TRINIDAD, UNA HERMANA A PIE DE SELVA

Ya es medianoche en mi tierra, cuando todavía el sol es luminoso y cálido en la tierra ecuatoriana que abandonamos hace veinticuatro horas en Quito. El cuerpo pide ya descansar en la cama de lo ordinario y de lo propio para mañana tomar de nuevo la labor docente en la facultad. Han sido catorce días […]