El “lío” de la misericordia (III)

ACTUAR“POR LAS OBRAS, TE MOSTRARÉ MI FE” (St 2,18)

Ante el parado: aporta lo que eres y puedes.

 Para ello, debemos: apostar por una nueva organización del trabajo, para trabajar todos, luchar contra las injusticias que provocan pérdidas de trabajo, fomentar la creación de trabajos concretos y cuidar la relación y el trato cercano con los parados.

Ante la falta de hogar: da posada al peregrino, alimento al hambriento, ropa al desnudo…

 Para ello, tenemos que comprometernos a: no hacer de la vivienda un negocio, abrir las puertas de todos los espacios personales y comunitarios, apoyar y ser cercanos a los desahuciados reivindicando una legislación más humana y ser compasivos con los arrendatarios que no pueden pagar.

Ante la corrupción: adéntrate en el mundo con limpieza de corazón

 ¿Qué podemos hacer? Educar en valores sociales la familia, desarrollar la dimensión sociopolítica de nuestra fe, apostar por una ciudadanía activa, asociarnos, acompañar a los que asumen responsabilidades públicas, favorecer propuestas alternativas: Banca Ética, Plataformas contra la pobreza, Asociaciones vecinales.

Ante los emigrantes: “fui forastero y me acogisteis”

 Compromiso: acoger y relacionarnos con los inmigrantes favoreciendo la convivencia y el conocimiento mutuo, tener presente a los inmigrantes en todos los foros, contado con ellos en nuestras programaciones sociales y eclesiales, y dejarnos enriquecer por ellos.

Ante el fracaso escolar y analfabetismo:“enseñar al que no sabe”

 Tenemos que: defender la escuela y la educación de calidad como derecho fundamental y de igualdad para todos, apostar por la formación profesional de todos los parados y por una Universidad con ética social, implicarse y participar en los espacios educativos y apostar por una ley educativa de consenso y estable.

Ante los excluidos, vulnerables y sufrientes de nuestras historias: consuelo y justicia

 ¿Qué podemos hacer? Desarrollar la dimensión socio-caritativa de nuestras comunidades,cuidar la formación, atención, promoción e inserción de los débiles, y ser testigos de esperanza y militantes de la alegría.

cruz parroquial11“Obras son amores y no buenas razones”: El refrán nos invita a mojarnos en la misericordia, en los sentimientos de Cristo bajando a la realidad. Miremos nuestra realidad personal, grupal, parroquial, social y pensemos qué estamos haciendo ya y cómo podríamos avanzar más en el “lío de la misericordia” a la luz de las propuestas que se han mostrado aquí.