Confesiones de un médico

Ayer cruce el ecuador de mi estancia aqui, temo que el tiempo va a pasar de forma vertiginosa. Hoy, fin de semana, me he quedado en el hospital para pasar sala, luego libre y he bajado a la ciudad a internet. Por el camino hay mas ninyos que habitualmente y todavia no comprendo como pueden remontar las cuestas cargados como van, por ejemplo de agua del pozo. Eso no parece quitarles el buen humor, porque me saludan como siempre. Tomaria alguna foto pero soy muy timido para eso, siempre temo molestar.

En el hospital no hemos tenido una buena racha: ayer en mi sala murieron en el espacio de diez minutos dos chicos jovenes, ambos de menos de treinta anyos, de SIDA. Simplemente no respondieron a los tratamientos. Lamento mucho su muerte, sobre todo la de uno de ellos, cuidado todo el tiempo por su gemelo (imagino que porque yo mismo tengo uno). Me queda esa amargura de no saber exactamente la causa de la muerte y de si hubiese debido hacer mas, o algo diferente. Esto me retrotrae al anyo 1989, cuando comence mi residencia en Barcelona, los anyos duros del SIDA, tambien morian muy jovenes y muy rapido. Aqui todavia es un flagelo que resulta dificil de controlar, aun cuando se ha progresado mucho y hay medicamentos gratuitos, pero otros muchos problemas colaterales hacen sumamente dificil su control.

Otra cosa que me descoloca es lo pronto que debo dar de alta a los pacientes, en cuanto estan algo mejor (lo cual quiere decir en muchos casos todavia muy mal para mi estandares) piden el alta. Pero esto es comprensible: han de pagar por cada dia y por cada medicamento, y no pueden afrontarlo. Asi que hay que trabajar rapido, pero voy haciendome a la idea. Ahora, ya con dos semanas aqui, me conocen mas y tienen mas confianza, asi que ha llegado el momento de pedirme cosas, por lo general el personal menos cualificado ayuda economica para proseguir sus estudios. Ayudare en la medida que pueda, esto era algo esperado, me ha ocurrido en todos los paises del tropico que he visitado.

Por lo demas, como estamos altos (rondando los 1000mts) no hace calor. Llueve torrencialmente cada dia pero luego queda despejado o nublado y da gusto caminar. Ahora volvere al hospital, en cuanto salga por la puerta de este local los boda-bodas (moto-taxis locales) comenzaran a hacer sonar sus bocinillas para que los coja, pero casi siempre camino (mas cansado pero mas seguro), en medio de esta cierta voragine que es una pequenya ciudad de lo que llamamos tercer mundo, tan vital sin embargo.

Escribi para ustedes desde Masaka, al Oeste de Uganda.

Recen por los enfermos y por quienes les cuidamos.

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