también se rezaba y se ponían flores cuando ya pasé al CP de Olivenza. Y bueno ya por la noche no me dormía si no rezaba antes una oración. Me gustaba mucho cuando hacíamos el portal Viviente también en el colegio. Mi madre me hacía el traje de pastorcilla. Recopilando un poquillo pues soy creyente y lo seré siempre, aunque no vaya a misa, con frecuencia, por no encontrar hueco, por no organizarme, por los niños, por los estudios, por el trabajo, en fin. Mi trayectoria creyente ha sido: Bautismo-Comunión-Confirmación-Matrimonio por la Iglesia.

  70. Mi despertar religioso comenzó en mi familia, ya que todos son creyentes y buena parte de ellos practicantes. Mi familia siempre se ha aferrado a Dios y en su creencia en momentos malos de la vida, al igual que agradecen todos los momentos buenos y de festividad. Estos hechos han influenciado fuertemente en mi. Recuerdo mi despertar religioso con mi madre. Rezaba conmigo antes de dormir todas las noches y me explicaba que había que dar gracias a Dios por la vida que teníamos. Por otro lado estaban mis abuelas, me explicaban sobre todo la vida de los santos, entre otras cosas porque soy muy curiosa y cada vez que les oía hacer referencia a alguno yo preguntaba. He de decir que me sorprendía esas vidas y que mis abuelas intentaban explicarme la fé, aunque a mi me sonaba todo un tanto extraño.. Por último mi tia que también es mi madrina de bautismo y ella siempre a cumplido con su rol. A día de hoy sigue intentando guiarme y resolverme dudas. Recuerdo a través de estas cuatro personas mi despertar religioso y gracias a ellas he formado mi persona formando gran parte de ella mi pensamiento religioso.

  71. Mi despertar religioso, mi educación en la fe, comenzó a estar presente en mí en edades muy tempranas, desde bien pequeña, con seis años de edad aproximadamente mis padres me iniciaron a creer en la fe, a conocer la figura de dios como padre nuestro, y a Jesucristo como amigo nuestro, a rezar por las noches, a santiguarme, etc. A medida que iba creciendo como persona mi educación en la fe se ha ido afianzando, recuerdo que durante la infancia asistía a misa todos los domingos, y a catequesis como tradición, posteriormente participé por primera vez en el sacramento de la Eucaristía recibiendo la Comunión, y pasados un par de años actué en un segundo sacramento, la Confirmación. Todos ellos los recuerdo como momentos muy importantes y significantes para mí.
    Además, recuerdo viajes que he hecho con la familia para visitar la virgen de Guadalupe, la virgen del Rocío, la virgen de Dolores…
    A lo largo de mis 22 años la religión sigue presente en mí.

  72. Se me vienen a la mente muchos recuerdos de mi despertar religioso.
    ¡Cómo pasa el tiempo! recuerdo con cariño a mis dos abuelas, que marcaron mucho mi despertar religioso.
    Mi madre me enseñó oraciones como”Jesusito de mi vida”, “ángel de la guarda…”
    En el cole desde infantil dábamos los buenos días a Jesús a través de oraciones y cantos.
    El día de mi primera comunión lo recuerdo con mucha ilusión.
    A día de hoy formo parte de la Pastoral Universitaria en la parroquia Perpetuo Socorro, todos los domingos nos reunimos un grupo de estudiantes donde compartimos nuestras experiencias.

  73. “Mi Despertar Religioso” en mi recordar fue muy temprano ya que en mi barriada hay una mujer que pone la Cruz de Mayo en su casa.
    Allí en mi barrio todos los vecinos van allí a rezar mientras que ella lo tiene puesto.
    Mi abuela me llevaba con ella y yo veía como la gente rezaban y como cantaban.
    Un día la mujer que pone la Cruz que se llama Flor me enseñó una canción cuando yo sólo tenía tres años. La canción que me enseñó es la de “Con Flores a María…”
    Con esa edad yo la cantaba porque todas las vecinas me decían que bien lo hace, que guapa eres y encima me daban monedas para mi hucha.
    Pero al poco tiempo, más o menos a los cinco años, vi que eso era bonito y que tenía algo más de fondo, aunque yo todavía no sabía que era.
    Con esta edad empecé a iir a casa de Flor todos los años por Mayo para ayudarle a colocar los santos, a colocar las flores y adornar todo.
    Además entrar allí me daba tranquilidad y me gustaba mucho cuando quedaban todas las vecinas por la tarde a una hora determinada y rezaban muchas oraciones y cantaban.

  74. En realidad no recuerdo exactamente cómo o cuándo fue mi despertar religioso, pero lo que sí recuerdo es que mi madre, desde bien pequeña, me enseñaba a rezar, me cantaba canciones religiosas, y los domingos iba con mis padres y hermano a misa. En el colegio cuando llegábamos y nos íbamos rezábamos el padre nuestro todos los días delante del crucifijo, y poco a poco y casi sin darme cuenta llegó la comunión (de la que guardo muy buenos recuerdos), la confirmación….y, bueno, hasta el día de hoy. También asisto desde pequeña a la romería de la Virgen de la Vega, patrona de mi pueblo, y a las fiestas en su honor.

  75. Tras varios momentos de meditación y de preguntarle a mi madre, mi despertar religioso comenzó desde muy pequeñita, cuando todos los domingos iba a misa con una vecina de mi misma edad, Laura. Cuando estábamos en misa siempre me gustaba sentarme al lado del coro y escuchar sus canciones porque me parecían muy bonitas por lo que poco tiempo después decidí apuntarme.
    También recuerdo que todas las noches mi madre y yo rezábamos juntas el “Jesusito de mi vida” además de otras oraciones que me enseñaba.
    Cuando me confirmé me metí en un grupo de jóvenes en el que realizábamos muchos aspectos relacionados con la religión.
    Por último decir que como lugares relacionados con la religión o edificio religioso he visitado Fátima.

  76. Exactamente no sé cuando comenzó mi despertar religioso, pero sé que me lo inculcaron desde chica mis padres.
    A los 3 años decidieron llevarme a un colegio religioso y he permanecido en el hasta los 18. En el colegio rezábamos todas las mañanas, y asistíamos una vez a la semana a misa. Me encantaban las celebraciones religiosas del colegio, como el día de la Inmaculada, el miércoles de ceniza… y me encantaba participar en ellas. Y algo que no se me va a olvidar son las convivencias religiosas que teníamos una vez al año en diferentes lugares, sobre todo una que tuvo lugar en Valladolid durante la celebración de la Semana Santa.
    A parte en casa también estaba presente. Mi madre me llevaba todos los domingos a misa y rezábamos juntas por las noches.

  77. Mi despertar religioso comenzó en mi entorno familiar desde muy pequeñita, con mi bautizo, cuando rezaba antes de irme a dormir, cuando iba a misa los domingos con mi madre y con un poquito más de edad quedaba con mis amigas y todas nos dirigíamos a la iglesia.
    En el colegio, cuando se impartía la asignatura de religión, al comenzar la clase todos rezábamos juntos el “Padre Nuestro”, o cantábamos canciones a la Virgen ya que cuando llegaba Mayo, colocábamos una imagen de la Virgen y le poníamos flores a su alrededor, y cada día le cantábamos canciones.
    En segundo de primaria comencé a ir a catequesis para prepararme para mi Comunión, y años después para mi Confirmación.
    Año tras año, me gusta asistir a las procesiones de Semana Santa en mi pueblo, Cabeza del Buey, y desde muy pequeña seguía todo el camino hasta que acababan de la mano de mi madre, y muchas veces me cuenta que había ratos que me quedaba dormida pero yo quería seguir hasta que terminaran.
    En este tiempo de prácticas, hemos salido del colegio para ir a la iglesia y visitar a nuestra virgen de Belén la patrona de Cabeza del Buey, a los niños les encantaba prepararse las canciones para después cantarle a la virgen y todos estos momentos me han hecho recordar todos esos acontecimientos vividos cuando yo era pequeña.

  78. Mi despertar religioso comenzó desde muy pequeña, con una de mis abuelas. Ella vive en un pueblo pequeñito y cada vez que me quedaba allí los fines de semana me llevaba a misa, por las noches rezábamos juntas antes de dormirme y al levantarme lo mismo. Siempre me ha hecho ver que siempre está ahí Dios para apoyarnos en él, al igual que se lo ha transmitido a sus demás nietos.
    El patrón de ese pequeño pueblo, San Onofre, siempre lo hemos vivido con gran devoción, y eso se transmite de generación en generación.
    Me acuerdo también que en la Educación Infantil rezábamos mucho (teníamos una maestra muy mayor, no sé si esto influía). Sí es verdad que mi colegio no era religioso, pero aún así siempre ha estado Dios inmerso en cada clase, aunque fuera de manera inconsciente.
    Posteriormente, con la catequesis, ese amor por Dios fue aumentando, hasta el día de hoy. La catequista que tuve antes de hacer la primera Comunión, nos hacía ver cómo debíamos vivir unos con los otros, cómo comportarnos dentro y fuera de casa, haciendo siempre la comparación de cómo Jesús dio la vida por nosotros.

  79. Realmente no recuerdo cuando tuvo lugar mi despertar religioso, pero desde muy pequeña me iniciaron en la fe. Recuerdo a mis abuelas cantándome canciones y contándome anécdotas de la vida de Jesús y haciendo comparaciones de mis actos con ésta. Me enseñaban las oraciones, me llevaban a misa todos los domingos junto a mis primos mayores…
    Mi madre era quien rezaba cada noche conmigo al acostarme y ese momento era el de dar las gracias a Dios (por lo que tenía, por lo acontecido en el día…).Me transmitieron que Dios siempre está ahi, en lo bueno y en lo malo.También en mi familia hay mucha devoción a la Vírgen del Rocío y a la patrona del pueblo, la Vírgen de Flores, y ésto es algo que se transmite de generación en generación.
    Mi colegio no es religioso, pero cada mañana al entrar rezábamos, cantábamos y hacíamos peticiones.
    Antes de hacer la comunión ya pertenecía a un grupo de catequesis, después de hacerla empecé a formar parte del coro parroquial y a ir a diferentes convivencias cristianas, en ellas además de conocer a gente nueva que compatía mis creencias nos transmitían que la iglesia también era algo de jóvenes, que las misas y las celebraciones religiosas no son sólo cosa de gente mayor y no hacían partícipes de ellas.
    Seguimos en grupo de catequesis hasta que empezamos a estudiar en la universidad, ahí profundizamos en el conocimiento y el amor por Dios.
    A día de hoy, no pertenezco nada más que al coro parroquial. pero intento vivir de forma cristiana, de amor a Dios y al prójimo.

  80. Personalmente, guardo varios recuerdos vagos del despertar religioso en mi vida… Siendo ya un bebé de pocos meses, mi abuela me recitaba rezos que aún hoy conservo: “Cuatro esquinas tiene mi cama…”, “Padrenuestro”, “Gloria”… rezos que de una manera u otra al escucharlos en boca de alguien, siempre me han sido familiares. Además desde muy pequeña iba con mi madre a misa los domingos para celebrar la Eucaristía.
    Unos años después de recibir la Comunión, con 10 años aproximadamente, entré a formar parte de los grupos de fe (ADS: Amigos de Domingo Sabio) que se celebraban en el colegio Salesianos de Puebla de la Calzada, donde estudié hasta 4º ESO. Mediante estos grupos de fe y las convivencias, entendí la fe y la religión de una forma diferente y más clara. De hecho después de recibir formación durante años por varios animadores, ha cambiado mi papel, llevo dos años siendo yo animadora junto a otros animadores, y transmitiendo a los niños y niñas de forma lúdica y motivadora lo que yo he recibido.

  81. Mi despertar religioso comenzó en el seno familiar, puesto que fue mi madre quién me enseñó las primeras oraciones como “Jesusito de mi vida”, “Cuatro esquinitas tiene mi cama”, “El padre nuestro”… las cuáles rezaba con ella todas las noches antes de dormir. Asistía a misa todos los domingos con mi madrina desde bien pequeña y cuando hacían excursiones organizadas por las catequistas y el cura mi madrina y yo siempre íbamos.
    La enseñanza religiosa comenzó a los 6 años, en el Colegio de mi pueblo, San Benito de la Contienda.
    Otro aspecto que quiero resaltar es que en mi familia tenemos por costumbre visitar la Virgen del Rocío todos los veranos al regresar de las vacaciones en las playa.

  82. Mi despertar religioso comenzó bien pequeñita, no podría situarlo en un momento exacto de mi vida pero si puedo recordar grandes vivencias gracias a ello.
    Mi familia, a la que considero mi primera y fundamental educadora de este despertar religioso, me inculcó desde el primer día la fe católica. Me quedaba en casa de mi abuela a dormir para asistir a misa los domingos por la mañana puesto que mis padres no podían por cuestiones de trabajo, visitaba otras iglesias, rezábamos todas las noches antes de acostarnos las oraciones que nos repetían nuestros familiares y profesores en el colegio una y mil veces hasta aprendérnosla: ‘Jesusito de mi vida’, ‘Padre Nuestro’, ‘Ave María’, etc…
    En el ámbito escolar, en ‘Religión’ llevábamos a cabo rezos, actividades relacionadas con la vida de Dios, debates con los compañeros…
    A los 8-9 años pertenecía a la parroquia de mi barrio, en la cual hicimos convivencias, reuniones en las que cantábamos, rezábamos, hacíamos viajes a otras parroquias para conocernos entre todos los integrantes…
    También, después de un tiempo acudiendo a catequesis, recibí mi Primera Comunión, lo recuerdo como un gran día rodeada de seres queridos. A partir de ahí, iba con mi grupo de amigas a misa los domingos.
    Con todo ello quiero decir, que mi despertar religioso fue a una edad temprana y día a día se ha ido desarrollando hasta actualmente junto a mi persona. Me gusta tratar el tema con personas de mi entorno y, el día de mañana, con mis futuros alumnos.

  83. He estado pensando cuál fue el momento de mi despertar religioso y sinceramente no podría decir una fecha concreta.
    Mis primeros recuerdos son a la hora de dormir, en la que mi madre me enseñaba oraciones como “Jesusito de mi vida” . También desde mi primer año de colegio la maestra nos enseñaba canciones religiosas al entrar y una vez en primaria, todas las mañanas en la fila rezabamos todos los cursos juntos el ” Padre nuestro”. Posteriormente, con la catequesis,dónde la catequista era mi madre, ese amor por Dios fue aumentando hasta el día de hoy.

  84. Al meditar sobre mi despertar religioso no sé en qué momento de mi vida se produjo exactamente, supongo que sería el día de mi bautismo, en el que mis padres como religiosos decidieron llevarme ante Dios para emprender mi vida como cristiana. Por eso, puedo decir que comenzó en el seno familiar. Recuerdo desde muy pequeña rezar con mi abuela materna antes de dormir, yo me quedaba en su casa muchos días porque dormíamos en la misma habitación y eso me hacía mucha ilusión, siendo sincera en la actualidad lo sigo haciendo en ocasiones. Cuando las dos nos íbamos a la cama, me enseñaba “Padre nuestro…”, “Jesusito de mi vida…”, “Cuatro esquinitas tiene mi cama…” y para finalizar nos decíamos “Hasta mañana si Dios quiere”. Recuerdo con añoranza todos esos momentos.
    También me acuerdo de mi colegio que a pesar de no ser religioso, rezábamos con frecuencia con mi maestra de Educación Infantil y que en la clase siempre estaba presente Dios, no sé si es porque era una mujer mayor o no.
    Más tarde, comencé la catequesis hasta llegar a mi comunión. Recuerdo ir a misa con mis amigas e incluso participar en el coro de la iglesia cantando.
    Finalmente, seguí con el catacumenado hasta la confirmación, estando siempre presente Dios en mi vida.
    En definitiva, puedo decir que mi despertar religioso comenzó siendo muy pequeña y que siempre he tenido presente a Dios.

  85. Es difícil recordar la infancia, aunque las experiencias vividas en ella son las que marcan nuestra forma de concebir el mundo.
    No obstante, mi despertar religioso se ha desarrollado sobretodo con mi abuela, que era con la que pasaba la mayor parte de mi tiempo, ya quemis padres son católicos pero no muy practicantes. Desde muy pequeña me enseñó las oraciones, a rezar con un sagrario y me llevaba a misa todos los domingos. También, ella tenía mucha fe en la virgen del pueblo, “Ntra. Sra. de la Antigua” y así me lo transmitió a mi también.
    Con el paso del tiempo, me fui haciendo mayor y empecé a tener mi propia fe, pues iba a catequesis, colaboraba en actividades celebradas en la Iglesia, celebraba todos los sábados las oraciones de los jóvenes, etc. , hasta hacer la comunión.
    Posteriormente, continué yendo a catequesis porque decidí que también quería confirmarme.
    Y tras ello, dejé de practicar mi fe, quizás por dejadez.

  86. Pienso que es difícil decir el momento exacto en el que comenzó mi despertar religioso, pero sé que fue durante mi infancia, ya que tengo algunos recuerdos referentes a ello.
    Unos de los primeros momentos que recuerdo, son todas las noches en las que rezaba junto a mi madre antes de irme a dormir.
    También recuerdo mis primeros años de colegio, en los que rezábamos a la entrada y a la salida de clase. Además de las representaciones teatrales que realizábamos en las fechas navideñas, las cuales me hacían mucha ilusión hacer.
    Otro de los momentos que han marcado y han influido en mi despertar religioso ha sido mi primera comunión, la cual celebré con gran alegría junto a mi familia, y en la que después de ésta, siempre asistía a misa los domingos. Y seguidamente, realicé la confirmación. Ambas celebraciones, fueron después de varios años de catequesis, en los que he recibido muchos conocimientos religiosos.
    Además, en mi pueblo (Villanueva de la Serena), la semana santa se celebra mucho, y una de las procesiones que destaca es “la carrerita”, que es la más famosa y emocionante que hay. Por lo que acudo a verla todos los años, y me sigue emocionando año tras año.
    Considero muy importante, la influencia de la familia, para el despertar religioso en la infancia. En mi caso, mi familia me ha influido positivamente hacia la religión, ya que toda ella es creyente. Al igual que todos los maestros que me han impartido religión y me han transmitido todos los conocimientos sobre la vida de Jesús. Gracias a todos ellos, mi experiencia religiosa ha ido evolucionando desde mis primeros años de vida, y sigue haciéndolo a día de hoy.

  87. No soy consciente del día en el que comenzó mi despertar religioso, pero sí estoy segura que fue desde el día que nací, no hay más que ver el nombre que eligieron mis padres para mí.
    Recuerdo como desde pequeña venía a mi cama mi padre o mi madre a rezar conmigo y con mi hermano oraciones como: “Jesusito de mi vida…”, “Cuatro esquinitas tiene mi cama…”, etc. Cuando fui un poco más mayor comencé a escuchar misa todos los domingos con mi familia hasta que hice la comunión, y es ahí cuando tomé la iniciativa de ir por mi cuenta a misa sin necesidad de que me acompañaran mis padres. Posteriormente, reafirmé mi fe en la confirmación.
    Yo no he asistido a un colegio religioso y no creo que sea lo más importante para convertirte en un buen cristiano. He tenido profesores/as muy creyentes y otros/as muy ateos y no me han influenciado en absoluto, al contrario, me han ofrecido dos puntos de vista diferentes, me han razonado siempre su elección y yo libremente he decidido que camino escoger.

  88. No soy consciente del día en el que comenzó mi despertar religioso, pero sí estoy segura que fue desde el día que nací, no hay más que ver el nombre que eligieron mis padres para mí.

    Recuerdo como desde pequeña venía a mi cama mi padre o mi madre a rezar conmigo y con mi hermano oraciones como: “Jesusito de mi vida…”, “Cuatro esquinitas tiene mi cama…”, etc. Cuando fui un poco más mayor comencé a escuchar misa todos los domingos con mi familia hasta que hice la comunión, y es ahí cuando tomé la iniciativa de ir por mi cuenta a misa sin necesidad de que me acompañaran mis padres. Posteriormente, reafirmé mi fe en la confirmación.

    Yo no he asistido a un colegio religioso y no creo que sea lo más importante para convertirte en un buen cristiano. He tenido profesores/as muy creyentes y otros/as muy ateos y no me han influenciado en absoluto, al contrario, me han ofrecido dos puntos de vista diferentes, me han razonado siempre su elección y yo libremente he decidido que camino escoger.

  89. Creo que es realmente difícil poder señalar una día, una fecha exacta, mi despertar religioso se produjo al poco tiempo de nacer, ya que; desde bien pequeña he pertenecido a la Cofradía de la Virgen de la Soledad de Castuera. En mi familia la religión esta siempre muy presente y sobre todo he recibido esta educación religiosa por parte de mi abuela. Junto con mi abuela y padres fui descubriendo y esntendiendo todo lo referente a la religión y sus actividades. Colaborando en las misas (coro, lecturas) participando en las diferentes actividades, cursos de catequesis, para la preparación de la primera comunión, confirmación. Y poco a poco, cuando ya tenía cierta edad y podía reflexionar por mi misma, recapitule toda la información que durante tantos años y poco a poco he ido recibiendo y asi poder seguir y decidir por mí todo lo que puede llegar a aportarme la religión.

  90. Mi despertar religioso nose en qué momento fué, es una pregunta que la respuesta no se sabe con certeza, pero recuerdo que fue desde bien pequeña, porque tanto mi madre como mi abuela ya me lo inculcaban positivamente y con el paso del tiempo mi fé se ha ido consolidando.
    Recuerdo con mucha nostalgia aquellas noches antes de dormir rezabamos mi hermana, mi madre y yo “Jesusito de mi vida” “Padre Nuestro” “cuando salgo de la escuela”… En el colegio también recuerdo mis clases de religión (rezabamos, la profesora nos leia algunos versículos de la biblia, nos ponian videos, debatiamos) las clases eran muy divertidas y entretenidas, al menos es asi como yo lo recuerdo.
    En mi casa todos somos cristianos y muy devotos del Santo Cristo de la Paz, “el patrón de mi pueblo” y han sido ellos quienes siempre me han influido positivamente en la fé y el camino de Dios.
    Cuando era pequeña no faltaba un domingo a misa, después es algo que creo que se pierde y dejas de ir, al menos es lo que nos pasa a los jóvenes, quizás sea porque eras pequeño y te obligaban a ir, pero no creo que porque no vayas a misa vas a creer mas o menos en Dios, es algo que lo llevas por dentro. El que seas creyente y sobre todo tenerle Fé a Dios te hace seguir su camino. Lamentablemente siempre nos acordamos de Dios cuando nos pasa algo y muy pocas veces le damos las gracias por todo lo que nos da y hace por nosotros.

  91. Sería imposible decir una fecha exacta de mi despertar religioso pero imagino que desde el momento de nacer, ya que la religión siempre ha estado muy presente en mi familia.
    Además de rezar oraciones como “Jesusito de mi vida” al irme a dormir; otro recuerdo que tengo es que en el mes de septiembre, cuando celebramos las fiestas de nuestra patrona en el pueblo, tanto mi madre como mi abuela me vestían con el traje de extremeña para llevarle la ofrenda a la virgen. Creo que incluso antes de aprender a andar ya me llevaban a entregar la ofrenda.
    Con la entrada en el colegio el sentimiento religioso fue aumentando, en infantil a través de los teatros y en primaria con la asignatura de religión.
    Tras hacer la comunión decidí formar parte de la Hermandad de Ntra. Sra. de Montevirgen, la patrona de mi pueblo, comence a participar en las actividades de la Iglesia, cantaba en el coro….
    Después de la confirmación esas actividades fueron quedando a un lado, por motivos de estudios principalmente, pero en mayor o menor proporción la religión siempre esta presente en mi vida.

  92. No recuerdo exactamente cuándo comenzó mi despertar religioso, pero sí de algunos detalles concretos…
    Cuando estaba en Educación Infantil, al entrar por la mañana en clase lo primero que hacíamos era rezar “Jesusito de mi vida…”
    En mi casa, los domingos, teníamos costumbre de ponernos la “ropa de los domingos” e ir a misa y, después, pasábamos el día con la familia.
    Mi abuela siempre que no podía ir a misa la veía por la tv, y yo la veía con ella.
    Pedirle dinero a mi madre en la puerta de la Iglesia para, al entrar, encender una vela.
    Después de los carnavales llegaba el Miércoles de Ceniza, iba a la Iglesia junto con mi madre y mi abuela y recuerdo perfectamente el olor del incienso que había ese día.
    Mi profesor de religión en educación primaria ha sido uno de los mejores profesores que he tenido durante toda mi vida. Él sabía cómo llegar a nosotros para transmitirnos grandes valores.
    Con el paso de los años, las costumbres religiosas en mi familia y en mi misma se han ido perdiendo.
    El tema de la religión ha pasado a un segundo plano y, aunque no dejamos de decir “gracias a Dios”, tenemos la esperanza de que las personas que abandonan este mundo y nosotros, el día que lo hagamos, estemos en un lugar seguro y bien acompañados, donde Él nos protegerá.

  93. No sabría muy bien decir que día fue pero si concretar el porque, el porque tiene dos orígenes: Familia y escuela. En mi familia hay partidarios y no de la religión pero ante todo libertad de elección en ese tema, somos una familia católica no practicante, con unos abuelos muy devotos. Por otra parte esta la escuela, donde desde pequeño nos enseñaban a empezar el día rezando.

  94. Recuerdo como todas las noches mi madre y yo recitábamos el <> y a mí me encantaba hacerlo, venía a mi habitación a darme las buenas noches y a arroparme. También <> y <>. Con mi abuela materna he pasado gran parte de mi infancia e iba con ella a misa los domingos y días festivos vestida de “guapo”. Mi abuela paterna, siempre muy creyente, me contaba historias y citas bíblicas y a mí me encantaba sentarme junto a ella y escucharlas, luego me daba dulces para merendar. La verdad que me da nostalgia recordarlo porque veo la gran suerte que he tenido por todo ello y por haber compartido todos esos momentos tan especiales y que siempre serán inolvidables.

  95. Recuerdo como todas las noches mi madre y yo recitábamos el Padre nuestro y a mí me encantaba hacerlo, venía a mi habitación a darme las buenas noches y a arroparme. También Jesusito de mi vida y En el nombre del Padre. Con mi abuela materna he pasado gran parte de mi infancia e iba con ella a misa los domingos y días festivos vestida de “guapo”. Mi abuela paterna, siempre muy creyente, me contaba historias y citas bíblicas y a mí me encantaba sentarme junto a ella y escucharlas, luego me daba dulces para merendar. La verdad que me da nostalgia recordarlo porque veo la gran suerte que he tenido por todo ello y por haber compartido todos esos momentos tan especiales y que siempre serán inolvidables.

  96. Yo no recuerdo mi despertar religioso, tengo que decir que no soy muy religiosa, puesto que me he criado en un seno familiar poco dado a la religión.
    Tengo 43 años y antes cuando entrabas en clase se rezaba todos los días y dabas gracias al señor por todos.
    Con el paso de los años tú haces tu vida a cómo la vives, tengo que decir que he estudiado con monjas en formación profesional, que estoy confirmada y que tengo fe, pero que no la practico.
    Como tú me has dicho que yo tengo más que hablar por tener hijos, tengo que decirte que ellos aprenden de los adultos y son como yo, además los pequeños tuvieron una mala experiencia durante la catequesis y eso tampoco los ha ayudado mucho.
    En mi trabajo, a menudo me enfrento con la muerte, un paso que todos tenemos que dar algún día, pero que en mis circunstancias es a menudo, mi trabajo o parte de intentar dar un poco de calor al alma o al corazón, del que sufre, que generalmente no es el enfermo es el familiar y necesita que escuches y le des calor.

  97. Desde pequeña recuerdo que rezaba todas las noches junto a mi madre antes de dormir, ella me enseñaba oraciones como “Jesusito de mi vida”, “Angelito de la guarda”, “Padre Nuestro”… Me decía que Jesús y la Virgen María estaban en el cielo y que desde allí arriba nos ayudaban, por eso teníamos que agradecerles lo que teníamos. En ese momento, lo entendía como que tenía que darles gracias por las muñecas y juguetes que tenía. Acompañaba a mi abuela a misa algunos domingos y a mi madre que impartía catequesis voluntariamente a otros niños.
    Cuando nació mi hermana era yo la que le enseñaba las oraciones y cantábamos canciones religiosas.
    Al principio, todo lo que me contaban de la vida de Jesús era un cuento para mi, no tenía conciencia de lo que en realidad significa para los cristianos.
    Posteriormente, tengo recuerdos de cuando estaba en el colegio con la maestra de religión, que hacíamos fichas, visitábamos la parroquia y la ermita del pueblo, el monasterio de Guadalupe… Algunos días el cura del pueblo asistía a clase para visitarnos y contarnos cosas acerca de las fiestas religiosas como Navidad, Semana Santa y las patronales del pueblo.
    Los que en realidad me han inculcado valores, principios y a tener fe han sido mis padres t abuelos sobre todo, pero también catequistas, maestros de religión y el cura de siempre de mi pueblo.

  98. La verdad es que no recuerdo mi despertar religioso.
    Solo tengo algunos recuerdos como haber ido algún domingo a misa con mis padre y mi hermano, las clases de religión en el colegio, las clases de catequesis, mi primera Comunión, las catequesis de confirmación…
    La religión siempre ha estado presente en mi casa ya que mis padres son catolicos, y recuerdo como me ayudaban a aprenderme algunas oraciones para la catequesis. Son realmente mis padres los que me han enseñado los valores de la vida y a tener fé.

  99. Yo no puedo decir una fecha concreta de el día de mi despertar religioso, ya que es algo que e tenido siempre en mi vida.
    Desde pequeña rezaba todas las noches, cuando era pequeña era el Jesusito de mi vida con mi abuela, y más tarde las oraciones que aprendía en el colegio, siempre estaba mi madre conmigo al ir a dormir para decirlas conmigo.
    Mi colegio, aunque no era de monjas, siempre todas las mañanas rezábamos el Padrenuestro y como es algo que he tenido desde pequeña siempre me lo han inculcado.
    Cuando fui creciendo hice la comunión, la confirmación, y veía como mucha gente se confirmaba siendo ateos, solo porque era lo que hacía todo el mundo.
    Creo en Dios desde pequeña, no he tenido ningún hecho que me diga desde aquí creo en Dios, o quizás yo no lo recuerdo, lo hago desde siempre.

  100. Mi familia han sido los primero en acercarme al cristianismo, pero si tengo que centrarme en el despertar de este sentimiento entonces el papel clave lo cumple mi madre. Ella me enseñó las oraciones y rezaba todas las noches conmigo religiosamente (y nuca mejor dicho). Yo no me dormía hasta que venía a mi cama, rezábamos y me daba un beso. Mientras rezábamos a veces la interrumpía y le preguntaba:¿Quien es Dios?, ¿Quién es la Virgen María? Y el niñito Jesús ¿quien es? Y así ella iba contestándome a mis incesantes preguntas.
    Recuerdo también que en navidades, cuando poníamos el portal de Belén, ella me iba explicando quien era cada figurita y me iba contando la historia del nacimiento de Jesús mientras las íbamos colocando y siempre antes de colocar al niño Jesús todos teníamos que darle un beso. Tan grabado se me quedó esto que siempre que iba a casa de mis tíos, primos, abuelos, etc. iba a el portalito y le iba dando besos a todos las figuritas del niño Jesús que me iba encontrando por todas las casas, parecía que si no lo hacía no había Navidad. Je, Je.

  101. La verdad es que no recuerdo muy bien cuando comenzó mi despertar religioso, pero lo que sí recuerdo es que desde pequeña en mi casa mi madre y padre antes de dormir nos decía el típico “hasta mañana si Dios quiere”.
    Algo de lo que también me acuerdo es de ir con seis o siete años a la iglesia con mi hermana y varios amigos de mi piso de nuestra misma edad. Al acabar la misa, como nosotros no teníamos la edad para comulgar, recuerdo que el cura nos daba la hostia consagrada pero para niños (según nos decía él), nosotros ya nos íbamos para casa felices con eso.
    La semana santa también se vivía muy intensamente en mi familia, ya que casi toda mi familia pertenecía a la cofradía de la Virgen de la Soledad, por lo que siempre íbamos a ver todos los pasos y en especial ese que era donde salían mis padres, tíos…

  102. En mi casa, mi madre siempre a llevado en su interior la fe cristiana y la devoción por la Virgen de Guadalupe que en su familia siempre ha estado presente, y en especial, en su madre. Debido a ésto, desde bien pequeñita, mi madre me ha hablado de esta preciosa Vírgen y cada vez que viajabamos a Madroñera, pueblo de mi madre, hacíamos una visita al precioso Monasterio de Guadalupe, Monasterio como pocos hay en el mundo.
    Cada vez que ibamos a visitarla, me decían de manera simpática que me parecía a esta Vírgen por lo morena de piel que era… y así, no tuve si no que comenzar a apreciarla.
    De este modo, esta fe pasó de generación en generación, de mi abuela a mi madre, y de mi madre amí.
    Pero no solo así comenzó mi despertar religioso, pues desde bien pequeñita también, en casa se me enseñó a rezar cada noche y a pedir dios todos los días, y a comportarme respetando valores morales cristianos como la bondad, la sinceridad, la humildad…
    Pues bien, al igual que he hablado de mi abuela materna, es para mí imprescindible hablar de mi abuela paterna. Ella era gran devota, amante del cristianismo. Año tras año, cada 27 de agosto, no faltaba a su cita con Santa Mónica bendita. Siempre me recitaba el ‘Santa Mónica bendita, madre de San Agustín, ruega por nosotros que nos vamos a dormir’. Dolores era una mujer encantadora, al igual que Petra, mujeres que siempre han querido tener a sus nietos inmersos en la fe cristiana.
    Pero de igual modo, mi padre cada noche me rezaba antes de acostarme y me decía aquello de ‘Jesusito de mi vida…, santas y buenas noches, que sueñes con los angelitos…’
    Tampoco puedo olvidar todas esas Semanas Santas vestida de pastorcita con mi hermano y mis primos en el pueblo de mi madre, días en los que disfrutábamos muchísimo.
    Pues bien, éstos son algunos de los mejores recuerdo que tengo de mi despertar religioso en mi infancia.

  103. Mi despertar religioso como el resto de compañeros no lo recuerdo exactamente, pero preguntándole a mis padres he descubierto ciertas anecdotas. De pequeña mis padres me llevaban a misa ya que a ellos les gustaba ir, y aun le gustan, ir los domingos, también me llevaban a las procesiones. Con 4 meses fui bautizada y hasta que tengo uso de razón me han contado me gustaba la misa, pero que repetia lo que decia el párroco del pueblo y que en genral me gustaba mucho que me llevaran, con el paso del tiempo ya recuerdo yo de ir a catequesis, hacer la comunión y seguir llendo a misa hasta hacer la confirmación. Después tengo que reconocer que cuanto mas edad voy teniendo menos voy los domingos a misa, pero la verdad que me gusta ir porque aún sigo repitiendo lo que el cura dice, porque me se la misa de principio a fin.
    Y bueno mas o menos este ha sido mi despertar religioso.

  104. Mi despertar religioso como el resto de compañeros no lo recuerdo exactamente, pero preguntándole a mis padres he descubierto ciertas anecdotas. De pequeña mis padres me llevaban a misa ya que a ellos les gustaba ir, y aun le gustan, ir los domingos, también me llevaban a las procesiones. Con 4 meses fui bautizada y hasta que tengo uso de razón me han contado me gustaba la misa, pero que repetia lo que decia el párroco del pueblo y que en genral me gustaba mucho que me llevaran, con el paso del tiempo ya recuerdo yo de ir a catequesis, hacer la comunión y seguir llendo a misa hasta hacer la confirmación. Después tengo que reconocer que cuanto mas edad voy teniendo menos voy los domingos a misa, pero la verdad que me gusta ir porque aún sigo repitiendo lo que el cura dice, porque me se la misa de principio a fin.
    Y bueno mas o menos este ha sido mi despertar religioso.

  105. El primer recuerdo que tengo referente a la religión es estar con dos años en la iglesia viendo como una fila de gente pasaba dándole besos a los pies de Jesucristo en la cruz, yo no entendía muy bien por qué lo hacían ni que significaba, en mi familia tampoco han sido nunca muy creyentes, sólo mi abuela que es la que me explicó ese día quién era Jesús y porqué estaba ahí en la cruz. Poco después mis padres me matricularon en el Colegio Santo Ángel de la Guarda de mi pueblo y a partir de ahí fui entendiendo todo mejor, nos llevaban a una pequeña capilla que había en el centro, nos enseñaron a rezar todas las mañanas en clase, nos regalaron una biblia para niños y creo que a partir de ahí fue naciendo mi despertar religioso, no lo sitúo como un hecho aislado, sino algo que ha ido desarrollándose poco a poco en estos primeros años.

  106. Al igual que mis compañeros, es difícil recordar los primeros despertares religiosos. Puedo asociarlos a mi familia pero quien más me ha aportado ha sido el colegio en el que me formé durante 14 años, ”El Colegio Virgen de Guadalupe” un colegio de la orden de Jesuitas donde me ha dado a conocer todo lo relacionado con el catolicismo y formado como persona. También es verdad que a medida que he ido creciendo solo mantengo contacto en celebraciones familiares religiosas.

  107. El comienzo de mi despertar religioso no lo recuerdo exactamente. Mi madre me decía oraciones cuando era pequeña pero cuando tuve conciencia de lo que era la fe católica fue al hacer la comunión.
    En aquella época mi madre daba catequesis por lo que también estaba más involucrada y recuerdo que iba a misa con mis padres y que daba religión en el colegio.
    Después de hacer la comunión seguí yendo a misa y luego recuerdo también el día de la confirmación.

  108. Siendo sincera no recuerdo en qué momento, en que lugar ocurrió. Recuerdo rezar con mi madre cuando era pequeña, como me enseñaba las oraciones y a mí me gustaba recordarlas, me sentía orgullosa.
    En el cole, la religión también estaba presente. La maestra de religión nos enseñaba nuevas oraciones y canciones y nos acercaba un poco más al Padre.
    Después llegó la Catequesis, para prepararnos para la primera comunión. Íbamos cada semana al centro parroquial con mucha ilusión para conocer nuevas “aventuras” de Jesús.
    Después llegó la confirmación, sacramento del cual ya eres más consciente y que lo haces de una forma aún más autónoma.

  109. Al igual que el resto de mis compañeros, no recuerdo exáctamente cómo fue mi despertar religioso, quizás porque lo viví en casa desde que nací y la fe ha estado presente siempre en mi vida.
    Mis padres son cristianos practicantes y, aunque por motivos laborales de mi padre, hemos cambiado varias veces de ciudad y colegios, ellos siempre buscaron que cada colegio tuviese un alto contenido religioso, a pesar de que no todos los colegios eran religiosos. Sin embargo mis mejores recuerdos los guardo de mi primer colegio, “La Milagrosa” de las hermanas de la caridad. en Córdoba.
    Después de la Confirmación seguí involucrada en la Iglesia del barrio, asistía a catequesis y durante 3 años yo misma la impartí a niños/as que iban a hacer la comunión. Fue una buena experiencia.
    Cuando me vine a vivir a Badajoz, hace ya 13 años, estuve algo más separada de la Iglesia, aunque nunca perdí la fe. Pero desde que nació mi hijo, hace un año todas las noches rezo con él “Jesusito de mi vida” y pedimos que a la Virgen María que nos cuide y nos proteja. Los domingos hemos vuelto a ir a misa porque quiero que él crezca viviendo los mismos principios y valores cristianos que mis padres me inculcaron.