Hola, Maribel¡

Querida María Isabel:

IMG_2048Tras ordenar el despacho, que es de las cosas que más me cuesta y que suele indicar lo descentrado que estoy – según las mesas de despachos me da el termómetro vital la alarma del cuidado y del orden- , me pongo a ver el correo  antes de ir a las clases y me encuentro con el tuyo, que me habla de un post mío  del viernes de dolores, en Marzo pasado. Me hablas  y tu  comunicación ya me hace entrar dentro de mismo -oración en el despacho-   y recordar la media pastilla , frente al dolor, que esta mañana mi madre me pedía y yo le administraba antes de salir de casa. Tus palabras son revelación para mí del Dios de la vida y de la historia, del Dios que se hace y se dice en el dolor de los que confían en él de un modo único:

2012-09-13 09.02.44“Acabo de entrar por primera vez en tu blogs y..!ya ves! aún sigo levantada y es la una y media de la madrugada.
Me ha emocionado muy especialmente el artículo “El último dolor” del día 23 de marzo. El motivo es muy sencillo y lo vas a entender enseguida.
   El día 8 de marzo nos dejó para siempre mi madre después de una larga y dolorosa enfermedad. Llevaba siete años con un tumor en la boca ( por lo visto de los peores) .La  última etapa de su vida fue muy dolorosa ( a base de morfina ) pero JAMÁS se quejó, demostrando siempre una fortaleza que ya nos gustaría tener a los demás. Le ayudó mucho su profunda fe religiosa.
    Algo así como tú cuentas de tu madre. La mía, al final, tampoco se le entendía lo que hablaba y no podía comer pero se mantenía firme en su fe. Murió en su casa rodeada de sus cinco hijas pero con una paz… que nos la transmitió  a todas ayudándonos a pasar el trance  tan doloroso como es la muerte de un ser querido.
    En cuanto a ti…¡disfruta de tu madre todo lo que puedas aunque sufras con sus dolores igual que nos ha pasado a nosotras, madres nada más que hay una¡   Bs y espero no haberte aburrido mucho”           Maribel

onomastica4Es cierto que en el dolor y la vejez de mi madre, Dios se nos está revelando de un modo único  a los hijos,  y ahí nos une radicalmente. Qué bueno sería que supiéramos compartir lo profundo de lo diario y de lo sencillo en nuestras conversaciones normales, porque veríamos que Dios es el como el pan nuestro de cada día, pero como el pan que hacían nuestros abuelos, el que se llevaban en los costales al campo y duraba porque estaba hecho con autenticidad, sin engaños.pan partidoPor eso  lo tenía que partir el padre y repartirlo a los hijos, aunque había sido la madre la que lo había acarreado para que estuvieran bien dispuesto en la mesa y en su momento. Sí, aquel pan que hasta en las últimas se hacía bello y entrañable en la mañana, al alba, cuando recortado con cuidado y con mimo, remojado y reposado se hace migas de la vida -porque nada se puede perder-, y fuerza para la jornada. Hoy has sido tú Maribel la que has puesto voz a la revelación de Dios en la enfermedad y muerte de tu madre, o más bien, en el corazón fuerte y auténtico de ella. Seguro que ya está lleno de vida eterna y ,desde ahí, nos va a fortalecer a nosotros en la fe. La siento aquí a mi lado animando mi labor pastoral y mis heridas personales y ministeriales. Y recuerdo la última anécdota de mi madre, la de anoche.

Estamos tranquilos en casa, yo con pijama y relajado. Suena el timbre  e imagino que es Héctor y Estela, y efectivamente vienen con alegría. Han salido de la celebración de la Misa    y han venido al barrio para después ver a la abuela; ella musita sus palabras que no llegamos a entender, pero no hay duda que está expresando la alegría del encuentro con ellos. Hablamos, conversamos…ella quiere hablar y yo traduzco, pero no porque la entienda, sino porque imagino lo que diría en esos casos: preguntar por gente,  por sus dificultades,  su último dolor o preocupación…no se olvida de nada.  carnavales en casaVarias veces  siento que está diciendo que se tomen algo, que cenen… en eso siempre ha sido una pesada. Ya deciden irse sin tormar nada y quiere hablar y hablar… no la  comprendo. Entonces vuelvo a lo de siempre, que haría o diría en este caso… ya lo sé¡ Tenemos  unas bolsas de jamón envasado al vacío, que ella suele tomar un poquito todas las noches, y  lo imagino y acierto: quiere que le de una de esas bolsas para que se la lleven a casa y cenen de este jamón porque está muy bueno.  Y es que hay lenguajes, que aunque no sepamos descifrarlos por sus sonidos, se pueden entender desde el corazón y los sentimientos profundos.  Así fue en la enfermedad de tu madre, seguro que su vida le dio palabra al sufrimiento y a la muerte de esa enfermedad tan dolorosa, y ella supo hacer de la enfermedad un lugar de encuentro y de amor,  de verdadero testimonio, gritó su fe y abrazó a su Dios. Qué suerte tenemos de  poder ver y oir lo que estamos presenciando…es que los mudos hablan, los ciegos ven, y los muertos resucitan y nos resucitan.

Maribel, un abrazo y bienvenida a estos mundos blogueros¡

One Response to “Hola, Maribel¡”

  1. Amén….