El silencio, lo necesito…

…y lo quiero ¡

presentacion-libros-moratiel-rd_560x280En el homenaje al Padre dominico Moratiel – con la publicación de dos obras sobre el silencio y la oración –  la intervención de Martín Velasco me parece sugerente y fundamental; llevo tiempo dándole vueltas a esta necesidad y deseo de SILENCIO.  Cómo llegar a él, cómo parar para encontrarlo… será que estoy próximo o que estoy tan lejos … lo pido,  yo quiero esa PRESENCIA dentro de mí. Recojo el relato de esta intervención en el homenaje que se nos ofrece en RD:

“La intervención de Martín Velasco tenía como objetivo hacer un análisis sintético de la obra de Moratiel. Comenzó recordando cómo llevamos casi sesenta años diciendo que hay una crisis de fe, incluso dentro de la Iglesia, y lo triste es que, aun siendo conscientes de ese problema, no hemos sido capaces de salir de ella. Lo que nos ha impedido salir de esa crisis de fe, entre otras razones, es la falta de verdaderos maestros en la iniciación en el crecimiento de la fe y experiencia de Dios.

noche«Han habido – a juicio de Martín Velasco- muchos maestros teóricos, pero no maestros que lo hayan aplicado al día a día ayudando a los demás a crecer en la fe. El padre Moratiel es de los pocos que lo han sido, de una manera eficaz y personal. Lo pudo hacer porque él mismo había sentido necesidad de esa vida interior y ya desde jóven había vivido una aventura espiritual que le llevó después a iniciar y propagar la obra de las «Escuelas del Silencio». La obra está orientada explícitamente a abrir un camino espiritual que condujera al encuentro con Dios en el silencio interior».

jaraEl padre Moratiel hablaba de formas del silencio negativas, que más bien son distorsiones del silencio o realidades que impiden la realización del verdadero silencio, «es el silencio cuando es mudez, mera ausencia de la palabra y que sólo tiene en común con el silencio la apariencia». Las causas que llevan a ese silencio pueden ser la angustia, el aislamiento, el miedo, el odio, «todo aquello que entorpece la relación e impide el encuentro».

primaveraEl silencio positivo, por su parte, puede ser «el silencio de la cortesía y humildad que crea el espacio en el que puede irrumpir en nuestra vida el otro; silencio de la admiración y el asombro, cuando nos encontramos ante aquello que nos excede como puede ser la belleza, la verdad, el misterio, cuando nos encontramos ante estas formas de realidad última el sujeto no tiene palabras para expresar aquello que ha contemplado; y el silencio de la verdadera alegría».

baileEl padre Moratiel, según Martín Velasco, encuentra un gran obstáculo para lograr el silencio y con él acceder a nuestro interior y allí descubrir la presencia; el gran obstáculo es el ego, el yo humano convertido en centro de sí mismo, para convertirse en centro de todo, el yo posesivo.

Martín Velasco reconoció la actualidad que tiene el cultivo del silencio como un modo de llegar al yo, a la interioridad: «Muchas personas hoy anhelan el desubrimiento de su yo interior. Hoy está de moda la búsqueda interior, la autorrealización que no va mas alla, lo que en realidad hace que sea un ensimismamiento». Pero en la obra de Moratiel no existe ese peligro, manitas«porque con el silencio del que habla se llega al propio corazón, sí, pero para escuchar la Presencia. Presencia que es la mejor manera para referirse a Dios, alguien en constante comunicación, autodonación al otro, es una manera de percibirle sin atraparle con un concepto nuestro y con quien se puede establecer una relación de comunión, relación de contacto amoroso. El silencio termina así siendo la culminación de la relación con ese más allá de nosotros mismos que llevamos en nuestro interior y para el que estamos hechos, que no es otro que la presencia de Dios».

One Response to “El silencio, lo necesito…”

  1. Moratiel solía decir que hablar del silencio es un sinsentido. El silencio es para vivirlo, es una vivencia, es un reclamo del alma a explorar caminos fuera del ego y de la exterioridad. Me siento afortunada de haber conocido a Moratiel y sentirlo como faro indicador en mi camino hacia el silencio