En medio del mundo

FUTBOLING

Ayer tras las dos primeras clases de la mañana, en el patio cubierto  de la facultad cuatro alumnos de Educación se divierten… les pido permiso para la foto, les pregunto si saben de qué va ese juego y cuál es la causa y me dicen que sí. Y a mí me sabe a resurrección: Futboling, una creación de luces, informático, te identificas, entras en el juego y en la competición. Con una moneda y tu teléfono móvil, te das de alta en internet, y entras en el campo nacional, pudiendo competir con todos, en cualquier lugar. Todo un signo de resurrección, no es para comercializar sino para salvar… de cada euro 33 céntimos para una asociación de personas con discapacidades, que son los que  mantienen las máquinas…. los otros treinta y tres para la ONG  que tú elijas…y los otros céntimos para la universidad en la que está instalado…. todo para los otros…. están en prueba piloto en seis universidades… Personas con espíritu creativo y liberador… ser para los demás, divertirse para los demás….esto me huele y me sabe a Evangelio, a buena noticia… para muchos…. así merece la pena divertirse¡¡¡¡¡ Me hacen comentarios en Facebook enseguida, una chica se alegra porque no sólo hay chicos en los personajes sino también chicas, otro comenta que le han dicho que ha sido un trabajo de fin de carrera de un informático que ha conseguido llevarlo a cabo. El caso es que provoca sonrisas en la universidad y relaja (Podéis ver al creador: http://www.canalextremadura.es/alacarta/tv/videos/el-futboling)

ADIOS AL PROFESOR JOSÉ MARÍA

Hoy, he vuelto a mirar rostros de alumnos, pero  estaban llenos de lágrimas. Ha muerto inesperadamente un profesor de la facultad de Económicas, José María Rodríguez Moreno, alguien con quien siempre me he tratado con familiaridad y cercanía por cuestiones externas e internas  a la universidad. He estado en la celebración funeral, todos afectados por la repentina muerte del compañero, del profesor, del amigo, del marido, del padre, del hermano, del familiar, del vecino…todos con un sentimiento común de compartir el dolor y de consolar a los más sufrientes, especialmente  Valle, su esposa joven.  Hemos leído la lectura del libro de la Sabiduría que nos habla de la muerte prematura del justo, y el evangelio de que sólo los sencillos alcanzan las grandezas del evangelio de lo ordinario y de la verdad en la vida. El  compañero sacerdote, que ha presidido, nos ayudado a entrar en el misterio de la muerte que ha sido vencida por la vida, y nos ha animado a la esperanza confiada en el Padre que no nos abandona en la muerte. Pero a mí me ha llamado  mucho la atención, el grupo de chicos jóvenes,  universitarios y universitarias, que se han acercado a la celebración,  que han portado sobre sus hombros  el féretro, homenajeando al profesor querido, cercano y amigo, que hoy se marchaba con la última lección aprendida de la finitud y  de la   entrada en la Vida Eterna, que concede Aquél, el crucificado-resucitado, en quien él creía. He visto a los alumnos llorar a lágrima viva, y fundirse en abrazos entre ellos, haciendo universidad de su sentimiento de dolor.  En su pena, tristeza y lágrimas, he visto las entrañas de la universidad, lo que día a día se hace monótono, pero que realmente sostiene la vida, la verdadera  comunidad universitaria.

Ayer sonrisas y juegos, hoy dolor y lágrimas, pero todo fundido en una experiencia de universidad, que va más allá, del simple saber frío e intelectual, y que lleva a la vida, a la verdadera sabiduría, que habla el lenguaje de lo profundo y de lo verdadero, donde está el auténtico sentido de la vida, la única verdad, y el camino que lleva a lo definitivo, al tesoro de la felicidad  que todos buscamos y ansiamos.

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