El “lío” de la misericordia (II)

IMG_4324JUZGAR EVANGÉLICO

“- Señor; ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de beber, o desnudo y te vestimos?

– Os aseguro que, cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis ” (Mt 25, 37-40)

Hoy, en medio de una cultura indolora que favorece la indiferencia, estamos llamados a proponer una cultura  afectada, un saber y un sentir espiritual encarnado. En Cristo nos sentimos llamados a dejarnos afectar por la realidad en la que somos y vivimos.

Sabemos que la salvación y la realización personal no llegan por la seguridad, sino por el riesgo de la entrega:El que quiera ganar su vida la perderá y el que esté dispuesto a perderla la ganará” (Mc 8,35).

Jesús nos invita al riesgo de la entrega: “Cogió el pan, lo partió y se lo dio diciendo: tomad y comed, esto es mi cuerpo que será entregado…” (Mt 2,6,26). Nos dice: “Haz tú lo mismo”; Él quiere una Iglesia Samaritana.

IMG_5662Pasos para la misericordia:

  • Aprender a leer creyentemente y en comunidad los gozos y sufrimientos, propios y ajenos, que se dan en la actualidad de la crisis para responder activamente.
  • Acercarnos a las personas que están en situación de dolor y sufrimiento para establecer lazos de cercanía.
  • Conocer el pensamiento y el sentir y la doctrina social de la Iglesia sobre los grandes problemas sociales.
  • Profundizar en el camino de la nueva evangelización dando la vida por los demás, encargándonos, haciéndonos cargo y cargando con los que no pueden caminar.
  • Cuidar en la transmisión de la fe y en el anuncio del Evangelio la entraña de la misericordia por la que Dios se ha revelado.

Nuestro sentir y juzgar:

dibujo2Qué actitudes y juicios vemos  que se dan con respecto a los problemas actuales: en la política, en la economía, en los que tienen trabajo, en los profesionales, en los familiares y amigos, en la Iglesia -Papa, obispos, sacerdotes, parroquias, cristianos…- y en nosotros mismos.

Qué actitudes y juicios nacen de Cristo y de la Doctrina Social de la Iglesia: lo podemos hacer a la luz de la lectura de la parábola del Buen Samaritano.